Sisterhood

158 26 1
                                    


Cerca de media hora después de haberlas llamado, Jisu y Yeji llegaron al hogar de la Alfa. La pelinaranja tocó el timbre y casi al instante Karina asomó su cabeza por la puerta entreabierta.

— ¿Jisu vino? — Consultó nerviosa, acomodando frenéticamente su cabello.

— Si, aquí estoy. Tranquila, no estoy enojada contigo. Pero déjame entrar, Minjeong me necesita. — Apresuró la Omega estirando el cuello para ver la situación dentro de la casa.

— No, es que yo...uhm — No terminó la frase, le hizo un gesto a Yeji con la mano para que se acercase.

La castaña retrocedió dando espacio para que las hermanas pudieran conversar a solas. Sin embargo, la impaciencia se reflejaba en su postura de brazos cruzados y su pie que golpeteaba incesantemente el suelo.

Yeji colocó su oreja cerca del rostro de Karina para oír bien lo que le murmuraba.

— Oh, ya entiendo. Yo me hago cargo. — Comprendió la Alfa menor, levantando los pulgares hacia la otra.

Se acercó a una ansiosa Lia y simplemente le dijo:

— No puedes pasar aún.

— ¿Qué?, ¿Por qué? — Bufó, y dirgió una mirada asesina hacia Jimin — ¿Acaso no dimensionas lo urgente que es esto?

Yeji le dió un apretón suave en el hombro para relajarla, Jisu volvió a poner su atención en ella.

— Ella está en calzoncillos, no puede salir mientras tu la estás viendo. Toda su ropa la tiene Minjeong en su nido.

La Omega suspiró con cansancio, pero finalmente adquiriendo una actitud menos atacante.

— Jimin, entiendo que te de vergüenza. Pero soy doctora, sabes muy bien que la anatomía es algo que veo diariamente. Además ya te he visto en los vestuarios con esos pequeños shorts de entrenamiento, es casi lo mismo. — Agitó sus manos como quitandole peso al asunto.

Jimin no contestó, miró a su hermana de una manera que Jisu no entendió del todo. Parecía estar advirtiéndole algo.

— Me están mintiendo ¿no? — Entrecaló su mirada entre una hermana y la otra. Ambas bajaron la cabeza, sin ser capaces de ver a la Omega directamente.

— Hwang Yeji. Si no me dices que sucede, te juro que te aplico la ley de hielo por tres meses seguidos.

La castaña sabía que no sonsacaría nada de Jimin fácilmente. Así que fue a interpelar directamente a Yeji y a su punto débil, ósea ella misma. Hwang no resistiría una semana sin su Omega cerca.

La pelinaraja mordisqueaba su labio mirando a la Alfa sin saber qué hacer. Las dos tenían una discusión sin palabras, puros gestos de amenaza por parte de Jimin y respuestas nerviosas de Yeji.

— Voy a decírselo. Lo siento, bro. — Puso cara de disculpas.

— Ah, no puede ser Hwang Yeji eres una gobernada. Yo no te crié así. — Rodó los ojos fastidiada. No le gustaba para nada esto de perder a su cómplice.

Yeji abrió la boca para gritarle que ella no era ninguna gobernada. Pero antes Choi la cortó.

— Dime de una vez que pasa.

— Si, Unnie. — Obedeció. Y oyó como Karina la imitó haciendo la voz super aguda.

— Ella está en ropa interior y además la dejaron con una gran erección que no quiere que veas. — Se vengó.

Jimin se cubrió el rostro con las manos intentando pobremente cubrir su sonrojo. Sin embargo, incluso en su cuello lleno de tinta negra se podía notar la tonalidad rojiza. Cerró la puerta negándose a mirar a Jisu a la cara. La cual no se escandalizó por la información, era algo esperable. Aunque si le tomó por sopresa ver a esa ruda Alfa en modo "quiero que me trague la tierra". No era típico de Jimin romper su faceta de Fuckgirl, la forense Concluyó que la Alfa se encontraba en una completa revolución de hormonas que la ponían más emocional.

𝙷𝙴𝙰𝚃𝙷𝙴𝙽𝚂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora