40. Querido diario:

168 20 4
                                    

Danielle.

Papá me levanta un palmo del suelo y grito, agarrándome fuerte a sus hombros —¡Lucas!

—Estás más alta.

Ruedo mis ojos y él besa mi mejilla, haciendo reír a mamá que coloca toda su ropa en el armario de su habitación, en casa de los abuelos.

—Dudo que haya crecido mucho en cinco días que llevo aquí.

—Yo creo que si —papá acaricia mi pelo y sonrío —¿Donde estabas metida? Has sido la última en saludarnos.

Suspiro, echando mi pelo hacia atrás —He estado ocupada llevando algunas cosas a la casa de campo. Que todo se haya retrasado ha descuadrado el plan.

—Lo sentimos, pero el trabajo es así, y ahora que no está ni tu hermano ni Sam, te puedes imaginar el lío.

—Si, ya lo sé, no os preocupéis.

Papá sonríe y ayuda a Lana, que no da a basto con tanto equipaje.

No lo entiendo, para los pocos días que van a estar aquí...

Ya han llegado todos, bueno, quedan Noah y Gin que llegarán en unas horas, pero tío Tom y tía Julie han vuelto de viaje, las tías Charl y Oli ya se están instalando, tío Fred y tía Cami han sacado tiempo de debajo de las piedras, al igual que tío Joe y tía Soph aunque han preferido quedarse en un hotel, y Trace bueno...

Digamos que no sabemos de ella pero sabemos que está de camino.

Solo me queda por confirmar a Tío Jey, que me dijo Noah que llegaría en una semana para recoger a mi prima, aunque aún no era seguro.

Un punto a favor para Bianca, ella no quiere volver a casa.

—¿Necesitáis algo? En un rato tengo que ir a comprar algunas cosas con mi hermana.

Lucas niega —Nada, mi vida, gracias.

Asiento, con una sonrisa genuina en mi rostro.

En realidad voy a subirle el ánimo a mi gemela, que desde que la otra noche se presentó aquí el capullo de Fabriccio, está en modo paranoica, y no está disfrutando todo lo que debería de estos días.

No sé como lo hice, pero pude echar al capullo ese de casa de mis abuelos, antes de que Marie y mi manager bajasen. Había entrado diciendo que era un amigo de mi hermana, y en cuanto lo vi, no dudé, sabía que las intenciones no eran buenas, y muy amablemente le pedí que se fuera, junto a Jad, que le vi apretar los puños un par de veces.

Muy amablemente tampoco, pero podía haber sido peor.

Le he dicho una y otra vez a Marie que hable con Andrew y le explique que Fabriccio está en modo acosador,  él seguro que entiende que mi hermana no tiene la culpa de nada porque no es el típico machito tóxico, pero ella piensa que eso le va a molestar, y no le ha contado nada de lo que está pasando a su alrededor.

Aunque Andrew no es tonto, y la morena tiene que saber que las relaciones no funcionan así.

No sé porque no tiene todavía la suficiente confianza con su novio como para contarle esas cosas. Si ella tiene claro lo que quiere, ¿qué coño importa Fabriccio en todo esto?

—Dan, Sam me ha dado una mochila rosa con las cosas de Vaquero. Hay un cuentagotas dentro que es para la infección de estómago.

Asiento —¿Donde está ahora?

—¿Sam?

No, mamá.

—Vaquero.

—Con el abuelo. Lo ha sacado a pasear.

ENAMÓRATE DE ALGUIEN MÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora