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—Hoy tampoco vino —dijo Piero.

—Tal vez esté trabajando —agregó Mike.

Alec tenía la vista puesta sobre un asiento vacío. Se mordió el labio preocupado. Sus amigos no pudieron evitar seguir su mirada, Piero no dijo nada mientras que Mike solo veía a su amigo.

—No te preocupes por él, igual y está enfermo.

Alec volteo mientras negaba con la cabeza. Incluso si estuviera enfermo iría a la escuela, ya lo había hecho antes, no sería una sorpresa. Piero puso su mano en su hombro intentando reconfortarlo.

—Volverá —aseguró.

Eso fue lo que prometió, pero no cumplió. Alec regresó a la banca no una, sino cinco veces en esos dos días. No vio a Thiago nunca. Visitó el taller del señor Ramos con la esperanza de encontrarlo ahí, sin embargo, Fátima le dijo que no los había visitado desde hace un buen tiempo. Fue al restaurante donde trabaja, y tampoco lo encontró, el señor Higgins estaba furioso por su ausencia, amenazando despedirlo. A la escuela tampoco había asistido, era como si Thiago se hubiera evaporado por completo.

Entendía porqué lo hacía, lo entendía más que nadie, y era justo por eso que quería encontrarlo. En esos momentos seguramente estaría confundido y destrozado. La última vez que lo vio se veía tan desesperado. Le recordó la vez que lo encontró sentado en la banqueta esperando, esperando a Light. Sus ojos solo estaban llenos de miedo, justo como ahora. No soportaba verlo así, había sido egoísta.

Después de tantos años, solo anhelaba que Thiago pudiera verlo, no como Light, sino como Alec. Finalmente había sucedido, y era lo más doloroso que podía sentir.

Su papá le contó sobre cómo un amigo había ido a la casa buscándolo, como lo invitó a pasar y le contó sobre... Cass. Por eso Thiago sabía sobre ella. Es un idiota, se acababa de dar cuenta que todo era una mentira, y lo único en lo que se preocupaba era en que no se sintiera mal por Cass. Un verdadero idiota.

—¿Por qué no vas a su casa?

—¿Qué?

Piero puso los ojos en blanco, mientras se acercaba más para que Alec pudiera escuchar mejor.

—Dije, ¿por qué no vas a su casa?

Alec abrió los ojos con sorpresa. Honestamente, si había pensado en eso, pero su conciencia lo descarto tan pronto la idea pasó por su cabeza.

—Sabes donde vive ¿no? ve —continuó Piero.

—Se donde vive, pero...

—Pero nada —interrumpió Mike— Piero tiene razón, ya lo buscaste en todos los lugares posibles excepto en su casa, seguramente estará ahí.

Piero asintió en respuesta.

—Mira Alec, ninguno sabe porque buscas a Thiago con tanta desesperación pero debe ser importante, así que no te preocupes, nos tienes a nosotros y te apoyamos en todo.

Alec no pudo evitar sonreír.

—Gracias —murmuró. 

El chico mariposa - LonelinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora