Oh my gosh! Don't you know I'm a savage?

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"Sweet like some honey, but I always go hard
I got the best of both worlds
I can hang with the dudes, get pretty with the girls."

— No hace falta que te alteres. Seré una buena chica para ti.

Las cejas de Minjeong se arquearon, y su boca se entreabrió en un gesto de incredulidad. A Jimin le gustaba alborotar a la rubia, encontraba sus reacciones sumamente divertidas.

Luego de la sopresa inicial, la Omega entraba en modo "fastidio e indignación". Sus labios formaban una línea recta y apretada, sus manitos se cerraban en pequeños puños y sus cachetitos se sonrosaban por la vergüenza y molestia.

Tan adorable pensó Jimin...

— Auch, mierda. Eso dolió.— Aunque la parte del golpe era su menos favorita.

— Te lo mereces por ponerte rara. Vuelve a la cama ahora mismo.— Sacudió sus manos ahuyentandola.

La pelinegra intentaba abrazarla mientras estiraba sus labios, alegando que no podía dormir sin otro beso de buenas noches. La rubia la envió a dormir de nuevo, a fuerza de almohadanazos.

Aunque de igual modo, Jimin obtuvo su preciado beso. Minjeong no pudo negarse a su puchero y sus ojitos de bambi.

A la mañana siguiente un aroma cálido y reconfortante llenaba el aire, despertando los sentidos de Jimin y anticipando el festín matutino que tendría.

Al llegar a la cocina la esperaba una bandeja cuidadosamente preparada que exhibía una gran variedad de alimentos frescos y saludables, que prometían una experiencia culinaria excepcional.

— Bonjour mademoiselle. — Saludó la rubia haciendo una exagerada reverencia.

Llevaba puesto un gorrito de chef y un delantal con un dibujo de osito que decía "Yummy, Yummy". Deslizó la silla invitando a la otra a sentarse.

La Alfa se acomodó aún anodada. Su pecho se sintió tan cálido, no podía creer que la Omega se haya tomado todo ese trabajo solo para que ella comiera sano. Ella venía de un pasado en donde muchas veces ni si quiera comía, esto era lo más cercano aún desayuno casero que ha tenido. Generalmente bebía café puro con donas que Yeji compraba del trabajo.

En un plato, se encontraba una tostada crujiente de pan integral, generosamente untada con una capa de aguacate maduro y suave. El verde brillante del aguacate contrastaba con la deliciosa mezcla de tomates cherry cortados en rodajas finas.
Un tazón pequeño de yogur griego sin azúcar se destacaba junto a la tostada, con una llovizna de miel dorada y unas cuantas nueces y frutas picadas por encima. La mesa se completaba con una taza humeante de café recién hecho. Un suave remolino de leche de almendras adornaba la superficie del café.

— Vamos, vamos, pruebalo y dime que te pareció. — Cargó una cuchara con yugurt — Di "Ahh". 

Jimin se ruborizó, pero aún asi abrió la boca como la buena chica que había prometido ser. En cuanto el contenido tocó su paladar, sus ojos se abrieron ligeramente, ampliando la mirada de sorpresa, mientras sus labios se curvaban en una sonrisa satisfecha.

— ¿Y? ¿Cuál es su crítica, madame? —Preguntó tímidamente colocando sus manos detrás de la espalda expectante.

Oh mira, a ella en verdad le importa nuestra opinión.— Expresó su loba — ¡Vamos a demostrarle a nuestra Omega que estamos complacidas!

Ella obedeció, sin pensarlo mucho se levantó y estrechó a Minjeong entre sus fuertes brazos. Luego de saborear ese momento un instante, se separó para entrelazar sus manos. Con el contacto las vibraciones de cariño que transmitía recorrieron a la Omega.

𝙷𝙴𝙰𝚃𝙷𝙴𝙽𝚂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora