Capítulo 10

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*último capítulo de esta historia antes del maratón del sábado*

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Pov Diana :

Era de noche y después de un día largo en el colegio y en el trabajo me di una ducha larga. Salí del baño con el pelo mojado y con solo una toalla envolviendo mi cuerpo delgado por haber dejado de comer.

Sentí un movimiento afuera, cerca del balcón y me asusté. Me fui acercando a paso lento cuando vi a una Elizabeth subir por el balcón y adentrarse en mi cuarto con una sonrisa.

— ¿no me jodas que ahora estoy alucinando? — pregunté pensando que me estaba volviendo loca.

— hola cariño...— susurró y las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.

Ella se fue acercando a mi lentamente, tomó mi mano y la puso en su rostro, donde mis dedos seguían la línea que definía sus labios. Salté sobre ella desarreglando un poco la toalla. Sentí su olor nuevamente, ese olor que me traía grandes recuerdos y a que a la vez me hacía sentir en casa, porque eso era Elizabeth para mi, casa.

— te amo mucho amor— dije en llanto y ella se veía tensa. — por dios te extrañé tanto —

Besé sus labios con tanto violencia que sin querer le hice una pequeña herida en este. Ella me acostó en la cama y se desvistió a la velocidad de la luz, besó mi cuello, seguramente asegurándose de dejar marca y luego unió su intimidad con la mía. Aquel rose me dejaba sin aire e hizo que todo mi cuerpo se retorciera.

Empecé a moverme abajo de ella para tener un poco más de presión y ella hacía lo mismo, empezó a chupar mis senos dejándolos rojos y erectos. Nuestros besos eran discontinuos, los gemidos y las sensaciones que recorrían todos nuestros cuerpos no nos lo permitían.

— Elizabeth...ahhhh....joder — y me vine de una manera tan explosiva que la cama quedó empapada, pero aún así Lizzie siguió, incluso si había sentido cómo se venía después que yo.

Entendía su necesidad, de entre las dos ella siempre fue la que más "atención" siempre necesitó.

— Espera...— estaba aún demasiado sensible del orgasmo anterior, me había deshabituado a esto.

Ella siguió, con el mismo ritmo del principio. El sudor recorría ahora nuestros cuerpos. Poco después, a causa de la sobre estimulación, nos vinimos una vez más pero aún más fuerte. Su cabeza calló sobre mi pecho, solo se oían nuestras respiraciones aceleradas.

— ¿estás bien cariño? — preguntó

— de maravilla, ¿cómo estás tú?, te vi más necesitada que nunca —

Ella se quedó en silencio por unos segundos y luego me di cuenta de que estaba tan cansada que se había quedado dormida. Podía claramente escuchar su respiración pausada. La quité como pude de arriba de mi y la acomodé mejor en la cama, le puse una sábana arriba para taparla y le puse seguro a la puerta de esa manera no hubieran accidentes de que nos descubrieran.

En ese momento le llegaron dos notificaciones a su teléfono.

"¿ya te encontraste con ella?"
Scarlett

"Por lo que más quieras no le sueltes nada Elizabeth, ella no se debe enterar"
Scarlett

Dejé el teléfono en la mesa de noche y me acosté en la cama con Elizabeth. ¿Que carajos me está ocultando?

Decidí que le preguntaría mañana y que ahora solo disfrutaría de que está conmigo, al fin.

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Al otro día en la mañana me desperté, sintiendo una mirada sobre mi. Cuando me di la vuelta eran los ojos esmeralda de Elizabeth que inspeccionaban mi rostro dormido.

— buenos días...— susurró

Sonreí y la abracé, ocultando mi cara entre sus pechos. Una de mis piernas fue entre las suyas y debido a que estábamos desnudas, mi muslo rozó su intimidad, dándole un escalofrío.

— ¿que haces? — preguntó con su voz ronca.

— nada...— Empecé a mover mi pierna y ella mordió su labio ocultando su gemido.

Ella se subió sobre mi y empezó a montar mi muslo, pero de manera más violenta. Me excitaba el hecho de verla sobre mi, dándose placer. Sus senos saltaban mientras que ella aceleraba el ritmo. Su labio lastimado, echaba un poco de sangre de tanto morderlo no queriendo que la casa entera se enterara de lo que estaba sucediendo.

Luego de unos minutos, ella se vino y prácticamente se tiró sobre mi, exhausta. Nos quedamos un rato ahí, acostadas, ella arriba de mi. Acaricié su pelo durante todo el rato, sabía que adoraba cuando le hacía eso.

— mi amor...— susurré

— mhm? —

— ¿tienes algo que decirme? — pregunté y ella levantó la cabeza rápidamente para verme a los ojos.

— n...no— susurró y se volvió a acostar sobre mi — ¿por que la pregunta? — ella me estaba ocultando algo, lo presentía.

— nada...nada...— dije

— Scarlett vino conmigo — dijo — ella insistió en venir — aclaró.

— bien...tengamos una cena las tres entonces esta noche, invitaré a Tom, un amigo mío del trabajo — dije y ella no habló por unos segundos — ¿que crees? — pregunté

— me parece increíble— dijo

Decidimos pasar la mañana tiradas en la cama juntas, simplemente ella y yo, sin hablar, solo acostadas desnudas enredadas entre las sábanas y cogiendo. Hasta que llegó casi la tarde y había que prepararse para la salida planeada hace unos minutos, de la cual los dos invitados habían sido avisados ya hace unas horas.

My best friend is my lover Donde viven las historias. Descúbrelo ahora