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—Thiago trabaja ahí —le susurró Piero.

Alec abrió los ojos con sorpresa.

—¿Me acompañas o no? —preguntó Mike, tenía su mochila lista sobre su hombro. Se estaba muriendo de hambre, y eso lo ponía de mal humor. Ninguno de los chicos quería ponerlo peor.

—Sí —exclamó Alec.

—Entonces vámonos, si no como algo voy a matar a Dariel.

—¿Yo por qué? —Dariel se quejó. Alec se levantó de su lugar, guardó todas sus cosas con rapidez. Una vez listo, hizo una señal para Mike.

—Porque eres el más molesto de todos —contestó Mike con el ceño fruncido. Dariel se puso en defensa, sus brazos frente a él aparentando un escudo.

—Te dijo molestia —rió Saúl, burlándose.

—Tú también lo eres así que cállate —soltó Mike mientras lo apuntaba. Saúl se callo. Dariel comenzó a reírse por igual. Alec empujó a Mike para que pudieran irse.

—¡Tú tampoco te salvas , eh Piero! —Piero, quién había estado en silencio escuchando a los demás, levantó las cejas sorprendido. La risa de Dariel se unió con la de Saúl. Ambos chicos se burlaban de su amigo, como si hace unos segundos no les reclamaron igual.

—Él más aguantable es Alec, y eso solo porque me compra comida —bufó Mike. Alec le dio unas palmadas en la espalda.

—Vamonos vamonos, antes de que le declares la guerra a todo el salón. —jaló a Mike y finalmente salieron.

...

—¿A quién buscas? —interrogó Mike.

Alec fue sorprendido, compuso su postura y tomó la carta.

—¿Ya ordenaste? —preguntó.

—No me cambies el tema —amenazó. Vio a Alec con ojos de interrogatorio. Alec le sostuvo la mirada fingiendo inocencia.

—¿Qué van a ordenar? —interrumpió una voz. El rostro de Mike cambió rápidamente. Alec aprovecho para cubrir su cara con el menú.

—Yo quiero pulpo, bien cocido. Ah, y que esté bien condimentado. También quiero unas papas a la francesa, y un guacamole. De beber quiero una coca. —Alec vio por el rabillo, Thiago apuntó todo lo que Mike pedía. Llevaba un delantal con el logo del local, su cabello revoltoso estaba amarrado detrás de su cabeza. Estaba prestando atención a lo que Mike decía. Cuando terminó su mirada cambió hacía Alec.

—Yo quiero —hizo una pausa, fingiendo que leía el menú— Carne...

Mike rió— Es un restaurante de mariscos y tú pides carne.

—¿Tienes algún problema con eso? —Mike negó la cabeza con energía mientras seguía riendo— ¿No? Muy bien eso pensaba.

Thiago solo sonreía.

—Muy bien, entonces sería; un pulpo bien cocido y condimentado, una orden de papas a la francesa y guacamole, una carne ¿la quiere empanizada?

Alec asintió.

—Una carne empanizada —continuó— una coca cola ¿usted que va a beber?

—Jugo de naranja —cuando Thiago lo escuchó inconscientemente esbozó una sonrisa. Anotó en su cuaderno.

—Muy bien, pronto les traigo su orden —se estiró para recoger los menús y se fue.

—Piero recomendó este restaurante —tomó una servilleta y comenzó a doblarla— Espero que sea tan bueno como dijo ¿habías venido antes?

El chico mariposa - LonelinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora