—Sabes, siento mucha lástima por Audrey.
—¿En serio?
—Sí—, asintió Mal, con sencillez—. Siento que si fuera talentosa como tu, y si supiera coser, y diera concejos de belleza: No necesitaría a un príncipe para ser feliz.
A Evie le resultó inevitable bajar un poco la mirada, avergonzada debido a los halagos de su mejor amiga. Mal no solía ser tan dulce, así que lo apreciaba.
La voz de Fiorella resonó en la cabeza de la chica de cabellos azules, lo que provocó un sonrojo en sus mejillas.
—¿Sí tengo mucho talento?
—Eres muy talentosa—, Evie soltó una risita.
—Gracias M.
( . . . )
Fiorella mordisqueó el extremo de su lapicero. Y releyó por tercera vez la pregunta.
Cómo se supone que debo sacar el peso atómico de esa mierda, exclamó en su mente. Ah, seguro lo explicaron en la semana que estuve ausente.
Largó un suspiro y se inclinó hacia su bolso, sacando su paquete de chicles. Metió uno en su boca, empezando a masticar al instante, jugueteando con el papel entre sus manos.
Sí, oficialmente se había rendido -y esa era solo la primera pregunta del examen.
A dos puestos de distancia suyo escuchó algo removerse con afán, por lo que desvió su mirada hallando a Evie revolver entre su pequeño bolso -buscando con desespero algo allí.
—Señorita Grimhilde, ¿Buscas algo?—, la voz del señor Delay hizo a Evie detenerse en seco.
Es ahora o nunca.
Aprovechando la distracción, Fiorella se inclinó un poco a su costado, leyendo las respuestas de su compañero. Transcribió todo lo que pudo.
—Gracias, Chad. Es gratificante ver a alguien que aún respeta el código de honor—, continuó el maestro, palmeando de forma amistosa el hombro del nombrado. Por el rabillo del ojo, la italiana captó a Evie destrozar a Charming con la mirada—. Te aseguro que mi recomendación será que te expulsen.
¿Expulsarla? ¿Qué? No...
Paró de copiar, incrédula por las palabras del hombre. Estaba a punto de levantarse y renegar, y quizás también insultar a Chad, pero Doug se le adelantó.
—Eso no está bien. No estaba engañándolo porque no tenía ese lo-que-sea.
—Espejo mágico—, murmuró Evie entre dientes, corrigiendo al chico.
—No estás ayudando, basta—, detuvo Doug, y giró de regreso hacia el señor Deley—. Tal vez solo necesitaba otro lápiz-
—En realidad...-
—En serio, no ayudes más.
El compañero junto a Fiorella le dio la vuelta a la hoja, revelando los ejercicios en la parte posterior.
¡¿Hay más por detrás?! Le dio vuelta a su propia hoja, revisando; y maldijo entre dientes, esta vez solo adivinando. Para su suerte, eran de selección múltiple.
—Si apruebas este examen entonces te devolveré el espejo y olvidaré el asunto—, finalizó el maestro.
—Gracias—, agradecieron Evie y Doug al unísono, ambos reanudando su trabajo en sus respectivos exámenes. El aula de clases volviendo a su absoluto silencio.
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Fiorella || Evie Grimhilde [Descendientes]
Fanfic[En proceso] Cuando se imaginó su vida fuera de la Isla, se visualizó en un enorme castillo, con cientos de habitaciones, desposando a un príncipe para -eventualmente, convertirse en reina- y a su querida madre felicitándola por haber logrado tal ha...