What's the deal

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Los lesbicosensores de Giselle no fallaban nunca.

                     

Y aquello era una verdad absoluta de la que nadie dudaba. Por eso, cuando su mejor amiga apareció por la cocina al mediodía, con ojeras y una mano sobre la frente, sabía que Yu Jimin había tenido algo que ver. Minjeong se sentó en uno de los taburetes, enterró la cabeza en las manos y se dedicó a gimotear como un bebé quejica. Giselle le tendió un vaso de agua con una aspirina, aparentando ser una amiga buena y preocupada para pillarla por sorpresa con su ronda de preguntas.

                     

- ¿Cómo fue la misión? - preguntó, haciéndose la desentendida.

                     

- Prince está muerto.

                     

Giselle alzó las cejas, sorprendiéndose por su sequedad. ¿Qué demonios le pasaba? Si su cálculos eran correctos y Jimin le había quitado la mínima inocencia que le quedaba, no debería estar de tan mal humor. Es más, debería estar dando saltitos y coleccionando flores.

                     

- ¿Y cómo es que volvisteis tan tarde? - inquirió -. No os oí entrar.

                     

Minjeong gruñó.

                     

- Fuimos a cenar - bufó -. Y acabamos borrachas. Ahora tengo resaca y me quiero morir.

                     

- Ah.

                     

Aquello no podía ser. Las manos y, preferiblemente la lengua, de Jimin tenían que hacer aparición en la historia en algún momento. Pero es que anoche no las había oído, ni tenía ningún tipo de prueba para atacar con su interrogatorio. Sin embargo, como un hechizo, Minjeong preguntó por la pelinegra con el ceño fruncido.

                     

- ¿Has visto a Jimin?

                     

- Está entrenando con Ningie.

                     

"Entrenando, claro". ¿Y si Jimin no se acordaba de nada de la noche anterior? ¿Y si sólo había sido por los efectos del alcohol? ¿Por qué le importaba tanto? ¿Cómo podía irse a entrenar tan tranquila cuando ella sólo podía pensar en la piscina? Gruñó y se tomó la pastilla apurando el agua hasta el final.

                     

- Min... - musitó Giselle, pensando en que su amiga parecía medio muerta.

                     

- Anoche casi me acuesto con Yu - soltó Minjeong sin anestesia. Giselle abrió mucho los ojos, dándose cuenta de que había sido idiota al pensar que tendría que interrogarla porque Minjeong no se lo contaría. No había nada que Minjeong no le contase.

                     

- Oh, wow. No me lo esperaba, a ver sí, pero no así. ¿Qué... qué pasó?

                     

- Volvimos borrachas a las tantas de la madrugada - explicó -. Lo recuerdo todo bastante borroso, pero nos enrollamos en la piscina.

Professional Killer - Winrina/JiminjeongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora