CONTENIDO SEXUAL +18🔥
Sentí algo moverse a mi lado que hizo que me despertara. Abrí los ojos poco a poco, la luz del día entraba por la ventana iluminando toda la habitación.
- Buenos días, dormilona - sonrió Aless sujetando una bandeja con un banquete digno de una reina.
- Buenos días - me senté en la cama con la sábana enrollada a mi cuerpo desnudo. Acepté su beso - ¿todo esto es para mí? - observé el croissant que me hacía ojitos.
- Todo para ti. Después del esfuerzo de anoche, querrás recuperar fuerzas - bromeó y me sonrojé tanto que oculté mi cara con la sábana. Él la apartó dejándome de nuevo desnuda ante sus ojos. Había dejado la bandeja sobre la mesilla. Se acostó sobre mí para besarme.
- Necesito una ducha - contesté besándolo y riendo.
- Solo un rato más - casi suplicó chupando mi pezón.
Con un rápido movimiento conseguí separarme y ponerme de pie. Agarré la sábana y allá até a mi cuerpo.
- Estoy muy fea por las mañanas - le dije buscando ropa para cambiarme.
- Eres la mujer más hermosa del mundo, tú te ves increíble a cualquier hora del día - se acostó boca arriba dejándome claro con el bulto de su pantalón que a él le atraería hasta con sardinas en el pelo. Negué divertida.
- Iré a ducharme - cogí una toalla, un bikini y un vestido veraniego.
- Yo ya lo hice, pero no tendría ningún problema en volver a hacerlo - insinuó. Cogí un cojín que tenía cerca y se lo tiré.
Entré el baño y me solté la sábana dejándola caer al suelo. Observé mi cuello, donde eran bastante visibles unos chupetones. Inevitablemente mi mente recordó una y otra vez con todo lujo de detalles lo que había ocurrido en esta misma habitación hace apenas unas horas. Miré la puerta cerrada y caminé hacia ella, volviendo a abrirla y asomando mi cabeza para distinguir acostado entre un montón de cojines a la persona que buscaba.
- ¿Quieres venir? - solté llamando su atención.
- ¿Es de verdad? - contestó sorprendido.
- ¿Has cambiado de opinión? - vacilé.
Se puso de pie empujando al suelo los molestos cojines y entró al baño quitándose la ropa. Reí cuando casi tropieza con su propio pantalón. Besó mis labios lentamente acariciando mis nalgas.
- Se enfriará el desayuno - bromeé.
- Luego te prepararé otro - respondió y sonreí sobre sus labios.
Proporcionó varias nalgadas a mi trasero y apretujó mis nalgas, succionando una vez más mi cuello.
- Tienes el culo más bonito de España - abrí los ojos sorprendida y solté una carcajada por su ocurrencia.
Nos fue introduciendo en la ducha y abrió el grifo. Me estremecí cuando sentí el agua fría resbalando por mi espalda. Aless se separó de mí con su pene erecto observando una vez más mi cuerpo.
- Aún no soy consciente de todo lo que me estoy comiendo - vaya, esta mañana alguien se había levantado menos vergonzoso.
- ¿Te gustaría seguir probando? - contesté seductoramente enjabonando mis pechos. Vi cómo cerraba sus ojos, imaginándolo y comenzó a masturbarse.
Me arrodillé antes de que los abriera y agarré su pene. Sorprendido abrió los ojos y apartó su mano.
- Te debo un orgasmo - le recordé. Tragó saliva. Dejó caer su cabeza hacia atrás cuando comencé dando círculos con mi lengua en su punta. Lamí su pene de arriba abajo y observando cómo se estremecía por lo que le hacía mi lengua decidí que era hora de hacerlo con mi boca. Introduje lo que pude de su pene en mi boca y comencé a practicarle sexo oral. Masajeando esa parte sobrante con la mano y acariciando sus testículos.
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Sucedió en Canarias
RomanceSheila y Alessandro, una canaria y un italiano, se encontrarán en el hotel Palace durante las vacaciones de verano. Ambos se encuentran en puntos parecidos de su vida. Un desamor ha desatado la poca cordura que les queda. Casualmente, sin quererlo o...