Capítulo 6: Propuesta.

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C6. Propuesta.

Brooke.

Puede ser que todos mis sentidos nerviosos se activaran con eso último que me dijo Jacob, y puede ser también que no tuviera ni una sola respuesta defensiva o ingeniosa a eso porque se me había secado la boca.

Me sentí eternamente agradecida de que en ese preciso momento, Rhett y Susan se dejaran de besuquear y nos interrumpieran. Creo que les grité mentalmente lo mucho que los quería.

A pesar de eso, en todo el camino estuve pensando en esa última frase.

«En la tuya, Brooke»

¿Estaría bromeando?

No tenía cara de estar bromeando.

Pero si a penas me conoce. Es imposible que sea algo real.

Bueno tú estás hablando contigo misma. Ya nada sorprende.

Sacudí la cabeza y bajé de la moto. Había seguido a los chicos hasta un edificio de departamentos. Después de mi batalla mental terminé por ignorar los pensamientos que vinieron después.

Jacob era un pica flor después de todo. Seguramente le decía lo mismo a diez chicas distintas y todas se lo creían. Pues que viniera enterándose de que yo no era como ellas.

Subimos al penúltimo piso por el ascensor, recorrimos la mitad de un pasillo para detenernos y hacer presencia en el departamento de Jacob. La entrada tenia un pequeño pasillo donde había un perchero, todos colgamos ahí nuestras chaquetas. Al entrar totalmente nos encontramos con una sala donde habían sillones, sofás, una mesa central y un televisor. Luego estaba la cocina con una barra y suficientemente espacio para que cocinaran dos o tres personas. Un poco más allá había un pasillo con tres puertas. Supuse que dirigían a un baño y a dos habitaciones. Al final del pasillo de habitaciones había un pequeño cruce. Supuse que dirigía hacia un balcón. Era bastante grande, la verdad. Y a pesar de que solo una persona vivía ahí, se sentía un ambiente bastante agradable.

Rhett y Susan fueron directo a la cocina. Se notaba que estaban familiarizados con el lugar. No me sorprendía, dado a que ellos tres eran cercanos.

—¿Cuál es el baño? —le pregunté a Jacob, que también iba hacia la cocina.

—La última puerta del pasillo.

Asentí con la cabeza.

—Gracias.

En lo que entré saqué mi celular y marqué el número de Mary. Tenía que avisarle a Miles que no iba a ir, por un momento, había olvidado el hecho de que como todas las noches, esa también tenía que ir a el hospital.

—¿Brooke?

—Hola, Mary.

—Querida. ¿Cómo estás?

—Bien. Oye, ¿El saltamontes está despierto?. Es que no voy a poder ir hoy.

—Si, eso ya lo habíamos deducido. Lo tengo justo a mi lado —no hubo necesidad de pedirlo —. Ya te lo paso.

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