All eyes on me when I step in the room

571 79 10
                                    


Jimin había luchado contra muchos adversarios durante toda su vida. Había estado al borde de la muerte en múltiples ocasiones, la habían secuestrado, disparado, apaleado y amordazado. Había sido interrogada por el ejército ruso y perseguida por los talibanes. Pero nunca había sentido tanto miedo como al ver a Kim Minjeong entrar en aquel despacho. Jimin llevaba allí algo más de diez minutos, rebuscando entre los cajones, rezando por que nadie (y menos su temible líder) la encontrase. Sabía que aquello había sido una maniobra temeraria, pero tenía que empezar a moverse, a descifrarlo todo, a hacer lo que había venido a hacer.

                     

Pero entonces Minjeong había interrumpido en la habitación, con su rostro impasible y sus manos en las caderas. Y Jimin había hecho lo único que se le había ocurrido, aún arriesgándose a un puñetazo. Ella que era estratega sabía que un movimiento así, desesperado y por sorpresa, sería lo único que podría sacarla de aquel marrón. Y sorprendentemente, había funcionado. Había dejado a Minjeong fuera de juego. Sonrió para sí, sintiendo que había conseguido una gran victoria. O al menos, hasta que la oyó gritarle a su espalda.

                     

- ¡Yu! - exclamó la otra, segura, a paso firme frente a ella -. La próxima vez que quieras hablar con Soo Man vienes y me lo dices. No te quiero dando vueltas por el edificio.

                     

- Quise decírtelo - comenzó -. Pero... parecías estar ocupada.

                     

Jimin había visto a la pareja entrar en la habitación frenéticamente, devorándose. Aunque más bien, ella lo devoraba a él. Aquel chico no era más que un animalillo asustado en comparación con Kim Minjeong. En cierto modo lo compadecía, aunque por otro lado... Ese tal Jaemin se estaba acostando con Minjeong, cosa que hacía a Jimin pensar en ella de una forma que no le gustaba nada. ¿Cómo sería ella, la mujer más seductora y peligrosa del país, en ese aspecto? "Cálmate, Jimin, joder. Que no tienes quince años".

                     

De vuelta a aquellas oficinas, si Jimin había esperado volver a dejarla sin palabras estaba equivocada. Su líder había vuelto con ganas de guerra, y en aquella ocasión, no iba a perder.

                     

- Si estás celosa sólo tenías que decirlo.

                     

Jimin abrió mucho los ojos. ¿La estaba vacilando? Se habían invertido los papeles, y eso le gustaba. Hasta un punto que no admitiría. Dio otro paso hacia ella. Intentó ocultar una sonrisa al notar que Minjeong se erguía para intentar ponerse a su altura, cosa que sólo conseguiría con unos tacones y un taburete.

                     

- ¿Y vas a hacer algo al respecto, Kim?

                     

Minjeong se acercó un poco más, y casi en su oído dijo:

                     

- Ponte a la cola, Yu.

                     

Y se fue, con ese giro de melena y una caída de ojos. Jimin, al igual que probablemente todos los empleados, tuvo que mirarla marcharse, balanceando sus caderas más de lo normal y pisando fuerte. Jimin sonrió de medio lado al pensar que lo hacía porque sabía que ella la miraba. Había pensado que la había dejado K.O. en el despacho de Soo Man, pero Minjeong no era de las que se quedaban K.O. Nunca.

Professional Killer - Winrina/JiminjeongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora