5. La revelación

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Danielle.

Unos días después.

Marie toca algunos acordes que encajan perfectamente con el atardecer de mi ciudad, la voz de Jaden la acompaña, y las risas y copas de vino con mis tíos y mis padres, hacen que la velada esté yendo de diez.

Hoy como cada viernes, Víctor y Beca vienen a cenar a casa y a pasar un rato con nosotros de lo más necesario, por lo menos para mí, que desde que no vivo en Nueva York, ya no hago planes divertidos.

Estos días he querido refugiarme en mis amigos, en Lucas, en las charlas con Lana, y he ido con mis hermanos a hacerme un tatuaje en el hombro que represente nuestra unión, para así no pensar en que me duele el corazón, que nada me está saliendo como quiero, y en como tengo que encajar mi vida, a la vuelta.

Menos mal que Andrew ahora está ayudándome el doble, y que antes de manager, es amigo.

—¿Otra copa? —Unos rizos rubios aparecen en mi campo de visión y nunca antes me había salido una sonrisa tan sincera, mientras acepto gustosa la copa que me ofrece mi amiga y paso un brazo por sus hombros, besando su cabeza repetidas veces.

—¿Cuándo has llegado?

—Acabo de hacerlo —Star juega con mi pelo —Tenía que terminar de pasar a limpio un par de capítulos pendientes del siguiente libro. ¿Cómo sigues? —Me mira de arriba a abajo y alza sus cejas —Por lo menos te has cambiado de ropa.

Abro mi boca y le doy en el hombro —Star, van a pensar que no me ducho.

Mi mejor amiga suelta una carcajada y me abraza, llamando la atención de todos, que aún no habían visto que había llegado.

—Por lo menos te he subido un poco el ánimo —susurra, dando con su dedo en mi nariz.

¿Y cómo no, si es la mejor amiga que se puede tener?

Ella siempre ha tenido la palabra justa para mí en cada momento malo, y no sé si es porque es escritora, o que sabe realmente de la vida.

Yo creo que es lo segundo.

—Mi amor, ¿ya has acabado? —Beca saluda a su hija y me cruzo de brazos, observando la escena.

—Lo de hoy si —Mira a Víctor, con una sonrisa —Hola padre.

—Hola preciosa.

—¿Me has mirado lo de la máquina de escribir del abuelo?

—Cuando se te de por venir a casa, la recoges.

La rubia rueda sus ojos con diversión y saluda ahora a mis padres, Andrew, y mi hermana, que la abraza con una sonrisa de oreja a oreja.

Jad me mira —Al novio lo deja para el último.

Ruedo mis ojos —Vivís juntos, míster intensidad.

Mi hermano sonríe y se levanta del piano cuando Star abre sus brazos, para rodearle la cintura y levantarla dos palmos del suelo, fundiendose los dos en un beso que me está matando de la envidia.

Jaden ha aprovechado que Star necesitaba soledad, para quedarse aquí conmigo, pero ha sido un par de días, nada del otro mundo.

—¿Puedo volver a casa ya? —pregunta el Vaquero haciendo reír a su novia.

—Si, ya puedes, además he cambiado algunas cosas de sitio y estoy deseando que veas la nueva distribución.

—La inspiración ha dado para mucho, ¿Eh?

Vuelven a besarse y sonrío triste, girándome esta vez para que nadie me vea y llevando una mano a mi pecho. Quiero salir de mi encierro y olvidar los pasos que he estado dando últimamente, pero es que encima mañana es el cumpleaños del mejor amigo de mi hermano, y no quiero que me vuelva a tratar mal por querer felicitarlo.

ENAMÓRATE DE ALGUIEN MÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora