El lado oscuro de la corona © ✔️ [+21] [Oscura Monarquía #1]

~|CAPÍTULO 35|~

Guillermo.

Miro a Antonella desde el balcón , está sentada en el jardín mientras la niñera y ella juegan con Evelyn y Rodrigo que están en su coche.

A veces me cuesta creer que tengamos una familia. Bueno...a medias. Me da pánico que no quiera casarse conmigo , pero luego recupero la cordura. Tiene que casarse conmigo.

—Alteza.

Me giro hacia el guardia. .

—¿Qué?

—Nos preguntábamos cuándo necesita que llevemos a Amber y al caballero Subak a su despacho...

—Quiero hacer eso hoy. Lleva a Amber, ella y yo nos llevamos ... complicado. Respecto a Damon... sé que será difícil, pero a penas termine de hablar con Amber me lo llevas también. Trata de que no se crucen hasta que haya hablado con ambos.

Asiente.

—Como usted diga, rey Guillermo.

La satisfacción de esas palabras fue ... absoluta. Cuando esta guerra no era más que una idea y sabía todo lo que debía hacer para que todos los ejércitos de los reinos me siguieran , acostumbraba a soñar con el día en que alguien me llamara rey Guillermo , al principio tenía solo Mordark y Glosard , pero luego...¡joder! ¿Por qué tener el mando de dos reinos si puedo tener el mando de los cinco?

—Solicito su permiso para retirarme, alteza.

—Vete.

El guardia me dedicó una mirada antes de darse la vuelta y marcharse a toda velocidad. Le di una mirada a Antonella y mis hijos antes de darme la vuelta y marcharme yo también.

•••••

—Adelante—dije , cerrando el libro en mis manos.

Amber entró. Estaba tensa y ligeramente confundida . Al menos no tan enfadada como pensaba. Sonreí.

—Hola , Amber.

Ella levantó una ceja en mi dirección.

—¿Qué quieres?— preguntó en tono seco y hostil.

La miré, sorprendido.

—No entiendo cómo puedes tratar de un modo tan hostil al hombre que primero te hizo...mujer.

El tono que había usado había sido sensual y sugerente. Tenía la esperanza de que causara algo en ella , pero no fue así. Me sorprendió, teniendo en cuenta que en los dos años que Antonella se había ido habían pasado muchas cosas entre nosotros, casi todas sexuales, claro está.

—Será que no disfruté ni un poco el proceso.

Reí.

—Que va...Si te retorcías de placer. Hagas lo que hagas soy consciente de mis habilidades en la cama. Son exquisitas.

Ella no quitó el gesto altivo.

—Pues conmigo no las derrochabas.

Eso me hizo sonreír , pero de manera fingida.

—Mira...—intenté defenderme pero ella interrumpió.

—Me sorprende que a estas alturas no te hayas dado cuenta.