"蓮の花 | Douma - Kimetsu No Yaiba / Demon Slayer"

蓮の花 - .10

Mi pequeña flor de loto... mi corazón brinca de alegría al verte una vez más – Como siempre, colocó su fría mano sobre la mejilla de la muchacha la cual le sonrió levemente.

Ella podía sentir lo helada que era su mano así que, en un pequeño intento de calentarla, puso su mano sobre la de Douma y le miró a los ojos.

También me alegra verte Douma – No sabía ni en qué momento, pero se había dado cuenta de que todo el tiempo tenía al chico en su cabeza y por más que intentaba no podía sacarlo de ella. Esos días se había mantenido emocionada, esperanzada de verlo lo más pronto posible y ahora que lo tenía de frente, su corazón se regocijaba de alegría.

Te ves bastante bien... la luz de la luna te sienta bien – Le dijo a forma de halago, logrando que la muchacha se sonrojara y le sonriera tímidamente.

- Estás helado... ¿no quieres un poco de té?

Douma podía notar lo preocupada que estaba ella por su temperatura... si tan solo supieras mi preciosa flor, pensó él.

No creo que sea correcto – Rechazó de manera suave la invitación de la chica.

Vamos, ven conmigo a casa, así podrás calentarte un poco – Azumi le insistió. Algo en su corazón le decía que no habría problema con llevar a Douma a su casa pues este siempre le encontraba en momentos de peligro y nunca dudó en ayudarla, confiaba en él.

La miró a los ojos, intentando descifrar lo que atravesaba por su mente, estaba seguro de que si ella sabía la verdad, no dudaría en correr y alejarse de él.

Finalmente, después de unos largos segundos asintió, ¿qué más daba? No tenía nada por perder.

Está bien, vamos a tu casa – Le sonrió y la chica esta vez rio un poco, feliz de que haya aceptado.

- Vamos entonces

Ambos comenzaron a caminar en silencio, disfrutando de la noche y más que nada de la compañía contraria. El camino tan solo era iluminado por la luz de la luna quien los observaba, siendo testigo del gran cambio que se aproximaba cada vez más rápido. Solo la luna era testigo de la particular relación que ambos comenzaban a formar.

No tardaron mucho en llegar a casa, afortunadamente no quedaba muy lejos. Asahi estaba en la puerta saludándoles, sorprendido por volver a ver a ese chico una vez más, lo recordaba perfectamente bien pues él fue quien dejó la flor aquella noche y también quien asistió a su mamá.

A pesar de que Asahi estaba sorprendido, no podía evitarse preguntar porque ese chico estaba ahí de vuelta, ¿qué es lo que quería y sobre todo, por qué venía con su hermana?

Los tres pasaron a casa que definitivamente estaba mucho más caliente dentro debido a la chimenea.

¿Tienes algún té de preferencia? – Preguntó ella mientras sacaba el jarrón donde tenía varias de las flores y plantas secas para preparar el té, mientras que Asahi prendía la leña y Douma había tomado asiento a orden de Azumi.

Cualquiera es más que bienvenido la verdad, estoy seguro de que todos son deliciosos – Douma tenía que admitir que a pesar de que su dieta se basaba meramente en humanos, específicamente mujeres, hacía tiempo había tratado de agregar un poco más de cosas a su alimentación, entre ellos los tés, alguno que otro postre sencillo pues le gustaban las cosas dulces. No era la gran cosa, pero algo es algo.

La chica aún un tanto indecisa con su respuesta puso un poco de todo para preparar el té.

Señor... ¿es usted novio de mi hermana? – El menor de los hermanos entró a la cocina y soltó semejante pregunta sin pensarlo realmente. Era un niño, simplemente preguntaba de manera inocente y con gran curiosidad.

¡Aiko! – Azumi lo regaño inmediatamente, enterrándolo con la mirada. Los dos niños rieron y el más pequeño cubrió su boca con sus manos para susurrar un "perdón".

Ella miró de reojo a Douma para ver su reacción y este tan solo sonreía y también se reía un poco para sí mismo.

- No, no soy su novio... soy su amigo, pequeño

Agradézcanle, toda la comida de hace días es gracias a él, él nos la dio – La chica les regaño suavemente.

¡Muchas gracias, señor, gracias! – Los dos hermanos inmediatamente hicieron una inclinación hacia Douma, agradeciendo por toda la comida que tuvieron por varios días.

Ya ya, que gusto me da saber que la disfrutaron – Douma hizo un gesto con sus manos y les sonrió, sintiéndose un poco apenado por tanto halago.

Azumi colocó entonces las tazas sobre la mesa, cuatro para ser exactas, cada una con su debida cuchara y un poco de endulzante por un lado para quien gustase agregarle.

Te lo agradezco Azumi chan – El chico tomó una de las tazas y sin agregarle nada de endulzante le dio un sorbo al té. Le tomó unos pocos segundos acostumbrarse al sabor, no era malo, simplemente no estaba familiarizado con eso.

Cada quien tomó de su té lentamente, soplando a veces un poco para no quemarse la boca. 

Permítanme un momento... lo siento – Azumi se levantó un tanto apenada, dio una pequeña reverencia hacia los tres chicos y salió del salón con una taza en mano, yendo a donde la habitación de su mamá.

Entró después de haber dado unos ligeros toques y se arrodilló al lado de su mamá quien ni siquiera la volteó a ver.

Mamá, te traje algo de té... es una noche fría – Susurró y después de dejar la taza con cuidado, se retiró de la habitación.

Volvió a pasos silenciosos a donde estaban los demás y regresó a su lugar, sonriendo levemente a Douma.

¡Oh! ¡Conozco un lugar bastante lindo! ¿Les gustaría conocerlo? – La repentina voz del rubio hizo que los hermanos saltaran un poco en su asiento, pero el susto se les pasó pronto por la curiosidad.

- Eso sí, está un poco lejos de aquí, más allá del distrito

- ¿Qué lugar es señor?

Es un lugar con un pequeño estanque y hay muchas flores ahí, flores de todos tamaños y colores – Hablaba emocionado sobre aquel pequeño oasis que había proclamado como suyo hace ya tiempo.

¡Si! ¡Me gustaría ir! ¡Vamos Zumi! – Aiko gritó más emocionado que nunca.

Por favor Zumi – Asahi la miró con un puchero.

Eh... creo que podríamos ir – Miró a Douma un tanto confundida, aún no le conocía del todo bien así que no sabía si debía confiar o no.

¡Siii! – Gritaron los dos hermanos emocionados por su siguiente aventura.