Este capítulo es bastante largo, pero muy necesario para dar contexto de los personajes secundarios.
Ryujin conocía las calles como nadie más, los parques abandonados y el suelo sin asfaltar fueron su cuna.
Tenía un montón de hermanos, pero ningún padre. Y no saben cuánto deseaba recordar el rostro de su madre.Hubo un tiempo que fue hermoso y fueron felices de verdad. Su madre era una mujer bonita y amable. En las noches si se concentraba mucho, aún podía sentir sus caricias en la mejilla.
Su padre era amoroso y cuidadoso. De esos que cuentan chistes de ancianos y preparan carne asada los domingos.Pero la tragedia azotó a la familia. Su madre falleció en el parto de la menor de los Shin. Su padre nunca se recuperó de la pérdida, fue absorbido por el clásico rival de la humanidad, el alcohol. Las botellas de cerveza y cigarrillos habían borrado todo rastro de la persona amorosa que alguna vez fue.
La casa de Ryujin jamás volvió a ser hogar.
Todos sus hermanos trabajaron para sobrevivir. A la peliazul le tocó la tarea de vender ramos de flores. Solía caminar tanto que sus pies sangraban, pero prefería ese dolor que el dolor de una panza vacía.
Asi su niñez se perdió en la bruma de la crueldad e indiferencia adulta.
En los años dorados de juventud, los cuales se supone son la cúspide de la felicidad adolescente, Ryujin se volvió madre de su pequeña hermana. El resto de sus hermanos, todos, se habían marchado. Ella no los culpaba pues sabía que en este mundo los niños son solo una carga.
Fue una tarde de verano cuando conoció a Lee Chaeryeong.
Ryujin había tenido un terrible día, a penas había vendido dos ramos. Decidió entonces aventurarse a cruzar el puente, ir al vecindario de los ricos. Sabía que había una muy alta probabilidad de que la saquen a patadas o la arresten pensando que es una carterista.
Pero una niña en su casa esperaba con ilusión poder cenar esa noche, ya llevaba dos días sin comer. Así que tomó el riesgo, porque ella tomaría cualquier riesgo por su gatita.
Al cruzar el puente, Ryujin tomó el camino hacia la ciudad que pasaba por la parte boscosa, eso evitaría que los oficiales la vieran tan pronto. No sabe como mierda llegó, pero luego de unos veinte minutos de caminata, terminó en la parte trasera de un instituto. Era un predio enorme y pudo leer en el edificio una placa que citaba "Instituto Barkley para niños superdotados."
Estaba tan pérdida que aceptó que debía pedir ayuda. Se acercó al lugar y vió a una chica de su edad sentada en un rincón con las piernas dobladas hacia su pecho, la cabeza agachada y los brazos rodeándose a sí misma. Su cabello parecía estar enmarañado, lo que indicaba que ella había estado en esa posición durante un tiempo largo. Sus ojos estaban cerrados con fuerza y se podían oir sus sollozos angustiados. Ryujin estaba tan desesperada que ni siquiera notó el estado de la muchacha cuando le preguntó:
— Ey, chica bonita. Me puedes explicar cómo hago para volver al distrito de los pobres.
Chae alzó la cabeza, se sorbió los mocos y secó los rastros de lágrimas de sus ojos. Recién en ese momento Ryujin se dió cuenta de lo que estaba pasando.
— Oh carajo, estabas llorando. Siento molestarte, pero necesito volver a casa y no tengo ni puta idea de en donde estoy.
La pelirroja se quedó desconcertada. Primero porque Ryujin habló tan rápido que no entendió lo que quería. Segundo porque nunca antes había escuchado a una señorita decir tantas groserías. Y tercero, ¿la llamó bonita?.
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𝙷𝙴𝙰𝚃𝙷𝙴𝙽𝚂
FanficYoo Jimin junto a su hermana postiza Hwang Yeji son de las ultimos Alfas sobre la tierra. El par es conocido por ser más que excelentes detectives. Sin embargo, luego de un incidente traumático Jimin es suspendida de su trabajo por un año. Ya pasad...