- ¡Cuidado! - un grito llamó nuestra atención. Me giré para ver qué estaba pasando pero fue demasiado tarde. Un balón impactó directamente en mi nariz.
- Au - chillé por el dolor y rápidamente me separé de Aless para agarrarme la nariz.
- Dios Sheila, déjame verte - Aless estaba preocupado y agarró mis manos para apartarlas y observar el estado de mi nariz.
- ¿Está sangrando? - pregunté con miedo. Odiaba la sangre. Por suerte negó con la cabeza pero siguió analizándola.
- Tranquila está bien. Se te hinchará algunos días - abrí los ojos como platos - seguirás siendo preciosa - bromeó y besó mi mejilla.
- Ay, lo siento, culpa mía - Bianca se disculpó falsamente a la vez que entraba al agua a recoger el balón.
Ingrid rápidamente se levantó de su toalla para acercarse a la orilla.
- ¡Sheila! - gritó llamando nuestra atención - ¿Estás bien? - levanté mi pulgar para tranquilizarla. Aunque me dolía horrores, pero eso nunca iba a admitirlo.
- Vamos a secarnos - Aless propuso y yo asentí siguiéndolo hasta salir del agua.
Agarré mi toalla y me sequé un poco. Ingrid vino rápidamente con un hielo envuelto en una servilleta.
- Lo he pedido en el bar. Póntelo un rato sobre la nariz antes de que se derrita, así se te pasará el dolor y no se hinchará tanto - solo Ingrid podía sacarme una sonrisa en una situación así.
- No te merezco - bromeé negando con la cabeza.
- Esa estúpida. Lo ha hecho a propósito - la fulminaba con la mirada con sus brazos apoyados en su cintura.
Seguí su mirada y me di cuenta de que estaban jugando con las redes de voleibol. Giovanni junto con Sofía contra Bianca y Chiara. Sonreí por mis pensamientos.
- ¿Qué estás planeando? - mi mejor amiga enarcó una ceja y se cruzó de brazos.
- Llama a los chicos - dije sin dejar de sonreír.
- Esto se va a poner interesante - rió.
Unos minutos más tarde, Adrián, Ingrid, Natalia y yo nos dirigimos hacia ellos. El balón se le escapó de las manos a Chiara y Natalia lo agarró en el aire.
- ¿Podemos unirnos? - preguntó cuando apoyó el balón en su cadera.
- Claro, ¿por qué no? - Bianca tenía una expresión de superioridad mientras se mordía las mejillas internamente. Esta chica no tenía ni idea de dónde se estaba metiendo.
- Va va, canarios VS italianos - rió Giovanni y asentimos.
Formamos así los grupos. Ellos bebieron algo de agua y nosotros nos fuimos a preparar. Agarré mi bolso y maldecí cuando vi que había entrado al agua sin haberme quitado el collar. Siempre utilizaba un collar con un colgante en forma de girasol que dentro tenía una foto de cuando era pequeña junto a mi abuela. Era como un amuleto de la suerte que siempre utilizaba, porque aunque ella no esté presente físicamente sé que sigue aquí a mi lado y de alguna manera quiero llevarla siempre conmigo. Lo guardé con mucha delicadeza dentro de mi bolso.
- ¿Están listos? - preguntó Giovanni. Asentimos y nos colocamos cada grupo en un lado de la red.
Si me apasionaba un deporte ese era el voleibol. Llevo desde los 6 años practicándolo, lo que me ha llevado a conseguir algunos premios. Mis amigos no tienen tanta experiencia, pero están acostumbrados a jugar conmigo.
Perdimos los 2 primeros sets. Mientras el equipo de los italianos daba saltos de alegría y tenían tiempo para dedicarnos alguna que otra burla, nosotros estábamos bastante tranquilos. Ingrid les hizo una seña al resto de nuestro equipo. Calma.
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Sucedió en Canarias
RomanceSheila y Alessandro, una canaria y un italiano, se encontrarán en el hotel Palace durante las vacaciones de verano. Ambos se encuentran en puntos parecidos de su vida. Un desamor ha desatado la poca cordura que les queda. Casualmente, sin quererlo o...