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Aquella mujer se quedó sin habla, estaba pasmada sin poder objetar nada, aquel ruso siguió su camino no mirando atrás, caminaba tan rápido que Emil y Otabek parecían correr tras el, pronto se detuvo en un establecimiento qué estaba siendo cerrado, el ruido del centro comercial comenzaba a bajar anunciando qué ya era lo suficientemente tarde.

Aun con ello Emil manejó a su bar de nuevo, abrió una botella más y la música comenzó a sonar.

En total silencio, aun estaban perdidos en recuerdos dolorosos, pero no dejaban de celebrar qué Chris lo hubiera logrado, Otabek estaba pensativo, pero los contrarios le daban palmadas de apoyo.

El celular de Otabek comenzó a sonar con insistencia contestó con molestia, palideciendo de inmediato al recibir la noticia, su presencia era requerida con urgencia en un hospital a las afueras de la ciudad, Emil al ver el semblante de su amigo, corrió para llegar al auto, el kazajo no había recibido informes pero su omega estaba en peligro.

Las calles aunque vacías parecían ser extremadamente largas, Nekola se pasó varios altos de los semáforos rogando que no fueran detenidos, por suerte no habían ocasionado ningún accidente.

Bajaron del auto nerviosos, lo que les quedaba de borrachos se les bajó al instante ante la preocupación del kazajo, se presentaron en la recepción príncipal presentándose como los familiares de Yuri Plisetsky.

La mujer beta amablemente los dirigió al área de ginecologia y obstetricia, mientras Otabek corría a prisa, Nekola y Nikiforov se dedicaban miradas acusadoras, el ruso se acercó al otro en tono cómplice - tu también piensas lo mismo verdad? - le preguntaba al contrario - pobre Otabek aun no se ha dado cuenta de nada...

- Doy gracias por no haber apostado nada contigo, cuando mencionaste la posibilidad de que su esposo estuviera gestando y el no se hubiera dado cuenta pensé proponerte una apuesta - suspiró aliviado - me alegro de poder escuchar la voz de mi rectitud, me ha protegido de hacer una tontería.

-La voz de la rectitud o el miedo a tu esposo?, ambos sabemos que Michelle odia qué apuestes por tonterías... De haber apostado eso... Terminarías durmiendo en el sillón...

- Insinúas que le tengo miedo a mi esposo? - preguntaba contrariado.

- No lo insinuo, lo afirmo... Aun recuerdo cuando apostaste con Christophe qué tus genes eran más poderosos qué los de Michelle y que tu hijo tendría tus ojos claros, apostaste un mes de renta de tu local, perdiste para tu desgracia... Y cuando tu esposo se enteró tuve que prestarte mi plancha ya qué quemó tus camisas favoritas con toda saña... O la vez que apostaste con Otabek qué tu esposo tendría un trabajo de parto rápido e indoloro, eras cero conocedor del tema pero eres tan necio que apostaste varios billetes grandes acosta de tu omega, recuerdo cuando en castigo te hizo dormir en la bañera todo un mes, recuerdo tus llamadas a media noche pidiéndome asilo porque la regadera tenía gotera y terminabas mojado hasta los calzones...

- Recuerdas eso?, pero nunca contestaste ninguna llamada...

- Eso me dolió más a mi que a ti... Era un evento canónico y no tenía derecho a impedirlo.

- Te has reído de mi a mis costillas... No sabes cuanto te odio...

- Así que me odias?, que lastima pensaba llevarle un hermoso regalo a Violeta por su cumpleaños, ya sabes... Aquella muñeca de edición limitada qué tanto añoraba tener... Que me costó demasiado conseguir, pero ella y tu esposo entenderan...

- Amo Viktor... Estoy a tus pies... - ambos reían, aunque Otabek lucia más pálido de lo que se hubieran imaginado, en cuanto se presentó una alfa de castaños cabellos se presentó como Minako la obstetra en turno, sonrió al saber que el kazajo era el esposo del omega - me da gusto tenerlo aquí... - sonreía.

- El está bien??, Dios qué sucedió?!, tuvo un accidente?... Es una enfermedad incurable?... Cuánto le queda? - aquella mujer reía.

- No era mi intensión preocuparlo, pero era necesario que alguien viniera por el, estaba solo en su academia haciendo video llamada con un cliente cuando se desmayó, el cual amablemente fue a su auxilio, aunque ese chico a estado al pendiente, en su condición es importante que su alfa este presente.

- Qué condición? - preguntó con miedo.

- Está gestando... Un omega en gestación no debe sobre exigirse tanto, a caso no lo sabía? - aquel negó, las lágrimas amenazaban con bajar de sus ojos, pero trató de tranquilizarlo, dio un suspiro aliviado.

Sus amigos lo animaron a ir, el kazajo estaba aterrado tanto que no se percató qué aun estaba en sus manos, una de las tantas bolsas de compras con ropa de bebé.

La mujer lo guiaba en el pasillo, llegaron al final del mismo donde un omega hecho un ovillo lo esperaba ansioso, cruzaron miradas, el menor no tardó demasiado en que las lágrimas bajaran de su rostro - lo siento... Lo siento... Se que esto no es lo que deseas... Solo déjame tenerlo...

- Si sabias de tu estado por qué trabajaste tanto!?, por qué te arriesgaste de esa forma, es muy tarde debiste ir a casa...

- Estabamos enojados, pensé que lo mejor sería darnos un tiempo, discutimos demasiado, me siento mal con tus feromonas llenas de enojo... No soportaba estar ahí...

- Desde hace cuanto lo sabes?.

- Hace una semana...

- Por eso comenzaste a hablarme de tener hijos?, por eso comenzaste a ser insistente?...

- Se que tus circunstancias son peores que las mías, he pensado y entiendo porque no quieres ser padre... No te pido que te hagas responsable, solo déjame tenerlo... Se que no estas listo.

- Es verdad... No estoy listo... - aquellas palabras lograron que el rubio comenzará a llorar - no creo estarlo ni hoy, ni nunca... Ser padres es un trabajo demasiado duro, podemos equivocarnos, quizá podamos terminar odiandonos, pero nuestros hijos nos unirán por siempre...

- Solo déjame tenerlo... Por favor... Solo permiteme traerlo al mundo.

- Permitirte?, es tu decisión... No estoy listo Yuri, tengo miedo de convertirme en la clase de hombre que fue mi padre, tengo miedo incluso de lastimarte y convertirme en un hombre abusivo, se que son miedos irracionales... Se que hay muchas cosas en contra qué me hacen no querer tener una familia, pero tu eres mi omega, y si voy a arriesgarme quiero que sea contigo, quizá fallemos, quizá no seamos los mejores padres pero... Podemos intentarlo... Tengamos una familia Yuri...

Una Noche Para Los Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora