Capítulo 1

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                                                  5 de Junio, 2015.   

ISABELLA.

Despierto con una sensación de emoción en el corazón. Me levanto de la cama con suavidad y abro las cortinas de encaje, permitiendo que los rayos matutinos iluminarán mi habitación. La luz bañó mi rostro sereno, destacando mi cabello oscuro, que caía en cascadas hasta mis caderas.

Vivía en una pequeña casa. El sol dorado de la mañana se asomaba tímidamente por encima de las montañas pintando el cielo de tonos rosados y naranjas. En el tranquilo pueblo de Vallesur, el aire fresco se llenaba de los sonidos suaves de la naturaleza y el murmullo de los primeros madrugadores que se aventuraban a comenzar su día.

Mientras me preparaba para enfrentar el día, el viento soplando fuera de mi ventana parecía susurrarme secretos al oído. Cierro mis ojos por un momento dejando que las suaves caricias del viento me contaran historias que solo mi corazón podía entender. Los susurro del viento siempre habían sido mi guía, conectándome con un mundo más allá de lo visible.

Con una sonrisa en mis labios camine saliendo de mi habitación para dirigirme a la cocina donde se encontraba mi madre, Lucía, preparando el desayuno.

—Buenos días, Isa, ¿Cómo amaneciste? —pregunta mi madre mientras revuelve el chocolate con un batidor.

—Excelente, madre. ¿Sabes?, tengo la clara sensación de que hoy va a ser un día maravilloso. ¿Crees que a éste alegre pueblo de Vallesur, llegue un hombre de alguna editorial en busca de grandes escritores? —digo y sonrío sintiendo como una chispa de emoción comenzaba a encenderse dentro de mí.

—Ay, Isabella, deberías de controlar un poco esa imaginación tuya, no te hagas ilusiones con algo que es poco probable que llegase a suceder. Recuerda que...

—Lo sé, es fácil decepcionarse, sobretodo si somos perfeccionistas. Pero aun así, eso no me detiene, madre.

Mi madre da un suspiro y continúa —Bien, ahora señorita perfeccionista, desayuna y te vas al instituto. Ah y trata de no distraerte en el camino, últimamente los vecinos me han dicho que te han visto hablando sola.

Rio —¿Y desde cuando los vecinos les interesa si hablo sola o no?.

—Isa, solo se preocupan.

Levanto mi taza de chocolate y doy un sorbo.

—Eso no se llama preocupación, se llama ser chismoso.

Salgo de casa camino al instituto.

Faltaba poco para graduarme y pensaba mudarme a la ciudad. Necesitaba un cambio, no estaba bien aunque aparentaba estarlo. Cada vez que llegaba la noche, mis pensamientos me llevaban hacía el pasado, a todo lo que tuve que vivir, que no fueron nada agradable, a los momentos cuando era tan solo una niña de 9 años cuando el demonio con el cual mi madre solía vivir, tocaba mi cuerpo con sus sucias manos. En esos momentos solo pensaba en que si hubiera tenido a mi padre con nosotras, aquello jamás hubiera pasado, no viviría con miedos ni traumas porque hubiera tenido a un padre que me protegiera como la niña de sus ojos. Aún así decidió irse y dejar a una niña de tan solo meses de nacida a su suerte. Tal vez en un tiempo desee nunca haberlo conocido, pero tengo que decir que lo tengo tan cerca pero a la vez tan lejos de mí. Con su nueva familia y nuevas hijas, hijas que si pudieron tener la oportunidad de tenerlo a su lado, cosa que yo nunca pude. Aun así, mi corazón ya lo ha perdonado, aunque hayan cosas que no se pueden reparar, lo único que quedaba era seguir adelante. Ya tenia una vida y pensaba disfrutarla al máximo.

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