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Yin Yang - Matt Sturniolo

Estoy entretenida haciendo el desayuno en un pleno sábado para Cami y yo, mientras que escucho a ABBA a todo volumen, y a tope de alegría, ya que, es sábado.

El plato estrella de hoy van a ser unos huevos revueltos con bacon, junto a unas tostadas con aguacate, toda una delicia. Junto a mi adorado café y, ya que a Cami le encanta el jugo de naranja, le he preparado un poco para ella. Y obviamente, no me he olvidado de mi querido Max, a quién le compré una de sus latas favoritas de comida y se la he dado para desayunar.

Además, estoy muy feliz ya que antes me he pasado por una floristería de la ciudad donde he comprado unos tulipanes muy bonitos.

Poco después de haber desayunado, Cami y yo nos encontramos en el sofá, yo dibujando y ella mirando su reality show favorito, Las Kardashian.

—Por cierto, te acuerdas de que hoy hemos quedado con los Sturniolo, ¿verdad?

Maldita sea, lo había olvidado.

—Si— Asiento a regañadientes.

જ⁀➴

Más tarde, junto con Cami, nos encontramos esperando en la playa a los trillizos a que lleguen. Enteoría los planes de hoy van a ser charlar y comer una pizza en medio del océano, escuchar música y hacer juegos, ya sean de mesa, de retos...

Yo, por si acaso, me he traído mis auriculares y mi libro por si me aburro. Que seguramente es lo más probable que me pasé luego. A lo lejos oigo voces provenientes de los trillizos, los cuáles vienen cargados de comida y cosas par podérnoslo pasar bien.

Me fijo en Matt, el cual, no puedo negar que se ve muy bien. El muy suertudo tiene la suerte de físicamente tener sus pros, al contario de su personalidad, tiene sus contras. Pero lo que más destaca de él son sus ojos azules cómo el océano, donde parece que te puedes hundir bajo todo esas intensas olas.

Cuándo se percata de que lo estoy mirando, me molesta diciéndome:

—Cuidado que me vas a desgastar con tu mirada.

Yo simplemente ruedo los ojos y me fijo en cómo los demás están poniendo una toalla en el suelo y poniendo la comida encima de esta, lo que parece ser un pícnic en medio de la playa, y es bastante cuqui.

Lo primero que hacemos cuando estamos todos reunidos encima de la toalla en forma de círculo, es jugar al Monopoly, este juego en concreto lo he traído yo ya que me parecía entretenido y útil para esta ocasión, además de que se me da muy bien jugar.

Mientras más jugamos, más interesante se pone el juego, hasta el punto donde quedamos Matt y yo. Cruzo los dedos para que cuando caiga el dado dé la decisión señal y en esta indiqué mi victoria, y cuándo tiro el dado, ¡consigo mi victoria!

Me pongo a bailar y a presumir de mi victoria a Matt riendo a carcajadas, hasta que se levanta y siento sus fuertes brazos rodear mi cuerpo y yendo directamente hacia el agua con la intención de tirarme.

—Matt, como te atrevas te mato.— Le digo advirtiéndole aunque aún no logro poner una cara seria porque aún estoy muy feliz por mi victoria y su derrota. Pero el muy tonto no me hace caso y me tira al agua.

¿Cómo se atreve? Pero tengo un plan, así que empiezo a simular de que no sé nadar.

—Ayuda Matt, no sé nadar, ¡no puedo tocar con los pies el suelo!— Digo asustada falsamente.

Le tiendo mi mano para que me pueda "ayudar" a salir del agua, y cuándo coge mi mano, lo tiro dentro el agua conmigo. Y me vuelvo a reír a carcajadas ya que mi plan ha funcionado. Cuando saca la cabeza que antes tenía sumergida dentro del agua, veo como su pelo mojado se ve más largo de lo habitual y en cómo sus ojos, que están reflejados por el sol, se ven más brillantes y claros, dejando así una mezcla de azul cristalino y turquesa.

Pero en ese instante, me dirijo de nuevo a la arena rápidamente, dándome cuenta de que estamos a principios de noviembre.

—¿Qué pasa Tely? ¿Has visto tanta hermosura que te has derretido?

—No imbécil. Lo que pasa es que estamos a principios de noviembre y me voy a resfriar por tu culpa— Le digo echando humos imaginarios por mis orejas.

—¿Perdona? Yo si que me voy a resfriar por tu culpa ya que tu también me has empujado dentro del agua.

—Bueno, te lo mereces, ¡porque tu has empezado!— Le respondo furiosa

—No, tu has empezado porque te has chuleado de tu victoria en el Monopoly— Dice el también enfadado y yo no puedo evitar reírme por su derrota.

—Jajajaj, te he ganado en el Monopolyyy— Digo chuleándome.

Veo que una sonrisa maliciosa salé de sus labios y empiezo a correr ya que él también parece querer atraparme para hacerme cosquillas.

Desgraciadamente, mi debilidad es educación física, ya que soy pésima. Así que me logra alcanzar y me empieza a hacer un montón de cosquillas. Pero con esfuerzo logró estar yo encima de el y soy yo quien ahora le hace cosquillas.

—Paraa, por favor— Dice él riendo

—Vale, pero a cambio me debes unas disculpas por tus tontas bromas que me has hecho hasta ahora—

—Ni en tu sueños— Me dice, y el muy tonto por suerte se logra zafar de mis cosquillas y me mira, y yo no puedo evitar hacer lo mismo.

—¿Sabes? Eres la persona más odiosa que he conocido en mi vida— Le digo lanzándole un beso sarcásticamente. Y me voy hacia donde están los demás dejándolo ahí.

Dulce karma

𝗬𝗜𝗡 𝗬𝗔𝗡𝗚 | 𝗠𝗮𝘁𝘁 𝗦𝘁𝘂𝗿𝗻𝗶𝗼𝗹𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora