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—Te vi —dijo Light— y no me saludaste.

—¿En serio?

—Sí, fue como si no... me reconocieras —contestó con un tono extrañado.

Thiago lo vio. Se quedó viendo hacia un punto intentando recordar.

—Realmente no recuerdo haberte visto, ¿estás seguro que era yo? —cuestionó.

—Muy seguro, traías shorts y estabas sucio —Light se detuvo un momento antes de seguir —estabas frente a una tienda de herramientas.

Thiago se había cambiado los shorts por un pantalón, sin embargo, todavía tenía puesta la playera sin mangas. Se había lavado, por lo que ya no tenía manchas de aceite. Light también se había cambiado antes de ir a la banca y encontrarse con Thiago.

—Te juro que si te hubiera visto no hubiera duda ni un segundo en saludarte —señaló Thiago.

Light suspiró. No tenía caso seguir insistiendo. Probablemente Thiago no lo había reconocido bien por la distancia, o tal vez tenía prisa. Ya no importaba.

—Está bien —siguió— ¿qué es lo que querías decirme?

—Conseguí empleo —soltó Thiago con una sonrisa pura de orgullo y felicidad.

Light también sonrió cuando lo escucho —¡eso es genial Thi!

—¡Lo es! Al fin voy a tener un sueldo fijo, voy a poder ayudar a mi Tata, y si todo va bien, podré entrar a la misma escuela que tú.

Light no aguanto la emoción, abrazó a su amigo con todas su fuerzas. Finalmente iba a poder presentarle a sus amigos a Thiago.

—Ya no tendremos que reunirnos nada más aquí, podremos vernos más tiempo y en otros lugares —dijo Light feliz. Thiago asintió.

—Voy a trabajar en un taller, Tata me consiguió el trabajo —explicó— el dueño es amiga de ella.

Light entendió porque Thiago había estado sucio y sudoroso. Probablemente ese día había ido a trabajar y era por eso, que en su momento se había alejado con tanta prisa. Light confirmó su teoría cuando Thiago comenzó a hablarle de su día. La chica que trabajaba en el lugar, Fátima, y de cómo le gustaba quejarse de todo lo que le ponían a hacer. El señor Ramos, su jefe, y como a Thiago le parecía un hombre con una presencia abismal. Su Tata pidiéndole ayuda para coser un regalo y como Thiago se cortó con la aguja.

Era parte de su rutina que Thiago hablará sin parar mientras Light escuchaba con atención. Algunos dirían que una relación así no era para nada justa. ¿Por qué Thiago no dejaba hablar a Light? En realidad no era así, Light prefería escuchar a Thiago hablar por horas, antes de él tener que hacer lo mismo. Lo suyo era escuchar. Era como si estuvieran hechos uno para el otro, como si fueran piezas de rompecabezas que encajaban perfecto. Thiago hablaba mucho, y Light estaba ahí para escucharlo.

Era perfecto.

...

Después de despedirse de Thiago y acordar verse al día siguiente, Alec fue con sus amigos. Pasaron toda la tarde en el mar, el amigo de Dariel era muy gracioso y a todos les cayó bien. Saúl les enseñó a subirse en una tabla de surf. Piero aprendió a la primera, sin embargo, Mike, Dariel y Alec no lo lograron tan fácil. El día terminó rápido, lleno de risas y emociones. Los chicos tomaron un descanso para comer algo, cuando vieron que comenzó a anochecer. Mike se fue junto a Piero, mientras que Dariel se quedó con Saúl. Alec caminó hacía su casa por la orilla del inmenso azul. La luna se reflejaba con esplendor sobre el mismo, el silencio de la noche combinado con el compás de la marea causaban una sensación de relajación en Alec. Podía imaginar la hermosa vista que habría en la banca. Quería dibujarla. Había dejado de pintar hace unos años, y ahora quería volver a hacerlo. Un dibujo era una foto con más magia. 

El chico mariposa - LonelinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora