Capitulo 16

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Después de haber pasado horas caminando ya me dolían los pies, y Lizzie aún tenía energía para seguir caminando.

— ¿si recuerdas dónde está la casa? — pregunté

— la verdad no...— dijo y yo le di en su hombro haciéndola reír.

—no juegues así Olsen, estamos en medio de la nada —

— tranquila amor, ¿te cargo?— preguntó

Ella me cargó en su espalda y fuimos de vuelta a la casa. Luego de un rato sentí pena por ella y me bajé.

— ¿ya tus pies están bien? — preguntó agitada.

— no, pero estás cansada — dije tomando una servilleta de mi cartera y secando un poco su sudor.

Mientras lo hacía ella me miraba con un brillo, que recuerdo muy bien por ser el que solía aparecer cuando me miraba antes.

— eres hermosa...— susurró

— ¿enserio lo soy? — pregunté

Ella tomó mis caderas, acercando mi cuerpo al de ella y besándonos. El beso fue suave y largo.

— eres — dio un beso— muy — dio otro beso — hermosa— y dio otro beso, pero más largo.

Yo me quedé embobada con sus hermosos ojos esmeralda y ella besó mi frente.

— te amo..— dijo y nos tomamos de la mano mientras seguíamos caminando hasta llegar a la casa, en ese momento nos sentamos en el pasto y pudimos ver juntas la puesta del sol.

Y luego nos quedamos ahí, disfrutando de la belleza del cielo. Luego de que oscureció, Lizzie encendió las luces de afuera de la casa y puso en una bocina algo de música suave.

Comenzamos a bailar bajo la luz de las estrellas, mi cabeza apoyada en su pecho y su cabeza sobre la mía, mientras que danzábamos al ritmo de la música y nos quedábamos tomadas de la mano.  En ese momento comenzó a sonar "Unchained melody"

— creo que nunca voy a ser capaz de sacarte de mi corazón— admití — ni si quiera con el corazón hecho pedazos...lograste escaparte Elizabeth—

— ¿conoces la teoría del hijo rojo? — preguntó Elizabeth.

— no, nunca había escuchado sobre eso — dije

— es una leyenda que dice, que hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, no importa la lejanía, ni lo adverso de las circunstancias— explicó— tú y yo estamos destinadas, y tuvimos la suerte de estar juntas desde un principio Diana...y se que estos últimos tiempos la he cagado y que nuestra relación se ha desmoronado, pero un hilo rojo no puede romperse...tú eres mi alma gemela...eres mi todo—

Ella besó mis labios y luego unimos nuestras frentes mientras seguíamos bailando, pero en silencio.

— entonces creo que la leyenda es verdadera...— dije y ella sonrió— porque no puedo dejar de amarte—

Luego de aproximadamente media hora, entramos a la casa. Nos dimos una ducha, cada una a su turno y nos sentamos a ver una peli mientras cada una tenía una copa de vino.

Cuando la película iba más o menos por la mitad, el teléfono de Elizabeth empezó a sonar, indicando que le estaba entrando una llamada. La pantalla estaba cerca de mi vista así que pude ver el nombre de Scarlett en este.

— tu amiga te llama — dije con desagrado.

Elizabeth asintió con la cabeza y no quiso ni mirar el teléfono. Yo respondí la llamada, llamando su atención y vi como abrió los ojos como platos, estaba sorprendida de mi gesto claramente.

— hola Scarlett— dije— si Elizabeth está conmigo y algo ocupada si ves a lo que me refiero, quizás debas hacer otros planes porque estaremos algo ocupadas las dos— Elizabeth tomó de su copa con una sonrisa en el rostro— no pasa nada, le doy tu recado, que pases buena noche — y colgué.

Elizabeth trataba de ocultar su risa y me acosté sobre ella besando sus labios, saboreando su sabor mezclado con Alcohol.

— ¿por cuantas copas de vino vas? — preguntó

— eso no importa...— susurré siguiendo con aquellos besos.

Ella quiso levantar mi blusa, pero en ese momento paré y tomé sus manos.

— dije solo besos, estoy borracha, pero no para tanto— dije y ella asintió, seguimos con los besos y finalmente, volvimos a la posición inicial y seguimos viendo nuestra película.

Cuando ya era bastante tarde, nos fuimos a acostar y Lizzie se veía nerviosa, ella pensaba que no dormiría con ella. Fui hacia el cuarto donde ella había decidido dormir y me acosté a su lado, disfrutando una vez más de su olor a vainilla y del calor que emanaba de su cuerpo.

— hoy ha sido un día increíble— le dije — gracias por todo...—

— te lo mereces cariño— susurró.

Nos quedamos unos segundos en silencio y luego ella decidió hablar.

— ¿cual fue el recado de Scarlett? — preguntó.

— solo dijo que necesitaba hablar contigo— dije

— bueno, otro día me ocuparé de ella— dijo Lizzie acomodándose de manera que yo quedara más cerca de ella. Y así las dos acurrucadas en la cama, dormimos tranquilas.

My best friend is my lover Donde viven las historias. Descúbrelo ahora