Capítulo 19

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Al otro día me levanté con el ruido de Lizzie en el baño vomitando. Tomé del vaso de agua en mi mesa de noche y luego la vi salir, con una mano en su frente, de seguro por el gran dolor de cabeza que tenía.

— te traigo una pastilla — dije y ella asintió acostándose en mi cama.

Bajé las escaleras y busqué la pastilla más un vaso de agua para ella. Cuando subí de nuevo que le di la pastilla y su vaso de agua, ella lo tomó, lo dejó en la mesa de noche y se acostó casi tirándose en la cama.

Sonreí y luego me subí sobre ella, quedando sentada arriba de ella.

— ¿acaso recuerdas algo de anoche?— pregunté por curiosidad.

— una que otra cosa...— ella miró mi rostro divertido y frunció el ceño— ¿que dije?—

— nada, nada cariño— dije aguantando mi risa y ella parecía asustada.

— ¿que fue lo que dije Diana?— preguntó sentándose aún conmigo arriba y con las manos en mi cintura.

— no mucho, dijiste que te querías casar conmigo...y que querías que tuviéramos muchos bebés que se parecieran a mi...— dije repitiendo lo que ella había dicho anoche.

— bueno, puede que estuviera borracha, pero no estaba delirando...— susurró

— no voy a aceptar tu anillo...lo hice una vez y mira lo qué pasó...te perdoné, pero no quiero que vayamos rápido...— dije y ella besó la palma de mi mano que acariciaba su mejilla.

— llevamos toda una vida escondiéndonos de los demás...ahora somos...libres, ahora puedo tomarte de la mano en la calle, puedo besarte, puedo ser quien soy...podemos ser quienes somos— susurró besando mi mejilla.

— dame tiempo Liz...solo dame tiempo...— dije y ella pegó su rostro a mi pecho.

— no tengo tiempo Di...— susurró y yo fruncí el ceño.

— ¿porque?...tenemos toda una vida— susurré y ella negó con lágrimas en los ojos — ¿p...porque lloras? ¿Que está pasando Elizabeth? — pregunté asustada, pensando en lo peor.

— no es nada cariño...— dijo secando mis lágrimas que apenas me había dado cuenta que habían caído y dio un beso en mi frente — toma todo el tiempo que necesites...yo estaré aquí esperando—

— ¿lo prometes? — pregunté

— lo prometo...— besé sus labios con intensidad, sobre todo con miedo, porque por alguna razón tenía miedo de perderla y de la misma manera, de perderme a mi misma completamente.

Luego de estar un rato viendo series, decidimos que íbamos a salir un rato a caminar, el día estaba precioso y había que disfrutarlo.

Íbamos de la mano, cuando vimos en una heladería afuera, un hombre y una mujer un poco mayores que nosotras, con un bebé mientras reían jugando a embarrarse de helado básicamente. Miré a Lizzie quien los veía con mucha ilusión, la vi sonreír por la linda risa del bebé.

Yo quería darle eso a Lizzie, yo quería que nosotros tuviéramos todo eso, boda, hijos, casa juntas. Solo no se si estoy preparada para un cambio tan grande o solo no se si volver a confiar, tengo miedo a ser herida de nuevo.

Seguimos caminando y llegamos a la playa que usualmente vamos juntas, nos acercamos a la orilla y nos sentamos mientras veíamos las olas y escuchábamos su sonido. Yo estaba entre las piernas de Lizzie, recostada en su pecho mientras ella me abrazaba y apoyaba su cabeza en la mía.

— ¿cielo?— susurró

— ¿mhm? —

— a veces pienso...—

—¿que?—

— que te verías hermosa con un bebé en tu pancita — dijo y yo me giré a verla.

— amor tengo 17...creo que deberías recordar que soy muy joven, no quiero un bebé ahora— dije y ella suspiró angustiada.

— entonces acepta casarte conmigo...seré tu sugar mommy, me darás un hijo y luego los llenaré de amor a los dos — dijo y yo reí por sus tonterías.

— ¿mi sugar mommy?— dije con una sonrisa burlona.

— si solo que no tengo mucho dinero, por lo cual seré una sugar mommy que te dará amor, mucho amor— dijo con una sonrisa y yo besé sus labios.

— bueno se mi sugar mommy — dije mordiendo mi labio inferior.

Ella besó mi mejilla y yo negué.

— no...ahora no quiero amor...— susurré y ella negó.

— ¿entonces que quieres? ¿Tacos?— preguntó— podemos ir sin proble...— la besé nuevamente en los labios y me subí sobre ella, quedando sentada sobre sus muslos.

— te quiero a ti....— di un beso — en mi...— di un beso en su cuello y luego tomé su mano y la metí por debajo de mi pantalón y bragas.

— ¿estás...estás segura?— asentí y luego ella comenzó a mover sus dedos alrededor de mi clitoris, sacándome un gemido.

Nos seguimos besando para que no escucharan mis gemidos si alguien se acercaba a la playa.

//

— oh dios...— gemí mientras que nuestras intimidades se frotaban y la cama de mi cuarto temblaba.

— más rápido cariño...más — dijo Lizzie cerrando sus ojos y echando la cabeza hacia atrás.

Soltamos el último gemido y llegamos a la misma vez y luego unimos nuestras frentes, disfrutando de nuestro orgasmo. Teníamos nuestras respiraciones muy aceleradas y nuestras pieles muy sudorosas.

— dios mío te amo tanto...— dijo Lizzie besando mis labios — extrañaba tanto...esto— dijo y reí— la verdad que eché de menos tus tetas— con ese comentario me hizo reír como nunca.

— yo también te extrañé—

My best friend is my lover Donde viven las historias. Descúbrelo ahora