Días de Sosiego - Capítulo I: Un cálido invierno

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Diciembre, 21 años

Aquel fin de semana, Ruri aprovechó tener un merecido descanso de sus labores como niñera para salir a divertirse con Shiori. Hacía tiempo que no se relajaban y disfrutaban de una noche de chicas en la ciudad.

Se citaron en un conocido bar del centro para tomar unas copas y charlar animadamente. El ambiente estaba en su punto cuando llegaron, con la música a tono perfecto y las luces tenues creando un ambiente acogedor. Ruri y Shiori ocuparon una mesa junto a la pequeña pista de baile.

―¡Por fin! ¡Noche de chicas! ―vitoreó Shiori alzando su bebida recién servida.

Ruri chocó su vaso contra el de su amiga y ambas rieron antes de dar un trago. La pelirrosa se relajó de inmediato, dejando que la tensión acumulada de las últimas semanas se disipara poco a poco con cada sorbo de su trago.

Sin embargo, Shiori rápidamente comenzó a escanear la concurrencia con ojos críticos, dedicándole fugaces miradas y sonrisas coquetas a varios chicos y chicas bien parecidos del lugar. Ruri negó mientras ponía los ojos en blanco, ya estaba acostumbrada al comportamiento galante de su amiga.

―Vamos Ruri, no te quedes tan seria ―la codeo Shiori con una risilla―. Deberíamos disfrutar un poco de la vida nocturna. Ya varios te han echado el ojo.

―Yo paso, muchas gracias ―declinó Ruri meneando la cabeza―. Aún no estoy de humor luego del drama en mi trabajo.

―¿Ese jefe amargado tuyo otra vez? ―Shiori frunció la boca con disgusto―. No deberías estresarte tanto por ese vejestorio.

Ruri pensó que lo mejor era mantener en secreto la identidad de su "jefe" por el momento y así evitarse más problemas, por lo que su amiga no sabía realmente quien era su jefe.

―¡Eso es lo peor! ¡No es ningún vejestorio! Es un hombre hecho y derecho en la flor de su vida ―soltó Ruri ya ligeramente pasada de copas, casi sin darse cuenta. Luego carraspeó, incómoda por su arrebato―. Es solo que a veces puede ser tan odioso y desconsiderado.

―Mmm si tú lo dices ―replicó Shiori escéptica y dio un largo trago a su bebida―. Cambiando de tema, ¿qué hay de ese chico lindo de por allá? Se ve bastante bien.

Ruri siguió la mirada de su amiga, posándose en un apuesto joven que charlaba con un grupo junto a la barra. Abrió la boca para contestar algo, pero las palabras simplemente no salieron en cuanto sus ojos se posaron en aquella cabellera pelirroja. Era un hombre alto y parecía en forma, era apuesto y totalmente su tipo.

Sin embargo, en su mente, la imagen del señor Todoroki acaparó sus pensamientos de repente debido al parecido, lo que la hizo negar en seguida.

Recordó su imponente figura de metro noventa de altura, sus anchos hombros y musculatura definida. Un escalofrío le recorrió la espalda al evocar su porte autoritario y penetrante mirada azul. Tragó saliva con fuerza y se removió inquieta en su asiento.

―La verdad... no sé por qué, pero no puedo ―confesó con un leve rubor cubriendo sus mejillas―. Me recuerda demasiado a mi jefe y eso quita toda la pasión de la primera impresión.

Shiori enarcó una ceja con gesto pícaro y se inclinó sobre la mesa con los codos.

―¿En serio? ¿Y eso por qué será? ―la presionó con tono sugerente―. Debo admitir que aunque ese sujeto tenga una personalidad de mierda, debe ser muy atractivo físicamente, por lo que me dices.

―¡Shiori! ―la reprendió Ruri avergonzada, pero tuvo que hacer un esfuerzo para no morderse el interior de su labio de manera inconsciente―. Está bien, lo admito... Todoroki-san es muy apuesto, con esa mirada penetrante y ese andar tan imponente.

Determinación familiar ◆ Endeavor x OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora