Capítulo 13

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Al acabar el beso juntó nuestras frentes. Ambos aún seguíamos con los ojos cerrados y desde nuestros labios entreabiertos se escapan pequeños suspiros. Sujetó mis mejillas con sus manos.

- Creo que era justo lo que faltaba para hacer de esta noche algo inolvidable - dijo mientras se relamía los labios. Asentí y sonreí.

En ese momento oí mi móvil sonar. El tono de notificaciones de WhatsApp cortó el mágico momento. Suspiré y nos separamos para poder ver quién era el causante que se atrevía a incordiar nuestro momento. Abrí los ojos como platos cuando en mi pantalla aparecieron las 15 llamadas perdidas de mi madre y los 130 mensajes que tenía tanto de mi madre como de mis amigas. Lo más seguro es que en el restaurante no tenía cobertura.

- No me lo puedo creer - bufé mientras leía algunos mensajes de Ingrid que decían: "tu madre nos ha visto y nos ha preguntado por ti", "vio que no estabas con nosotras", "le dijimos que habías ido al baño pero no nos creyó", "por favor dime algo rápido". Y otros tantos de mi padre y de mi madre que básicamente decían que estaba en busca y captura y cuando la captura sucediera estaría en problemas.

- ¿Problemas? - susurró Aless en mi oído después de darme un beso en la sien y acercarme más a su cuerpo para abrazarme. Yo esta noche moría con este hombre, eso era un hecho.

- Mis padres están preocupados por mí - me encogí de hombros y tecleé en el chat de mi madre un rápido: "Estoy bien. Salí a dar una vuelta con un amigo" que enseguida mi madre contestó con un "Ven ya a la suite o iré a buscarte yo" rodé los ojos y bufé.

- Pensé que sabían dónde estabas - negué con la cabeza - en ese caso, creo que deberías volver - lo miré a los ojos. Ambos teníamos ganas de continuar con esta noche.

- ¿Seguro que no te importa? - ahora fue él quién negó y yo le di una sonrisa a modo de disculpa.

- Te acompañaré. Además, estoy seguro de que esta no será nuestra última noche - guiñó el ojo y yo me sonrojé.

Sin esperármelo, sujetó mi mano y yo gustosa la acepté. Caminamos por la playa hasta llegar a la avenida donde nos sacudimos la arena como pudimos y nos calzamos. Con nuestras manos entrelazadas recogimos el hotel hasta llegar a mi suite.

- Por favor repitamos esta noche en bucle - supliqué en broma y su sonrisa se ensanchó. Estábamos a punto de volver a unir nuestros labios hasta que oímos que una puerta se abrió y alguien carraspeó.

- Sheila entra - mi padre me ordenó mientras fulminaba con la mirada a Aless. Rápidamente nos separamos.

- Buenas noches - me despedí como pude de él sin apenas poder mirarlo a la cara.

- Buenas noches, Sheila - juntó sus labios en una línea y movió la cabeza a modo de despedida hacia mi padre. Mi padre solamente lo miró fijamente sin moverse.

Aless simplemente se giró para marcharse por el pasillo y yo entré en la habitación a sentarme en el sillón dispuesta a escuchar sus sermones. Sin embargo, me quedé paralizada al escuchar sus palabras.

- ¿Tú vas besándote por ahí con cualquier tipo que conoces? - me giré muy lentamente. Intentando convencerme a mí misma de que había escuchado eso salir de la boca de mi padre.

- ¿Qué? - solo pude pronunciar mientras lo miraba aún incrédula.

- Diego por favor déjanos a solas - mi madre intervino rápidamente y lo agradecí. Mi padre se veía arrepentido de sus palabras así que solo asintió y se metió en su habitación.

- ¿Quién es el chico? - preguntó mi madre. Al menos ella se tomaba esa molestia.

- Se llama Aless, es del grupo que te dije que conocimos aquí y solamente nos estamos conociendo - expliqué.

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