Caos en el tiempo (NOTQE 2)

Capítulo 1 Mi vida

POV NASHI

Todo es confuso... esta sala negra es fría y no veo ninguna salida. Sin embargo veo a alguien a lo lejos, veo como se acerca, veo su silueta y por alguna razón tiemblo de miedo. No me gusta, quiero correr pero mis piernas no responden... Lleva una capa negra pero soy capaz de ver su negro cabello y unos aterradores ojos rojos que me perforan...

-Entregame el tiempo -dijo el hombre con una voz aterradoramente fría.

Tiempo... ¿qué es el tiempo? ¿por qué lo quiere? ¿es que lo tengo yo? Y en primer lugar, ¿quién es él y por qué quiero saberlo?

《¿Deseas una respuesta Nashi?》

Oí esa voz de nuevo y el hombre desapareció de mi vista aunque no esa melodiosa voz que me persigue... siempre oigo esa dulce voz vaya a donde vaya, esté donde esté... siempre me encuentra... Llevo toda mi vida oyendola pero soy incapaz de decirselo a alguien... si lo hiciera me llamarían una loca... ¿qué chica de dieciseis años puede decirle a alguien que escucha voces que nadie más oye? De pequeña no lo sabía y hablaba con esa misteriosa voz delante de la gente... todos pensaron que era normal que a mi edad tuviera ese tipo de amiga invisible pero según han pasado los años sigo oyendo, escuchando sus susurros y consejos... preguntas complejas y enigmas extraños... la verdad es que me he planteado más de una vez si estoy loca o no, pero incluso en esas situaciones la voz me habla...

《No estás loca, solo que no eres igual a los demás》

Así que después de asumir que no me desharía de esa voz me he acostumbrado a escuchar en silencio sus profundas palabras y suelo responderle, preguntarle cosas... pero rara vez me contesta... es muy irritante que se quede en silencio cuando le pregunto por ejemplo que quién es.

-Dime qué es el tiempo.-dije pasando la mirada por la oscura habitació.

《El tiempo eres tú》

Como siempre sus respuestas no me ayudaban en nada y desperté de aquel extraño sueño algo sudorosa. Me removí en la cama y miré la luz de la luna pasar por la ventana. Siempre el mismo sueño, el mismo hombre, la misma voz y la misma pregunta... ¿quiénes son ellos y quién soy yo? Suspiré cansada y cerré los ojos.

-Mañana es el día... se lo pediré cueste lo que cueste-murmuré y volví a caer dormida.

A la mañana siguiente me desperté con la luz del sol al tocar mi rostro y después de vestirme me miré al espejo. Iba con una camiseta blanca y unos shorts negros. El pelo, mi larga melena rosa herencia de mi padre que me llegaba hasta la cintura iba suelta aunque siempre había dos mechones de pelo herencia de mi madre que colgaban por mis mejillas. Bajé al salón donde mis padres estaban desayunando y sonreí al ver que él no estaba.

-Buenos días.-me saludó mi madre.

-Buenos... días.-dije yo mientras bostezaba.

Me senté a la mesa y empecé a comer hasta que su voz me interrumpió como todas las mañanas.

-¡Buenos días mamá, papá y pelo de chicle!

Yo apreté con todas mis fuerzas el cubierto que tenía en la mano mientras mi condenado hermano se sentaba a la mesa a mi lado. Tenía el pelo rubio y alborotado, era de ojos color verde jade y vestía unos pantalones tono café y una camiseta roja sin mangas.

-Hola rubio oxigenado.-dije sin mirarlo y esa sonrisa tonta se le fue de la cara.

-Buenos días Haru, ¿dormiste bien?-preguntó mi madre al ver que Haru alzaba las manos como si quisiera cogerme del cuello.

-Sí mamá.-dijo y volvió a sentarse normal.

-¿Estás listo para la misión de hoy Haru?-preguntó mi padre.