Capítulo 8

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- Como todos sabéis, hace dos años tuve la gran suerte de conseguir mi objetivo de convertirme en abogado, unos meses más tarde cumplí mi sueño de abrir mi propio bufete aquí en Gran Canaria, y esta noche, querida familia y amigos, me complace anunciarles que están ante el nuevo director ejecutivo del próximo bufete que mi empresa fundará en octubre de este año. En nada más y nada menos que en Nueva York - Soltó Derek el bombazo y, aunque todos nos mirábamos tratando de asimilar lo que acababa de contar, en apenas unos segundos todo estalló.

- No me lo puedo creer - mi madre se levantó de la silla, haciendo que esta casi caiga al suelo de no ser porque mi padre la agarró a tiempo. Con una servilleta de tela se secaba las lágrimas de las mejillas que salían sin control - ven aquí mi niño - se lanzó a sus brazos fundiéndose en un gran abrazo. El resto de la mesa aplaudió.

- Mi mayor orgullo - mi padre se unió al abrazo. Gael y yo nos miramos con cara de circunstancias.

- ¡Enhorabuena Derek! - gritó Mónica mientras levantaba su copa de champán.

- Qué orgullosa estoy de ti, amor - Isabella le dio un corto beso.

- Mis mejores deseos, caballero, sigue cosechando grandes éxitos - guiñó un ojo Alberto.

- Vaya, me temo que vas a tener que currártelo para conseguir ser el mayor orgullo de la familia - bromeó Ingrid para que solo yo lo escuchara.

- ¿Has visto lo alto que está el listón? - seguí su broma.

- Me van a permitir - mi padre cogió su copa de la mesa y pasó su brazo por los hombros de Derek - estoy tan orgulloso de mis hijos - oh no, discursito a la vista - siempre queremos lo mejor para todos ellos - rodé los ojos y pude notar que Gael también lo hizo - y esta noche mi primogénito me ha dado una de las mejores noticias posibles porque sé lo mucho que se ha esforzado en este sueño para él y que, con su gran esfuerzo, trabajo y dedicación ha logrado. Enhorabuena Derek, te espera un futuro brillante - de nuevo aplausos y más abrazos - así que, me gustaría dedicarle un brindis esta noche - todos agarramos las copas.

- ¡Por Derek! ¡Por su merecida recompensa! ¡Y porque todo le vaya de perlas y siga fundando bufetes por todo el mundo! - mamá se estaba pasando de efusiva últimamente. Todos levantamos las copas y dijimos al unísono eso de «chinchín»​​.

Al acabar la cena mis amigos y yo decidimos tomarnos algo en el bar de la playa. Nos dieron una mesa redonda cerca del pequeño escenario en donde actuaba un chico con una voz hermosa y tocaba la guitarra. Su estilo me recordaba mucho a Ed Sheeran. Y en ese momento pensé en que ese chico probablemente vaya a tocar durante toda la noche, rodeado de focos en pleno verano y que con algo de suerte su sueldo le daría para poder sobrevivir con lo mínimo. Con la esperanza de gustarle a algún productor que esté de vacaciones por el hotel y le ofrezca un contrato en alguna discográfica. En ese justo momento me sentí muy afortunada por haber crecido entre algodones.

- Qué suerte hemos tenido - mis pensamientos fueron interrumpidos cuando un chico se sentó entre Nati y yo y nos rodeó con sus brazos.

- Hola Gio - le sonrió Natalia.

- Sabía que los encontraríamos por aquí - Sofía se sentó junto a Adrián y todos nos fuimos apretando para caber todos en los asientos.

- ¿Me buscabas? - le sonrió Hugo coqueto.

- ¿Eso fue tan obvio? - contestó Sofía agarrando un mechón de su pelo. Noté como Brenda se ponía incómoda. Enseguida me alerté por ese gesto, no me gustaba nada si era lo que yo pensaba.

- En realidad lo que quiere decir Sofía es que les estábamos buscando a todos - aclaró Giovanni.

- ¿Por qué? - preguntó Brenda confusa.

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