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Thiago lo estaba viendo. Alec sintió su mirada desde la otra punta del salón, sorprendido actuó como si nada. Estaba hablando con Piero. Saúl y Dariel jugaban con una pelota que se encontraron por ahí. Los demás comenzaron a salir del salón, poco a poco solo quedaban ellos y Thiago. Alec esperó a que se fuera como solía hacer, sin embargo, Thiago no parecía tener intenciones de irse. Mike tomó su cuaderno de las manos de Piero.

—¿Podemos irnos ya? Tengo hambre.

El dúo dinámico, Dariel y Saúl, fingieron no escuchar a Mike. En su lugar, aventaron la pelota con intención de que llegara a Mike. Mike no pudo reaccionar y no la alcanzó , Alec vió cómo el objeto rebotó varias veces antes de caer justo en frente de Thiago. La confusión apareció por un instante en el rostro del chico, sus ojos dejaron de verlo y se enfocaron en la pelota, incómodo se levantó y la recogió. Dariel se disculpó. Tras decirle que no pasaba nada, Thiago dejó la pelota en la mesa donde Alec estaba sentado, y salió del salón. Alec no dejó de verlo ni un segundo. Se había ido. Una idea pasó con rapidez en su cabeza, tras decir una excusa los chicos se fueron, dejándolo solo. Alec aprovechó, sacó su cuaderno de dibujo y busco un retrato que había hecho la semana pasada. Una vez lo encontró salió. Busco a Thiago, sin embargo, no había rastros de él. Decepcionado, se dirigió a la cafetería. Se compró unas gomitas y se sentó en una mesa alejada. Abrió su cuaderno y el dibujo que buscó anteriormente lo saludó. Era un colibrí.

...

A lo largo de la semana, Thiago no dejaba de observar a Alec. Durante las clases, los descansos e incluso la salida podía sentir los ojos del chico sobre él. Al principio, la sensación de ser visto por Thiago, dejaba muchas emociones en Alec. Era como si los papeles se hubieran invertido. Finalmente, después de tantos años recibía atención de quién siempre espero. La primera vez que Thiago le habló a Light sobre Alec, fue como un golpe de realidad. Escuchar su nombre salir de los labios de su amigo fue algo que pensó jamás pasaría.

—Se llama Alec —explicó con voz melosa.

Light entrecerró los ojos. Ese nombre se sintió tan lejano para sus oídos.

—Me gusta verlo en la escuela —continuó.

—Va a pensar que eres un acosador —se burló Light.

—Creo que sí lo soy —si, lo sé.

Light sonrió para sí mismo, con cuidado tomó un poco del verde que yacía bajo él. Poco a poco arrancó el herbaje.

—De todas formas, él también me ve, ambos somos acosadores —dijo mientras hinchaba los cachetes. Light le aventó un poco de pasto. Thiago rió.

—¿Ya has hablado con él? —preguntó Light. Sabía la respuesta, pero igual quería escuchar lo que Thiago tenía que decir.

—No —Thiago puso cara de pensar— solo esa vez que me ayudó en el restaurante.

Light lo miró con cara expectante. Quería más información. No lo admitiría pero amaba escuchar a Thiago hablar sobre él.

Thiago entendió lo que Light quería, se levantó para sentarse junto al pequeño niño.

—No necesito hablar con él para conocerlo —sus ojos se posaron sobre la pulsera que sobresalía en el tobillo de Light— sé que le gustan las mariposas y probablemente odia hacer ejercicio. Se lleva bien con casi todos, pero tiene su propio grupo de amigos.

Light, curioso por lo qué Thiago pensaba de sus amigos, lo empujó a seguir hablando.

—¿Qué amigos? —quiso saber.

—Son cuatro —Thiago usó sus dedos para contar— Mike, Dariel, Saúl y Piero.

—¿Tampoco has hablado con ellos?

—Sí —la respuesta sorprendió a Light— hable con Piero una vez.

¿Piero? Light sabía que en segundo de secundaria, Thiago y Piero habían estado en el mismo salón, sin embargo, nunca se hablaron. A veces Piero le contaba a Alec acerca de Thiago y como se comportaba durante clases. Pero todo era desde la distancia. Si ellos habían hablado, debió ser reciente.

—¿Cuándo hablaron?

—Hace unas semanas —explicó— me pregunto donde trabajaba, así que se lo dije.

Light hizo memoria, fue Piero quién le había dicho que el restaurante a dónde quería ir Mike, era de hecho, donde trabajaba Thiago. En ese momento, Alec estaba distraído y no reconoció el nombre del lugar, si Piero no le recordaba, él hubiera dicho que no.

—Se me hace raro, cuando volteó a ver a Alec, a veces Piero ya me está viendo, como si esperara a que yo volteara. Parece tener una actitud reservada y ser alguien callado, pero hay veces en las que veo que una parte extrovertida surge.

Light lo analizó. Piero era uno de sus amigos más antiguos. Se conocieron por sus mamás, ambas trabajan en la misma compañía desde hace años. Su amistad podría resumirse en dos amigos que siempre estaban juntos para todo. Tal vez no tenían la misma confianza que Light con Thiago, pero definitivamente eran cercanos. Desde siempre, Piero ha sido alguien extrovertido, podía gritar en un metro totalmente en silencio y no le daría pena. Sin embargo, la perspectiva de Thiago solo confirmó las sospechas que tenía hace tiempo.

No con él, pero si con el resto, Piero escondía su verdadera forma de ser. No sabía por qué, pero desde la secundaria, Piero no era él mismo. Sorprendentemente, Thiago también lo vió así.

—No se que tenga, pero no es mal chico —concluyó Thiago— ninguno de sus amigos lo es. Algunos son muy ruidosos, y Mike siempre se pone de mal humor si no le dan de comer, pero en general son buenos. Igual que Alec.

La felicidad fluyó en el rostro de Light al escuchar a Thiago hablar bien de sus amigos. Si se conocieran, se llevarían muy bien. Lo sabía.

—Deberías hablarles —dijo después de un tiempo.

—Tal vez debería —murmuró Thiago, más para sí mismo que para Light.

El silencio predominó. Thiago se acostó buscando dormir. Light sabía que estaba cansado, asistía a la escuela por la mañana, y en las tardes tenía trabajo. Thiago tenía 18, si lo piensas es normal que a su edad trabaje, sin embargo, llevaba haciéndolo desde los 10. No disfrutaba su vida.

Thiago jamás se quejaba ni se detenía. Light lo admiraba por eso. Conocía a mucha gente y nadie tenía la determinación que el castaño mantenía desde pequeño. No solo se esforzaba para pagar la escuela, también lo hacía para pagar las medicinas de su abuela. Thiago era su pilar. 

El chico mariposa - LonelinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora