EL PRIMER AMOR DE LUCIFER

cap. 30

- entonces aun no te puedes casar, leí un dicho humano que dice que si no sabes hacer unos buenos huevos entonces no puedes casarte.

- claro que puedes! eso solo significa que debes de conseguirte una buena esposa que sepa cocinar.

- ¿de verdad? pues parece que tu esposa debe de cocinar realmente bien.- vi como el semblante de misha cambio, no espere que entendiera mi indirecta.

- m-mi, mi ESPOSO sabe cocinar, con eso me basta.- dijo con una enorme sonrisa, sabia que no era tan lista, pero esto hacia que tuviera una especie de encanto.

parecía que el día iría bien, misha me prometió que cuando regresara del trabajo iríamos a ver una película al cine, cada día que pasaba con misha era como un sueño, realmente estaba muy agradecido de poder pasar el tiempo que me queda a su lado, supongo que al final de cuentas la vida humana no era tan mala como yo creía, realmente me hubiese gustado haber reencarnado como un humano y poder pasar el resto de mi vida al lado de misha.

desafortunadamente el tiempo en la tierra se me terminaba, casi no podía ingerir los alimentos humanos, empecé a sentir como mi estomago poco a poco se iba desintegrando, supongo que no podre comer palomitas en el cine.

cuando estaba en casa intentaba ser productivo, pero en ocasiones era realmente difícil, por lo que simplemente dejaba todo como estaba, intentaba no ensuciar mucho, pues no queria que misha se diera cuenta que no estaba haciendo los quehaceres, por lo menos podía tender la cama y lavar la ropa.

misha empezaba a dudar si dejarme solo en casa era lo correcto, ella sentía que tal vez estaba pasando por una depresión y por eso me encontraba de esa manera, pero temía que la persona que me cuidara fuese mala, asi que con todo el dolor de su corazón me dejaba solo, aparte, yo no queria que un humano que no conozco para nada cuidara de mi, era realmente frustrante, porque me hacia sentir que era un bueno para nada.

las horas pasaban lento cuando misha no estaba en casa, supongo que era por la necesidad de esperarla todos los días las que me hacían sentir que se tardaba un eternidad.

cuando menos me lo espere tocaron la puerta, instintivamente supe que se trataba de misha, ya que aunque siempre traiga llaves le gusta que sea yo la persona que le abra la puerta.

- ¿espérate mucho por mi?- dice una contenta misha, parecía realmente emocionada por la ida al cine.

- misha, yo podría esperar una eternidad por ti.- sin duda alguna yo amaba a misha con todo mi ser.

- yo también, ¿sabes? yo podría amarte toda una eternidad, nada podría impedir que yo te busque en mis incontables vidas.- al principio no entendía a lo que misha se refería, supongo que muy en el fondo ella presentía algo, algo no tan bueno...- deberías prepararte para irnos al cien, ¿no pensaras ir con shorts cortos? eso me pondría realmente celosa.

- claro que no, espera, iré a buscar un cambio de ropa decente, pero misha...

- umm, ¿ocurre algo?- no se porque, pero hoy notaba buen misha un ligero brillo juguetón, parecía estar realmente muy feliz.

- y-yo, yo nunca he ido al cine, no se como alguien se viste para ir ahí.- senti como un ligeros sonrojo recorrió todo mi rostro, por eso se notaba tan divertían, sabia que no sabría que ponerme.

- claro, olvide que eres el señor de las tinieblas, pero luci, ¿en el infierno no hay cines?- parecía realmente curiosa, jugaría un poco con ella.

- pues no se como son los cine aquí, pero en el infierno tenemos un enorme coliseo en el que vemos como los humanos pecadores luchan contra demonios que esperan ansiosos devorarlos, ¿sus cienes son iguales?- pude notar como misha se volvió pálida de un momento a otro.- tambien comemos viseras en palo, se parece mucho a las banderillas de aquí, saben realmente muy bien con un poco de sangre fresca.

- ¿viseras? ¿sangre?- creo que esta vez si me pase, supongo que no le gusto mi broma.

oh! he salido de mi piedra, lamento mucho la demora, el escritor se ha vuelto demasiado flojo.