47. El ambiente raro

159 22 3
                                    

Sam.

Remuevo mi café, mirando a mis amigos, que discuten y no sé muy bien sobre qué, o si, pero me da un poco igual.

—No es ético, Jaden, y eso no debería discutirse.

—¿Me vas a venir tú a mí a hablar de ética?

—¿Y por qué no? Lo que planteas es rastrero.

—Yo pienso como Jacob. Esa filosofía tan hippie no me va.

Mi mejor amigo se ríe y niega, levantándose para llevar su taza de café al fregadero. Creo que hablan sobre estar o no con la chica de la que tú mejor amigo estaba enamorado en la secundaria. Jad piensa que si no hubo relación más allá de un amor no correspondido, ¿que problema hay con que tu amigo, si quiere, esté con esa persona, dejando el tiempo pertinente?. Mientras que el resto de mis amigos, piensan que los amores de la adolescencia, se deben respetar, y que por mucho que el tiempo haya pasado y esa persona ya no te genere nada, los amores de la etapa más loca y rara de una persona, no se tocan.

Yo personalmente pienso que si tu amigo no ha tenido nada serio con él o ella, o simplemente no ha tenido nada, ¿Cuál es el problema?

Osea, soy de la filosofía de Jaden.

Ahora, si fue alguien importante al punto de haber salido oficialmente juntos, ahí estamos hablando de cosas diferentes.

—Sois unos exagerados.

—En el fondo eso tiene que joder.

No sé, quizás me tendría que ver en la situación. Porque claro, si lo pienso desde mi posición, y yo nunca hubiese tenido nada serio con Danielle, pero a día de hoy tuviese esa espina clavada porque la quise mucho entonces, quizás si me jodería que algún amigo mío intentase algo con ella.

Mejor no voy a comerme la cabeza porque esta conversación me parece un poco trivial, sin más, un sin sentido.

—¡Buenos días!

Aquí está mi perdición.

Los chicos se callan cuando la hija mediana de los Dawson aparece, y la miro, dando un sorbo a mi café. Está radiante, espléndida, nueva, como si hubiese dormido dos días completos, y eso me pone feliz, muy feliz.

—¿Por qué os callais? ¿De qué hablábais? —comienza a prepararse el desayuno y observo su outfit. Pantalón corto blanco, blusa de seda del mismo color, y una cola alta y perfectamente peinada.

—No creo que te interese mucho la conversación —apunta Jad —¿Las chicas?

Dan muerde una de sus galletas favoritas para desayunar —Bajan ahora, yo es que tengo prisa.

¿Prisa? ¿Por qué?

—¿Por qué tienes tanta prisa?

Gracias Jacob.

—Mm —traga lo que tiene en su boca —Voy a la playa con Nathan y unos amigos.

Ah, mira tú que bien.

Vuelvo a darle otro sorbo al café y noto la mirada de mi mejor amigo sobre mí, mientras Tommy se acerca a su prima para interesarse más por su plan.

—¿A que playa vais? ¿Por qué no sabía nada?

La Morena se encoge de hombros —Tú siempre estás ocupado.

Ese tono...

—No pretendas que te incluyamos en todo cuando últimamente siempre dices que no a lo que te proponemos.

—Eso no es verdad.

Dan rueda sus ojos —Tom, por favor.

La conversación se torna aburrida cuando empiezan a discutir y es entonces cuando me levanto, dejo escapar un suspiro pesado y me encamino hacia mi habitación para cambiarme. Tengo que hacer algunas compras porque me han faltado cosas por traer, así que iré un rato a despejarme al centro comercial.

ENAMÓRATE DE ALGUIEN MÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora