La Nueva Niñera - Capítulo III: Un héroe intimidante

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Julio - 21 años

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Julio - 21 años

Si bien era difícil tratar con Fuyumi y sobre todo con Natsuo, Ruri no imaginó que el pequeño Shōto también se mostraría reacio hacia su persona. El pequeño bicolor lloraba constantemente y ni siquiera la señora Okada era capaz de calmarlo del todo, ni los juguetes ni la comida lograban ser efectivos para contentarlo y era obvio para la pelirrosa que el pequeño extrañaba a su madre, lo cual solo ablandaba más el corazón de la muchacha.

A pesar de llevar tres días ayudando a la señora Okada, Ruri no había tenido éxito en mejorar su relación con los infantes de aquella casa, es más, Natsuo no podía ni verla sin fulminarla con la mirada y Fuyumi huía apenas se percataba de su presencia.

«A donde te viniste a meter Ruri», pensó la joven mientras intentaba hacer que Shōto parara de llorar, ya llevaba toda la tarde en ese mismo estado y la verdad es que el cansancio tanto físico como mental le estaban pasando factura.

—Ya, t-tranquilo pequeño —un par de lágrimas producto de la frustración amenazaban por escapar de sus ojos, agitaba un juguete frente al pequeño, intentando hacer que este dejara de llorar mientras jalaba el cabello de la pobre chica—. Por favor ya no llores...

La pelirrosa se lamentaba por lo patética que se veía, pero en cuando vio a Natsuo pasar por la sala mirándola con sorna, limpió su rostro sintiéndose humillada y decidió que no dejaría que un trío de chiquillos la derrotaran de forma tan patética.

—Ruri, deja que yo me encargue un rato de Shōto, si quieres puedes comenzar a preparar la cena —sugirió Okada-san mientras extendía sus brazos hacia Shōto y le arrebata el cabello de la muchacha de sus manitos—. Puedes ir a arreglar tu cabello también.

—Muchas gracias Okada-san —Ruri suspiró más relajada en cuanto salió de sala, para dirigirse al baño para arreglarse un poco, al mirarse al espejo se percató de lo desaliñada que lucía—. Parezco una loca...

La joven ahora se encontraba tarareando una dulce melodía mientras revolvía lo que parecía ser un estofado, lucia una coleta alta que recogía sus mechones rosas y un delantal de cocina azul que hacían juego con sus brillantes ojos, era una mujer h...

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La joven ahora se encontraba tarareando una dulce melodía mientras revolvía lo que parecía ser un estofado, lucia una coleta alta que recogía sus mechones rosas y un delantal de cocina azul que hacían juego con sus brillantes ojos, era una mujer hermosa sin duda, pero lo que más resaltaba era su gentil sonrisa que casi nunca abandonaba su rostro, además de su característico lunar junto a su labio.

Determinación familiar ◆ Endeavor x OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora