4

145 30 19
                                    

Otabek lo miraba con sorpresa - pero que rencoroso eres Viktor Nikiforov... Por plazo, aquella deuda esta obsoleta - decía, mientras se llevaba su mano a su pecho, tratando de verse lo más indignado posible.

- En el mundo de los negocios, cualquier oportunidad de cobrar deudas es adecuada, no te preocupes Altin, será un solo golpe, y te reiniciará el sistema - contestaba el platinado.

- Pido segundas... - decía Christophe.

- Yo quiero darle con un sartén - añadía Emil.

- Mejor todos con una silla - hablaba emocionado el ruso, todos asentían.

- Pero que alfas tan codiciosos - Otabek estaba indignado, todos reían, pero una canción comenzó a sonar, de pronto la sonrisa del ruso, se borró de sus labios, se quedó callado, y quieto, todos lo miraban preocupados, pero la tensión, fue reemplazada, por aquel platinado, se jaló la botella, para beberla como si de agua se tratara.

Todos estaban llenos de expectativa, mientras aquella canción sonaba, Without you en la voz de Mariah Carey, se hacía presente, parecía que aquello destruía su alma.

Sin duda, para los asistentes, aquel estado en el que se encontraba, su amigo, que alguna vez, fue uno de los chicos más guapos de la universidad, y que tendía a tener novias para escoger, ahora estaba frente a ellos, totalmente desolado, sin posibilidad de redención.

Todos estaban atentos, no podían pensar, cuál era la causa de su estado, pero tampoco podían dar por sentado todo, aunque siendo sinceros, ni siquiera sabían si aquel alfa tenía pareja.

Miles de pensamientos pasaban por su cabeza, mientras que en la del ruso, sólo pasaba un nombre, con un rostro, y un aroma a cerezos, que tomaban forma, en un lindo omega azabache, de piel clara, un nipon, llamado Yuuri Katsuki.

Si tuviera que hablar de él, solo diría unas cuantas palabras, antes de que sin dudar, su voz se quebrara, y comenzara a llorar, lo había conocido, había tenido una relación con el, pese a todo pronóstico, ambos inmersos en sus trabajos, ambos jugando con el capital, y con la mente analítica, para la bolsa de valores, siendo aquellas almas solitarias, que lo único que los movia, era el trabajo, decidieron conocerse más después de una fiesta de la compañía.

Terminaron bebiendo y pasando la noche juntos, jamás se imaginaron, que aquello se repetiría, más veces, de lo que les hubiera gustado, pero había algo malo en la ecuación, al final del día, aquel omega azabache, se había enamorado, el alfa no quería compromisos, solo quería un compañero sexual, con quien pasar las noches, al principio, aquel acuerdo fue aceptado, pero una tarde cualquiera, después de haber tenido una ronda de sexo, aquel azabache, necesitó más, y con todo el valor del mundo, lo dijo - quiero llevar la relación a un nivel más serio, creo que busco un poco de romance en mi vida, alguien que permanezca a mi lado, en las peores situaciones posibles, sabes de lo que hablo.

- Comenzarás a buscar o salir con alguien?, podemos continuar un tiempo y cuando tengas un buen prospecto dejarlo de lado, somos lo suficientemente mayores para separar las cosas.

- No me entendiste, o no me di a entender, me gustas, creo que me he sentido más que atraído sexualmente hacia a ti últimamente, si pudieras poner un nombre seria más que claro, me he enamorado, te quiero y deseo llevar esta relación a algo más serio... Nos llevamos bien, podemos hacerlo.

- Serio?, qué tan serio te refieres?.

- Ya sabes, citas, detalles, ir a viajes juntos, si tu te enfermas cuidaré de ti y viceversa, conocer a tu familia, tu a la mía, una relación seria.

- Y todo eso, como para qué?, para qué haríamos eso?.

- Salir con la intensión de casarse, conocernos con la firme intensión de formar un familia, a eso me refiero, no soy claro?.

- Por qué me dices eso?, acabamos de tener el mejor sexo del mundo, por qué quieres complicar las cosas?, salir de viaje, hagamoslo, conozco buenos lugares, citas... Supongo que podría alguna vez, si la palabra cita se borra del vocabulario, estamos en nuestro mejor momento, somos corredores de bolsa exitosos, con trabajos bien pagados, por qué complicar las cosas de esa forma?, las relaciones serias no son lo mío, solo quiero un buen polvo, alguien con quien pasar el rato, no busco amor, no me siento solo, ni siento que la edad me pasa, si ese es el motivo de tu necesidad por una relación seria, detente.

- Te quiero, me he enamorado, por qué esa no es razón suficiente?.

- Jugar al amor es perder el tiempo, casarse también, mira para qué deberíamos casarnos?, solo nos encerraremos en una jaula llamada matrimonio, después de mucho tiempo pelearemos por espacio, nos daremos cuenta que el amor no es suficiente, comenzaremos a hartarnos del otro, el sexo será mediocre y terminaremos engañandonos después, para al final, estar en un tribunal alegando diferencias irreconciliables, terminaremos peleandonos por quien se quedará con el perro, así que evitemos eso, te lo dije desde un principio, me aseguré que lo tuvieras claro, el tipo de relación que te ofrecía.

- Pues ya no quiero esa clase de relación.

- Si quieres con quien formalizar, conozco a varios tipos de la oficina a los que les gustas, solo es cuestión de que aceptes - prendió su cigarrillo, comenzó a vestirse con ansiedad después de unos minutos, ni siquiera apago el cigarro que dejó en el cenicero del hotel, huir era la solución más próxima.

Odiaba los compromisos, el terminó en medio de un divorcio tormentoso, donde su custodia estaba en el juego, odiaba pensar en pasar por lo mismo, odiaba que las cosas se pusieran serias, se alejó del omega pensando que aquello se le pasaría, y fue verdad, aquel nipon jamás volvió a repetirlo, continuó su relación física un tiempo, pero hace unos días, de pronto el anuncio de su próximo compromiso terminó con todo, aquel alfa no lo vio venir.

Solo supo de ello, cuando todos sus compañeros se acercaron al nipon para felicitarlo, mentiría si dijera que su corazón se sentía roto, no lo imaginó, no lo vio venir, se dio cuenta demasiado tarde, que estaba enamorado también, y su estado de desolación era producto de su tristeza, al recibir la invitación de la boda, maldecía a su suerte, no hubo un adiós, ni un te deseo lo mejor, solo el omega había encontrado lo que buscaba, pero en alguien más y aquello dolió en el alma.

Una Noche Para Los Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora