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Alec sostenía una carta entre sus manos. El sobre se mantenía cerrado. Pasó su dedo por la hoja lentamente indeciso entre abrirlo o no. En el frente, un nombre estaba escrito con tinta negra.

Mael Oliveira.

Alec reconoció el apellido en cuanto lo leyó. Tras unos minutos de pensarlo, se decidió y abrió el sobre con delicadeza. Nervioso sacó la hoja y leyó su contenido.

...

Alec vio el reloj de su muñeca. Llegó un poco tarde, levantó la mirada en busca de alguien en específico. Un hombre de no más de 30 años lo llamó con la mano, nervioso, Alec se acercó lentamente.

—Tu debes ser Alec —El hombre le ofreció la mano, Alec la tomó mientras asentía.

—Mucho gusto, permíteme presentarme —le sonrió— soy Mael Oliveira, el hermano mayor de Cass.

Alec parpadeo confirmando sus sospechas. —Alec Viena.

—He oído mucho de ti Alec —Mael, tenía la piel bronceada, llevaba unos shorts de rayas. Una playera con el logo 'peace and love' se alcanzaba a ver debajo de su gran chamarra negra. Tenía el cabello corto estilo militar, sus ojos café lo veían con interés. Su rostro estaba cubierto de pequeñas pecas. Su parecido con Cass era realmente asombroso. La única diferencia era el color de su cabello. Mael lo tenía de un tono castaño mientras que Cass era pelirroja.

—¿Para qué querías verme? —quiso saber Alec.

—Quería hablar —Mael soltó despreocupado. Alec esperó a que dijera algo más, sin embargo, eso no pasó. El día estaba calmado, el sol se había ocultado hace rato. El aire comenzaba a crecer, las olas cantaban con lentitud. Mael había escogido una zona relativamente silenciosa para su encuentro. Alec no sabía que hacer, por lo que se sentó en el piso con cuidado. Mael copió su acto con confianza.

—¿Extrañas a Cass? —preguntó Alec.

—Todos los días —respondió Mael mientras tomaba una pequeña cantidad de arena entre sus dedos. Alec vio como la arena se resbalaba con facilidad de su agarre.

—¿Cómo me conoces?

Mael le dedicó una sonrisa antes de contestar —Mi tía me habló de ti, me contó que en ese entonces, eras el mejor amigo de Cass. .

—Lo era —dijo Alec mientras hacía un dibujo imaginario sobre su pierna.

—Háblame de ella.

Alec lo volteo a ver con incredulidad. Mael noto su mirada y soltó una risita.

—Cuando era mas joven, me fui a estudiar a España. Lamentablemente no estuve tanto tiempo y me gustaría escuchar lo que alguien más tiene que decir sobre mi hermanita.

Alec comprendió, con cuidado tomó entre sus dedos el dije de mariposa que colgaba con delicadeza de su pulsera, lentamente habló —Era muy obstinada, no aceptaba un no por respuesta. Me obligaba a escuchar sus canciones favoritas una y otra vez. Ella aseguraba que me estaba educando musicalmente. —al escuchar la última frase, Mael no aguanto la risa soltando una carcajada. Alec se sorprendió al ver que su risa era en realidad, muy pegajosa.

—Su color favorito siempre fue el rojo, decía que su cabello era el más hermoso por su color, —Alec sonrió ante el recuerdo— en realidad tenía razón, su cabello era hermoso.

—Puedo imaginarlo —comentó Mael.

—Una vez me contó que las pecas de su rostro eran hormigas que se habían secado por el sol. Recuerdo que me emocioné y pensé que lo decía en serio, yo también quería hormigas secas en mi cara. Cuando le conté, Cass se burló de mí.

El chico mariposa - LonelinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora