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Thiago no quitaba la mirada de Alec. Después del accidente en el restaurante, se percató de la existencia del chico. Ambos iban en el mismo colegio, más sorprendente, iban en la misma clase. Por más que Thiago intentaba hacer memoria no recordaba haberlo visto antes.

Se sentaban en lugares contrarios durante clases. Alec tenía un grupo de amigos, con los que siempre estaba, llegaban y salían juntos. Siempre estaba acompañado.

Inconscientemente Thiago los observaba durante el día. Poco a poco fue conociendo a las personas que se encontraban a su alrededor. Alec se juntaba con 4 chicos. El primero era el más alto de todos. Su nombre era Dariel. Tenía el cabello largo y suelto. Era de complexión delgada y siempre usaba zapatos con plataformas. Era de esos que por alguna razón conocía a todos y todos lo conocían. Su personalidad era divertida, aunque en opinión de Thiago un poco infantil. Tenía una risa muy distintiva, toda la clase estaba acostumbrada a ella ya que solía reír por todo. Dariel buscaba mucho a Alec, se veía su cercanía con facilidad. El segundo era tan solo unos centímetros más bajo que Dariel. Saúl era muy animado y ruidoso. Su cabello combinaba con sus ojos color miel y su piel quemada por el sol. Amaba pelear con los maestros y faltaba con demasiada frecuencia. Descubrir su nombre había sido el trabajo más difícil que Thiago había hecho. Se sintió avergonzado cuando descubrió que Saúl, era en realidad, el jefe de grupo. Nadie sabía cómo había conseguido el puesto. Mike era el tercero. Thiago estaba seguro que era el más inteligente de todos. Siempre era el primero en terminar los trabajos, y jamás estudiaba. Alec y Dariel siempre lo buscaban para que los ayudará con las tareas. Thiago se había dado cuenta de un detalle del chico, y es cómo Mike siempre llevaba comida consigo. Algunas veces eran gomitas, otras simplemente chicles, pero siempre llevaba algo. Y por último, estaba Piero. El más callado de todos. Era el que más le llamaba la atención a Thiago, aparte de Alec. Siempre usaba sudaderas. Aunque estuviera haciendo demasiado calor, Piero traía una. Casi no hablaba durante clases y sólo dormía. A pesar de ser totalmente lo contrario a los demás, se llevaban muy bien. Alec siempre estaba en el centro. Su personalidad contrastaba con las de sus amigos. Era como si hubieran tomado un cacho de cada quien y las hubieran combinado para crear a Alec. Era curioso.

Thiago jamás había prestado atención a las personas con las que normalmente compartía clases. Llegaba y se enfocaba en él. Durante la hora de la salida, salía lo más rápido posible para llegar a tiempo a su trabajo, no se fijaba en los demás.

Alec siempre había estado ahí.

Incluso a veces tomaban el mismo tranvía. 

El chico mariposa - LonelinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora