Never kick a girl

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Jimin se levantó de la cama, asumiendo que no volvería a pegar ojo aquella noche. El sueño había revivido fantasmas de su infancia que ni siquiera sabía que estaban ahí, y su cabeza no paraba de dar vueltas en el mismo tema. Saber que las tres chicas con las que compartía casa y trabajo habían estado en su vida cuando era sólo una niña había cambiado completamente su visión sobre ellas. Antes de aquella tarde, sabía que había tenido compañeras en la clase estrella, pero apenas recordaba sus rostros, y jamás se le hubiera ocurrido relacionar esas facciones borrosas que reconocía de su mejor amiga de la infancia con Ningning, que con quince años más no se parecía en nada a aquella niñita pelinegra. Tampoco había sabido ver a la pequeña genio de las matemáticas en Giselle, o a la mejor de la clase en Minjeong. Sonrió un poco, ¿de verdad le había gustado Minjeong con seis años? Bueno, siempre le habían gustado inteligentes, nada interesadas en ella y bastante heterosexuales.

                     

Pensándolo bien, aquella descripción se cernía bastante bien a la Minjeong del presente. Pero claro que, la teoría era bastante distinta a la práctica. ¿Cómo iba a gustarle aquella arrogante, presumida, irritable, orgullosa y extremadamente sensual mujer? Espera... ¿realmente había dicho eso? "Bueno, Jimin, no eres de hierro", se consoló, pensando que le cayera bien o no, Kim Minjeong era una mujer guapísima. "Y es tan mona cuando se enfada...", se recordó sin ni siquiera darse cuenta. "Y madre de dios el otro día en las pistas de tiro, como cogía la pistola...".

                     

Se puso de pie rápidamente para ir a la cocina a por un vaso de agua. De repente sentía la boca seca. La casa estaba en completo silencio, y la penumbra sólo dejaba adivinar los contornos de los muebles. Oyó un ruido aislado, un entrechocar de cristales que venía desde la cocina. Su adiestramiento como guerrera le permitió acercarse a la fuente del ruido sin ser percibida, confundiéndose con cada sombra y cada rincón oscuro. Se relajó cuando vio a Giselle sentada en uno de los altos taburetes de la isla, con un vaso en la mano y una botella de vodka en la otra. Por la forma en la que su cuerpo se inclinaba cada vez más y el rubor de sus mejillas, llevaba ahí un rato, y había consumido ella sola todo lo que faltaba del recipiente. Al parecer, el insomnio era un huésped habitual en la planta número veintinueve de la SM Building.

                     

- Buenas noches, chica nueva - saludó con cierto achispamiento en la voz.

                     

- Hola, Giselle.

                     

- Vamos, siéntate un rato con la tía Gigi.

                     

Jimin se lo pensó, sobre pensando si le merecía la pena aguantar a una Giselle borracha desvariando, pero que dadas las circunstancias, no tendría una oportunidad mejor para sacarle información.

                     

- ¿Qué haces aquí despierta? - preguntó Jimin sentándose frente a Giselle, a pesar de que sabía la respuesta. En el tiempo que había estado ahí, le había dado tiempo a ver la extraña relación que mantenía con Ningning. No la comprendía del todo, pero podía ver que era algo que les provocaba a ambas un profundo dolor.

                     

- La vida, la vida... - susurró, haciendo girar el hielo por su vaso -. Te va a tocar aguantarme borracha, Jimin. Ningning no quiere ni verme y Jeong está haciendo cosas guarras con el idiota del de seguridad.

                     

- ¿Otra vez? - inquirió Jimin sin poder pensar dos veces antes de hablar. Tampoco es como si le importara mucho con quién se acostara Minjeong.

Professional Killer - Winrina/JiminjeongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora