Capítulo 3

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Ya eran las 8:00 a. m. y me encontraba en la universidad cumpliendo con mi horario de clases. La profesora había dicho que para la próxima semana todos debíamos llevar un cuadro que sería exhibido en la feria  del arte que se llevaría acabo dentro de unos días. El propósito de nuestra pintura era  mostrar qué estaríamos dispuestos a hacer para ocultarle al mundo nuestro verdadero ser.

Mientras todos se miraban unos a otros sin entender nada y sin saber cómo iban a hacer algo como eso, yo ya lo tenía más que claro.
Una sonrisa amarga fue la única expresión de…al escuchar a la maestra decir aquello, cómo ocultarle al mundo tu verdadero ser.

Luego de haber terminado las clases Fryda y yo habíamos decidido ir a comer algo a la cafetería que quedaba fuera de la Universidad. Antes de entrar en ella notamos que no había casi nadie y que las pocos personas que se alcanzaban a ver se notaban algo extrañas, al entrar al lugar nos dimos cuenta que había un hombre alto con el rostro tapado apuntando con un arma a la cabeza del dueño de la cafetería mientras saqueaba la caja fuerte... —El hombre después de haber hecho el robo no pudo evitar volverla a ver. Y esa fue la primera vez que sus miradas pérdidas se encontraron.

LA ÚLTIMA LUZ DEL DÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora