Capítulo 3

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- ¿Qué es lo que quieres Gabriel? -

- Necesito hablar contigo. Llevo todo el día intentando comunicarme contigo, pero alguien ha decidido que es una buena idea huir y no afrontar los problemas -

- ¿Cómo te atreves tú a echarme en cara que no quiera saber nada de ti? - intentaba controlar mi tono de voz y aunque estaba de espaldas al grupo mientras observaba el mar, sabía que tenía todas las miradas clavadas en mí.

- Tienes todo el derecho del mundo a estar enfadada conmigo, pero solo te pido que me escuches -

- No tengo nada más que escuchar. Todo lo que tenía que escuchar y ver ya lo escuché y vi. No intentes cambiar el pasado, ya no, ya es muy tarde para eso -

- Por favor Sheila, necesito verte y aclarar lo que sucedió esa noche. Te prometo que yo no siento nada por ella. Esa noche estaba confundido, acabábamos de discutir y yo ... -

- Y tú decidiste que la mejor opción era acostarte con otra - lo corté, ya estaba cansada de escuchar excusas. Para mí no hay nada más importante que la lealtad. La lealtad en la amistad, la lealtad en la pareja, la lealtad en la familia y sobre todo, la lealtad hacia uno mismo. ¿Cómo alguien puede jurar amar a una persona si puede ir a engañarla y a dañarla con otra? Eso es algo que nunca permitiré. Porque yo no me lo merezco y para mí, nadie tendrá más valor que yo misma.

- Sheila, esa noche para mí no significó nada. Ni siquiera he vuelto a hablar más con Joana - maldita arpía - ni tampoco quiero saber de ella, tú eres la única que me interesa y a la que quiero.

- Eso deberías haberlo pensado antes de llamar a sus puertas, o mejor dicho, a sus piernas - repudiaba que haya sido tan cobarde como para habérmelo ocultado. Por seguir besándome y tocándome después de haber estado con otra. Gracias a la vida y por supuesto a mi querida amiga Ingrid, por haberme abierto los ojos y por haberme contado toda la verdad sobre lo que pasó hace ya 2 semanas.

- Escucha, sé que estás disfrutando de las vacaciones con tu familia. Sé que ahora no quieres verme o tan siquiera saber algo de mí, pero también sé que te importo y que me quieres. Solo te pido que durante este mes, pienses en nosotros, en todo lo que hemos vivido durante estos 2 años de relación y si merece la pena echarlo todo a perder por un error - no pude evitar soltar una carcajada. Un "error" para mí era ponerse los calcetines de distinto color, no una infidelidad hacia una persona que tanto te ha dado.

- Pues sí, estoy disfrutando de estas vacaciones con gente que me quiere y me lo demuestra y tú me estás molestando, así que creo que esta conversación acaba aquí. Compórtate como una persona madura y responsable de sus actos. Aprende de una vez que cada cosa que hacemos, tiene sus consecuencias, ya no somos unos niños. No sé lo que va a pasar de aquí a que vuelva, solo sé que este año ha sido muy duro para mí y que me merezco paz - con la mano que no sujetaba el móvil me limpié una lágrima que resbalaba por mi mejilla. Maldita sea.

- Está bien nena, lo siento en el alma, de verdad que lo siento. No te lo prometo, porque no sé si lo cumpliré, pero te prometo que haré el intento de no llamarte durante tus vacaciones. Aunque me muera de la curiosidad de saber de ti. Quiero que sepas eso. Y además también quiero que tengas muy en cuenta que pase lo que pase te voy a estar esperando a que vuelvas, para hablar sobre nosotros -

- Gabriel, ya no hay un nosotros - colgué la llamada. Respiré profundamente y con la mejor de mis falsas sonrisas, me giré y volví hacia el grupo. Noté que Ingrid y Aless tenían especialmente atención en mí.

- ¿Todo bien? - me preguntó el italiano tomándome por sorpresa. Ingrid sujetó mi mano dándole un apretón cariñoso.

- Sí, todo bien, pero creo que ya es tarde. Deberíamos irnos - dije mirando a los chicos de nuestro grupo.

- Sheila tiene razón, me muero de sueño - bostezó Natalia poniéndose de pie. Todos los demás la siguieron y comenzamos a recoger y ordenar un poco el lugar.

- Mañana nos vemos - Daniel le guiñó el ojo a Chiara y todos nos despedimos para volver cada uno a sus habitaciones.

Al entrar en mi suite me encontré con mis padres viendo la televisión en el gran salón. Ni siquiera me había dado cuenta de que se fueron del bar. Mamá tenía su cabeza apoyada en las piernas de papá mientras que él le masajeaba el cabello. Adoraba el amor que se tenían. Eran el claro ejemplo del tipo de relación con el que todos soñamos en la vida con lograr tener. Uno sano y duradero, que no se apaga con el tiempo, sino que perdura por siempre con las mismas ganas e ilusión de seguir caminando por el viaje de la vida agarrados de la mano.

- Llegas tarde, cariño. ¿Dónde has estado? - mamá se incorporó en el sillón.

- Lo siento, los chicos y yo nos entretuvimos en la playa -

- No pasa nada, cielo. Disfruta - papá me guiñó un ojo e hizo un movimiento de desdén con la mano.

- Recuerda que mañana tenemos la sesión de spa a las 12, no la olvides Sheila, sabes que me hace mucha ilusión que hagamos cosas juntas -

- No mamá, no me olvidaré, allí estaré -

Nuestra suite era de las más grandes que tenía el hotel. 5 habitaciones, comodidad y privacidad para que todos tengamos nuestra propia habitación sin tener que compartirla. Supuse que mis hermanos ya dormían porque sus puertas estaban cerradas, sin embargo, sabía muy bien que seguramente Emma estaría grabando algún baile viral para subirlo a su cuenta TikTok, Derek estaría hablando por videollamada con su novia y Gael posiblemente estaría viendo algún desfile de Victoria's Secret.

Cuando entré a mi habitación me cambié por mi pijama lencero. Me recogí en un moño mi melena y me dispuse a disfrutar de uno de los mejores momentos del día. Para mí no podía empezarse o acabarse el día sin mi rutina diaria de skincare. Una buena limpieza facial para mí es clave para sentirme bien conmigo misma. Me dispuse a quitarme la mascarilla de pepino que me había puesto en la cara cuando se me vino a la mente una muy característica.

Puede que sea la cara más perfecta que haya visto jamás en un hombre. Su cara brillaba en medio de la oscuridad. El italiani sabe bien cómo mantener su cara tallada por los dioses. Sin duda le preguntaré por su rutina.

Cuando iba ya a acostarme mi móvil sonó. Por un momento dudé en leer la notificación, pero recordé que Gabriel prometió intentar no contactar conmigo y lo cogí. Era un mensaje de WhatsApp de Ingrid. Por el camino de vuelta les conté un poco a mis amigos sobre mi acalorada discusión con mi ahora ex novio Gabriel. Ellos sabían que me fue infiel con otra chica y no pude parar de reírme con los insultos y burlas que le dedicaban.

Bestie💗

- Ese hijo de puta no te merece. Pasa de él. Te mereces lo mejor y lo mejor eres tú!! 😘 -

- Gracias por ser la mejor amiga del mundo. Pero te equivocas. Para mí no hay nada mejor que ser tu hermana 🥺 -

- Para que harás se me salten las lágrimas 😭 y hablando un poco de todo😏 mamma mia cómo están los italianos 🫠🫠🫠🤌🏼🤌🏼-

- Cochina 🐷 tan rápido les has echado el ojo? 👀🤌🏼 -

- Amiga yo creo que mis ojos, mi boca, mi nariz y mis 5 sentidos se quedaron en esa playa esta noche 🤤 -

- 🤣🤣🤣🤣 loca!! A dormir. Mañana volverás a encontrarte con tus italianis 🤌🏼🤌🏼 intenta no tener sueños húmedos con esos papis 🔥 -

- Veeesss tú lo has dicho. Son unos papasotes 😏😏 nos vemos mañana mi Sheili. Descansa amiga. Te quiero 🫶🏼🫶🏼 -

- Y yo a ti!! Buenas noches 🩷 -

Antes de que se me olvide, programo el despertador en mi iPhone para levantarme a las 8:30. Tenía que darme prisa y vestirme rápido, habíamos quedado en el buffet a las 9:30 para ir a desayunar todos juntos y de allí ir a la playa, donde estos atrevidos y ocurrentes italianos nos enseñarían a hacer algo de surf. Yo no lo había practicado en mi vida, por lo que presentía que iba a ser una mañana muy movidita.

Sucedió en CanariasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora