After all we lie

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Seis meses más tarde.

                     

La calle estaba abarrotada. Empresarios enchaquetados que caminaban con prisa, estudiantes que revisaban sus apuntes a riesgo de caerse, niños correteando perseguidos por sus padres... y ella. Aquella figura espigada con la capucha sobre su pelo rubio caminaba entre ellos, mimetizándose, con las manos en los bolsillos y el ceño fruncido. Jimin estaba mucho más rota que unos meses atrás. En ese tiempo, la habían obligado a cometer atrocidades que jamás hubiera hecho por su propia cuenta, y por las noches, los rostros a los que asesinaba se le aparecían en sueños. Había conseguido una falsa libertad. Al menos, podía caminar por Seúl a su antojo, siempre y cuando obedeciera cuando SM la necesitase. En ese tiempo, había llegado a odiar a su padre más que nada en el mundo, y cada noche de misión, antes de salir, rezaba por su muerte o por la propia.

                     

Al fin, Jimin llegó al alto edificio de cristales. La SM Building. En teoría, debería mantenerse alejada de él, bajo duras consecuencias, pero lo visitaba desde la distancia cada mañana que tenía libre. Pasaba las horas muertas mirando el piso veintinueve, sin saber que sus amigas llevaban meses sin pisarlo. Su única esperanza era ver a Minjeong salir algún día, al menos de lejos, comprobar que estaba bien, que tenía una razón para seguir viviendo. Minjeong... La extrañaba tanto. Y esa añoranza se había convertido en dolor, sobretodo las noches en las que los cuerpos que mataba en sueños adoptaban su rostro. Jimin sabía lo que significaba: si metía la pata, mataría a Minjeong. Se apoyó en una farola, con su único consuelo de que la tenía cerca, y cerró los ojos.

                     

- Hola.

                     

Jimin se tensó y abrió mucho los ojos ante esa voz. No podía ser. Reconocería aquel timbre alegre en cualquier parte. Giró un poco la cabeza y tuvo que contener las lágrimas. Ningning. Su Ning, tan sonriente como siempre. Estaba bien, vestida con uno de sus anchos jerséis y su falda vaquera. Pero le dolió tanto no ver ni una pizca de reconocimiento en sus ojos... Jimin se rebujó en la capucha para ocultar su rostro y no contestó. Las palabras de Khalan estaban claras: si alguna de las tres la veía, no había trato.

                     

- Te vi ayer por aquí - continuó Ningning -. Bueno, llevo varios días viéndote.

                     

- Lo siento, te has confundido de persona.

                     

La mayor hizo un gesto de asombro.

                     

- No, no creo. Estoy bastante segura que eras tú. Siempre vienes y te quedas aquí un rato.

                     

Jimin apretó los dientes, conteniendo sus impulsos de lanzarse a abrazarla o salir corriendo.

                     

- Es la primera vez que vengo - negó.

                     

Ningning hizo un puchero.

                     

- Oh, bueno, pues lo siento. - Suspiró, y echó una mirada a la SM Building. Parecía pensativa -. ¿Tú sabes lo que es ese edificio?

Professional Killer - Winrina/JiminjeongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora