Capitulo 15

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Me desperté ya que mi madre venía de tocar la puerta y entrar.

— cariño...alguien te está esperando allá abajo — dijo

Me paré de la cama de un salto y reconocí la voz de Lizzie hablando con mi padre.

— conversamos con ella, veo que ayer las dos llegaron a un acuerdo, tu padre ya la amenazó de muerte — dijo y yo reí, se sentía raro ya no tener que esconder a Lizzie.

— ¿te dijo a donde me quería llevar? — pregunté

— dijo que era una sorpresa — contestó mi madre y saqué un pantalón de mezclilla y una camiseta, con una chaqueta de cuero.

Me di una ducha rápida, arreglé mi cabello y rostro y me puse la ropa. Me puse unos zapatos converse y bajé rápido.

— hola amor — dije y ella me dio un abrazo.

— la quiero aquí sana y salva Elizabeth—

— no se preocupe señor...— dijo Lizzie y la vi bastante nerviosa.

Me monté en su auto y ella arrancó el vehículo. Nos quedamos un rato en silencio y yo decidí hablar.

— quiero hacerte unas preguntas— dije y ella se veía incómoda.

— adelante —

— ¿por qué lo hiciste? —

— estaba muy borracha ese día, y lo único que recuerdo es que estaba bailando y luego estábamos ella y yo en el baño y todo ocurrió...así que no se porque lo hice, quería pasármela bien y...

— ¿te gusta Scarlett? — pregunté y ella se quedó un rato en silencio.

— no lo sé...yo te amo a ti, y jamás quisiera perderte...supongo que físicamente si, sólo tenía ganas y cuando estuve satisfecha de ella me arrepentí—

— ósea que estabas consciente de lo que estabas haciendo, no fue un simple accidente, tu aceptaste acostarte con alguien más — dije y me di cuenta que mi tono de voz había aumentado.

— si...si estaba consciente —

— ¿porque no le dijiste que no a la chica del bar?— pregunté

— no lo sé...solo fue un impulso...

— la estabas vacilando desde el principio Elizabeth—

— solo quería...

— ¿no soy suficiente?, porque aparentemente necesitas más de lo que yo te doy, porque si no estuvieras satisfecha no lo hubieras hecho— dije y ella paró el auto en una esquina y me miró.

— Eres más que suficiente, te lo prometo...eres todo lo que necesito Diana —

— estábamos comprometidas...teníamos un futuro juntas — dije en llanto.

— lo sé...se que lo eché todo a perder, pero te prometo que lo puedo arreglar— dijo y sacó de su bolsillo el anillo que yo le había devuelto.

— no Elizabeth...

— por favor, te prometí que nos casaríamos y no quiero que esa promesa se rompa...dije que lo haría después del año de escuela y quizás no termine la escuela, pero te prometí que nos casaríamos en un año así que dame siete meses para convencerte...y tu decides si darme el anillo o quedártelo— propuso y yo me la pensé.

— solo ha pasado una semana desde que rompimos...una semana en la que no he hecho nada más que llegar y odiarte...— dije y ella secó sus lágrimas— esto va muy rápido y que te diera una oportunidad no quiere decir que haya olvidado lo que me hiciste— dije — un paso a la vez Elizabeth, un paso a la vez — ella asintió con la cabeza guardando el anillo.

En todo el camino fuimos en silencio, así que tomé su mano y la besé.

— ¿a donde vamos? — pregunté

— es una sorpresa— dijo Lizzie recuperando su buen humor.

— oh vamos ! Quiero saber !! — dije emocionada.

— ya verás...—

— ¿hemos venido aquí antes? — pregunté y ella negó.

me crucé de brazos rendida ya que sabía que ella no me diría nada. Alrededor de una hora después, llegamos a un monte, donde solo habían unas cuantas casas y eso era todo.

— ¿que es esto? — pregunté

— bueno, alquilé una casita aquí para pasar hoy y mañana juntas aquí— dijo y fruncí el ceño.

— no me traje ropa!! — dije y ella rió negando.

— tu mamá preparó todo para ti, ella está avisada —

— y no me dijo nada ! — dije fingiendo enojo y luego me eché a reír, yendo a abrazarla y dándole un beso en sus labios. — gracias amor, este lugar es hermoso— dije y ella mordió su labios inferior, dándome luego otro beso.

Entramos con nuestras cosas a la casa que Lizzie había alquilado y al entrar era un lugar muy acogedor y rústico. Casi todo era de madera y hasta había una fogata. Las lámparas parecían de esas qué hay en los castillos. Al entrar había una sala, con una meseta con sillas que lo dividía de la cocina y había en otro espacio no muy apartado una mesa cuadrada pequeña que supusimos que era el espacio del comedor. Luego subimos las escaleras que crujían por la madera y pudimos ver dos cuartos y un baño que compartían los dos.

— este lugar está hermoso...— dije

— podemos ver la puesta del sol, desde aquí se ve mejor que en la ciudad...— dije y asentí.

Decidimos que íbamos a mirar un poco los alrededores del lugar, caminar un rato y conversar.

My best friend is my lover Donde viven las historias. Descúbrelo ahora