Capítulo 3

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Luego de divertirnos un buen rato en las atracciones, Ana y yo comenzamos a caminar saliendo de la feria camino a mi casa. Condujimos por un callejón oscuro, nuestros pasos resonaban en el silencio de la noche. El ambiente comenzaba a cargarse de un aire misterioso que envolvía cada rincón. De repente un ruido extraño hizo que ambas nos detuviéramos en seco.

Ana frunció el ceño y susurro —¿Escuchaste eso, Isa?.

Asentí con mis ojos abiertos como platos —Si, ¿qué crees que fue?.

Y sin previo aviso una figura sombría emergió de las sombras. Ana y yo nos agarramos del brazo y retrocedimos, nuestros corazones latiendo a toda velocidad. Pero antes de que pudiéramos reaccionar, la figura comenzó  a emitir un sonido extraño y agudo.

Ana frunció el ceño —¿Es una risa?.

La figura sombría finalmente salió de las sombras, revelando a una chica vestida con una túnica negra y una máscara de payaso. Su risa incontrolable llenaba el callejón. Hasta que al final el payaso se quito la máscara, revelando su identidad. Se trataba nada más ni nada menos que de Jessica, una de nuestras compañeras del instituto, quien estaba doblada de la risa.

Me lleve una mano al pecho —¡Por las gafas de Harry Potter!, casi nos matas de un susto, mujer.

—¡Ah, chicas! ¡Sus caras fueron impagables! —dijo Jessica tratando de recuperar el aliento—. Pensé que sería divertido jugarles una pequeña broma.

A continuación las tres nos reímos mientras continuábamos caminando.

Jessica se dirige a mi —Isa, ¿has terminado con Lucas? —pregunta con un poco de duda.

Asiento.

—Ah, de razón…

Volteo a verla con el ceño fruncido —¿Por qué dices eso?.

—Es que… hace un rato en la feria, vi a Lucas con… bueno, estaba… besándose con otra chica.

Mis ojos se abren y siento un pinchazo en mi corazón, sé que fui yo la que le termino, pero aún así me dolía ver que no paso ni un día para cambiarme.

—Ese si es un hijo de…

Le tapo la boca a Ana para que no terminara su frase —Déjalo así, Ana, no vale la pena.

—¡Pero, Isa! —Alega Ana.

—Tú misma me dijiste un día que en cualquier momento esto iba a pasar, ¿no es así?, y que tú ibas a estar ahí conmigo.

Ana me da una mirada triste —Yo sabía que Lucas no era un chico para ti.

—Y como siempre lo he dicho, el amor es pasajero, los amigos son para toda la vida —dice Jessica rodeándonos con sus brazos—. Deberíamos aprovechar e ir a la fiesta que hizo Murphy en su casa

—Eso suena bien, así Isa se distrae un poco, ¿qué dices? —dice Ana.

Niego con la cabeza —Chicas, saben que no soy de fiestas, me aburren y tampoco bebo. Prefiero ir a mi casa y leer un poco antes de dormir, yo paso —digo y continuo caminando pero Ana me toma del brazo impidiendo que continuara.

—Isabella Martínez, no todos los días vas a ir a una fiesta, solo por esta vez, vamos.

—Ustedes saben que lo más probable es que Lucas se encuentre allá.

—Con más razón deberás ir, te ligas a alguno de la fiesta y se lo restriegas por la cara al idiota de Lucas —comenta Jessica.

Levanto una ceja —¡Diablos, Jessica!, si que eres salvaje. Pero no, gracias, no soy de ese tipo de chicas. No me interesa que Lucas piense que salgo con otros chicos al igual que él, no me voy a rebajar de esa manera.

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