Capítulo 17

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Harlán:

Esto es lo que haremos…

Después de varios minutos de haber planeado lo que harían ella se quedó mirándolo a los ojos.

—¿Por qué haces esto, ¿por qué me quieres ayudar?

—¿Por qué crees todo lo que te digo? ¿Por qué no veo que quieras huir de mí? —y ambos dejaron de mirarse.
—Itzaé —y le tendió la mano—. Harlán.

Cuando su mano hizo contacto con la mía volví a sentir aquella tranquilidad y confianza que sentí cuando nos vimos por primera vez. Cuando tuve contacto con su tacto estaba frío y pude notar en sus ojos que estaba nervioso, y lo entendía su mundo se podía acabar en pocos minutos… Él era su mundo, solo al ver como brillaban sus ojos y como su cuerpo se tensaba al decir, si todo sale mal…

***

Solo habías pasado dos días y todo se veía tan diferente…
esa sensación de haber estado lejos por un largo tiempo. Se sentía un vació, se sentía una enorme soledad como si nadie habitara en ella; y es que su rayo de luz ya no se encontraba allí, ahora todo estaba en tinieblas, ahora los atardeceres no eran de colores; ahora el cielo solo se teñía de un color gris.
Me quedé parada en la entrada recordando la última vez que estuvimos juntas, y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, se me nubló la vista y sentí como mis labios se mojaban junto con mis mejillas eran gotas que empezaban a caer…

—Ya sabes lo que tienes que hacer. Yo haré mi parte.

Toqué dos veces el timbre y nadie venía a abrir la puerta, cuando iba a tocar por tercera vez escuché que alguien se a cercaba.

—Mi niña…

Sentí como algo se quebró dentro de mí y lo siguiente que hice fue caer entre sus brazos y a decir cosas que no se entendían por mi voz temblorosa y mi llanto.

***

— Hermanito, ¿por qué viniste tan temprano a buscarme?, todavía me hacen falta clases.

—Te tengo una sorpresa. Estas son alguna de tus cosas que estaban en casa. Te acuerdas de la laguna que te mencioné hace años…

—Sí, el cielo de un nuevo comienzo.

—Es por eso que estoy aquí, porque llegó la hora de un nuevo comienzo. Te dejaré en el aeropuerto en menos de una hora saldrá el vuelo, yo hablé con los vecinos que siempre están pendientes de nosotros, ellos viajarán contigo y cuando lleguen a Suiza me esperarán en la dirección que yo les di.

—Hermano, ¿por qué no vienes con nosotros, no me quiero ir sin ti?

—Debo resolver algunas cosas; en una hora sale mi vuelo, no tardaré te lo prometo, pronto estaremos juntos de nuevo.

LA ÚLTIMA LUZ DEL DÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora