La Última Carrera

Capitulo 14: Ese No Se Que.

C14: Ese No Se Que.

Mini-maratón 1/2.

Brooke.

Me estiré en la cama mientras abría lentamente los ojos. Me dolía cada parte del cuerpo gracias a todo el ejercicio muscular de la noche.

Si, sobre todo.

Jacob se removió a mi lado para luego pasarme un brazo por la cintura, pegando nuestros pechos desnudos.

—Buenos días, Brooki.

Oh... esa voz ronca de recién despertado. Dios...

El calor me invadió las mejillas.

—Sabes que tengo mi rodilla cerca de tu entrepierna, ¿cierto?

Sonrió sin abrir los ojos aún.

—Se me olvidaban las redes patea pelotas.

—Recuérdalas.

—Pero tienes otra cosa aún más cerca. —comentó.

Más calor y color a mis mejillas.

—Pervertido.

—¿Recuerdas eso de la imaginen de ti sobre mi desnuda? —preguntó.

Sonreí.

—Si.

—Imaginarlo es... maravilloso.

Abrió los ojos, conectando su mirada gris con la mía, haciéndome sonreír sin saber muy bien porqué.

—Pero vivirlo... —acercó su boca a la mía, dejando una separación mínima —. Es como estar en un maldito paraíso.

Cerró la distancia entre nosotros, fundiéndonos en un beso tranquilo que me trasmitió un sentimiento agradable por todo el cuerpo.

Al separarnos me sonrió, recorriéndome la cara con los ojos y luego se dejó caer de espaldas en la cama, pensativo.

—¿Este es el momento donde me dices que no eres bueno para mi? —bromeé.

—En nuestro caso, creo que serías tú la que dirías eso.

Sonreí, saliendo de la cama. Recorrí la sala y tomé su camisa para luego colocármela. Puse a preparar café en la cafetera y... todo lo hice con una tonta sonrisa plasmada en el rostro.

La noche anterior ya estaba guardada en mi cerebro como una de mis noches favoritas.

Todo fue... increíble.

Increíblemente caliente.

Volví a la habitación con la misma sonrisa. Jacob seguía tirado en la cama y yo me recosté del marco de la puerta, observándolo.

—¿Qué te tiene pensativo?

—Voy a hacerte una sugerencia, pero no te pongas a la defensiva.

Fruncí el ceño, acercándome y sentándome en el borde de la cama a su lado.

—¿Qué?

—¿Y si salimos? Con Miles, los tres.

Lo miré un momento sin decir nada.

¿Me estaba proponiendo una salida con mi hermano? ¿Sacarlo del hospital? ¿En serio?

Se removió, incómodo.

—Si no te parece...

—La verdad si, me gusta la idea.

Se calló al instante, sorprendido.