Nekola caminaba a prisa buscando un baño, trataba de abrir uno y estaba cerrado, corrió otros pasillos y se topó con otro suspiró de alivio pero estaba ocupado, cuando pensaba darse por vencido un hombre salia de este con una gabardina de lujo y unos zapatos que lucían tan caros como para valer un mes de renta de su negocio, chiflo sorprendido, aquel hombre lo miró de arriba a abajo lanzandole una mirada inquisitiva, que el rubio decidió ignorar.
Entró al baño sintiendo un alivio inmediato, olvidándose de la sensación pesada qué le había dejado aquel hombre, el baño estaba lleno de feromonas de enojo y aquello le causaba ascos.
Se miró al espejo y se echó agua en la cara buscando tranquilizarse, aquel hombre seguía despotricando su enojo, a través de su aroma pesado, su celular sonó incomodando el ambiente aun más.
- Se que no es lo que querías... - aquel pesado hombre suspiró - se que estoy fallandote... Pero eres un beta, mi familia no aceptaría alguien que no fuera un omega... - se escuchó un golpe, como si aquel tipo hubiera pateado la puerta del baño, Emil brincó - si fueras mujer quizá las cosas serian distintas, pero eres hombre, un beta masculino no estaría nunca a la altura para tener una relación conmigo... Se que piensas que estoy siendo cobarde, te juro que es la única alternativa... Cuando me case mi familia dejará de tenerme en la mira, me dejaran en paz y podré tener la libertad qué necesito, solo serán unos años, mi madre es mayor y mi padre está enfermo, tienes que entender... Mi matrimonio solo será la cortina de humo perfecta... - bufo enojado, como si lo que decía la persona del otro lado de la línea no fuera agradable - no hay amor de por medio, tampoco atracción, el no lo sospecha... Vive en su mundo rosa pensando que tendrá su familia feliz... Te juro que no es así... Dejaría todo por estar contigo... Lo juro... - Emil torció los ojos, escuchó a aquel tipo alejarse entre los pasillos, sentía pena por las circunstancias en las que vivía aquel hombre de negocios, para el no cabía duda, incluso hasta los hombres inalcanzables sufren por amor, tenía pena por ese omega del qué hablaba, aquel que era utilizado para aparentar.
Estaba sumergido en sus pensamientos, cuando sin querer escuchó la discusión acalorada qué tenía Viktor y aquel azabache en la recepción del hospital, se ocultó tratando de que su amigo no se sintiera incomodo, pero cual fue su sorpresa al descubrir que aquel hombre lamentable era el prometido del amor doloroso de su mejor amigo.
Pensó guardar silencio, las cosas no se veían bien bajo ninguna circunstancia para su preciado camarada, pero la mirada llena de dolor qué este le dedicaba al omega, lo dejó pensando si guardar silencio lo remediaba todo.
El ruso se dio cuenta de su presencia, le sonrió tratando de disimular su dolor, dio la media vuelta dándole palmadas en su espalda, como si con ello pudiera disimular sus sentimientos.
Caminaron hacia la salida, ya era tarde y la soledad de las calles era palpable, se subieron al auto aquel ruso guardaba silencio, pensó hacerse el dormido para que no fuera llevado a casa, pero sabía bien qué incomodaría la vida de Emil, así que se dio valor, aunque llegara a un departamento en soledad, no podía simplemente voltear la mirada, debía acostumbrarse a eso.
Llegaron al departamento, el sonrió y se despidió de su amigo, bajo del auto Emil lo despidió con un choque de puños y lo vio desaparecer entre los faroles de aquel distrito conocido por ser una zona cara y acaudalada.
Eran ya las 4 de la mañana, Nekola llegó a su hogar, su omega lo esperaba despierto mientras leía un libro de fantasía, lo primero que hizo fue entrar a hurtadillas a la habitación de su pequeña, dormía tan profundo qué solo le dio un beso tratando de no despertarla, pero al darse cuenta de su presencia rodeo el cuello de su padre con fuerza, así que la abrazó a el con amor y cariño.
Su pequeña había soltado su oso de peluche favorito, para abrazarlo con toda su pequeño ser, el alfa suspiró, su esposo lo esperaba en casa, junto a su hija, Christophe pasaría la noche junto a Phichit, Otabek estaría al lado de su esposo, teniendo asegurada la felicidad por el nacimiento de su primer hijo, todos tenían un destino con alguien a su lado, aquello lo hizo detenerse, pensando en su amigo y Viktor?, qué pasaría con el?, quien lo esperaría?, aquello era demasiado triste.
Acomodó a su pequeña en su cama, para después ir con su omega quien lo abrazó para dormirse luego, sus pensamientos eran un desastre, pero aunque estaba aun borracho no pudo dormir ni un poco en lo que quedaba de la madrugada.
Es verdad que la felicidad no debería estar basado en tener a alguien a nuestro lado, solos venimos al mundo, solos nos iremos, era lo que aquel alfa en su insomnio pensaba pero si se ama, lo único que se desea es la felicidad junto al ser amado, Otabek, Christophe y el mismo tenían esa dicha, pero Viktor no tenía nada.
No se percató cuando el sol salio por lo alto, no sintió su calor tocando su piel, estaba tan absorto en sus pensamientos que su omega adivinó de inmediato qué estaba temeroso de tomar decisiones.
Hacia de desayunar pensando como sacarle la información, cuando el timbre de su casa fue tocado, miró por la mirilla, dándose cuenta que Otabek y su omega tocaban la puerta, abrió sin dudar y el aroma dulzón los golpeo de pronto, su hija Violeta corrió a mirar al causante de aquel aroma, Michelle le explicó la razón de porque aquel chico rubio olía tan bien, la niña aplaudía maravillada pensando que la cigüeña estaba cerca, pensando que un hermanito quizá llegara a su puerta, todos rieron por sus ideas inocentes menos Nikola qué estaba perdido en sus pensamientos, Otabek pedía consejos para su omega gestante, el de ojos violetas respondía sintiéndose conocedor del tema, en algún momento el kazajo comenzó a aislarse de la conversación para acercarse a Nekola con toda intención - me gustaría hablar contigo de forma urgente... - decía el castaño - me he enterado de algo importante y necesito meditar contigo si Viktor debe saberlo o no...
Nekola suspiró - presiento que tu sabes lo mismo que yo... Y me haría bien también discutirlo contigo...
ESTÁS LEYENDO
Una Noche Para Los Corazones Rotos
FanfictionUna noche cualquiera, 4 alfas se reúnen, como cada año, 4 alfas estúpidamente enamorados, que ahora desahogan su desdicha con alcohol... Aquello será suficiente?