PELEAS

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SEULGI

Hoy es un nuevo día, debo estar en su casa y apoyarla como lo he prometido, debo ser diferente, no debo molestarla mucho porque sino tendremos problemas de ira y eso es malo.

Al llegar la veo en la esquina esperándome, mierda, estoy tarde.

- Hola... - jadeo por la corrida. - Lo siento por la tardanza.

No dice nada, solo caminamos en silencio, ninguna podía animar el ambiente, era estresante, únicamente me dedicaba a mirarla con buenos ojos, aunque sigo dolida por el suceso de ayer.

Anoche lo he estado meditando con mi almohada, la cual me dió un golpe al tener la siguiente conclusion:

ESTÁS ENAMORADA DE TU MAYOR ENEMIGA.

Aunque Irene siempre se mostraba seria y a punto de matar a cualquiera con sus palabras.

IRENE

No sé qué hacer en esta situación tan incómoda, no quiero decir palabra y media y entre estas la insulte o calle.

Mi rostro reflejaba seriedad, eso lo tengo más que claro porque sé hacer expresiones, pero me moría por disculparme y conversar de manera amical, quería escuchar al menos una risa hecha por mi.

[•••]

Hoy hay clases de educación física. Nosotros los pianistas también debemos tener un buen estado físico, por eso lo llevamos de manera obligatoria.

Los uniformes estaban en nuestros lockers, no había necesidad de venir con ropa deportiva, cada uno podía venir con la ropa que deseaba.

- Cámbiate aquí. No hay nadie, el aula está vacía.

No quería estar sola, pero no podía evitarlo, tampoco era como si podía pedirle que me apoye, yo podía hacerlo sola, pero me da un mal presentimiento siempre que estoy sola.

SEULGI

Después de dejarla en un aula vacía me dirigí a los vestidores, no quería incomodarla y así le dijera que nos cambiemos juntas me sentiría avergonzada.

Al llegar al aula veo a unos chicos del salón grabándola, lo cual me hervía de ira.

Soy mujer, pero soy fuerte, no es como si nunca hubiera estado en una pelea.

El principal era quien tenía el celular, el cual le quito y lo destruyó al instante, pero por esa gracia me dieron de alma. Podía defenderme, pero eran 3 contra 1, lo cual me dejó en el suelo y todos se escaparon.

De todas maneras debía permanecer serena y fingir que estoy bien.

- ¿Terminaste? - hablo por detrás de la puerta.

LO SIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora