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Yin Yang - Matt Sturniolo

Nada va bien.

Estoy sentada en una silla de madera, que hay en el parque. Estoy entretenida mirando a un padre y su supuesta hija que al parecer están jugando y pasándoselo bien.

Al contrario que yo, con la cabeza dándome mil vueltas al haber fracasado y quedado en ridículo otra vez. Siento en cómo lo que ha sucedido hace poco, ha sido todo una ilusión, algo irreal.

O esto es lo que me gustaría que fuera.

Cuándo más me fijo en la pareja de padre e hija posicionados delante de mí, me doy cuenta de que yo no recuerdo haber tenido tiempos divertidos cómo estos con mis padres. Eran unos padres ausentes, despreocupados de la poca atención que recibía de parte de ellos.

Lo que me hace sentir a día de hoy en cómo nunca he sido suficiente. Solo soy un fracaso, con miedo a fracasar cuándo es lo que he estado haciendo toda la vida.

¿Por qué la gente se querría fijar en mí cuando lo único que hago es causar problemas?

Veo en cómo está empezando a llover, lo que me hace pensar que el tiempo está sincronizado con mis emociones en el día de hoy.

Despreocupada de los grandes chubascos que están cayendo ahora, me levanto de la silla y me encamino hacia unos baños públicos, que al parecer, están al cruzar un paso de zebra a la derecha.

Dentro de la zona, me cierro en una de las muchas puertas (donde puedes hacer tus necesidades), que hay en la zona de mujeres y me siento sobre el frío suelo.

A continuación, de mi mochila de la universidad, saco un utensilio el cuál he intentado no recaer desde hace ya unos meses, pero en esta situación, es imposible no recaer cuándo mentalmente ya lo estás desde hace tiempo.

Con el objeto afilado en mi mano, me lo paso silenciosamente por mi brazo a la vez que me lo clavo en repetidas ocasiones hasta el punto de que me llegue a arder el brazo y ver como gotas de sangre, caen alrededor del suelo.

Pero aún así, no me siento satisfecha de mi autolesión ya que creo que merezco hacerme más daño del que me estoy haciendo, pero en ese instante, oigo mi móvil vibrar sin parar.

Al coger el móvil, veo las miles de llamadas perdidas provenientes de Olivia, Cami, Chase, y ¿Matt?

También, cuando abro WhatsApp, veo en cómo Cami me ha escrito:

"Estela, me he enterado de cómo ha ido tu presentación, estás bien?"

"Tia, ¿Donde estás? Olivia y otra gente te está buscando y no te encontramos."

"Por favor, contesta. Estamos muy preocupados por tí."

¿Preocupados por mí? ¿Acaso soy una buena persona?
¿Después de haber arruinado todo por milésima vez? No lo creo.

"Estoy bien, simplemente me encuentro un poco afectada de por cómo ha salido el trabajo. He salido de la uni dejando por correo una falta justificada, así que ahora solo quería despejar mi mente un poco."

Acabo de teclear el texto sin mucha relevancia, a la vez que, aunque me gustaría seguir en lo que me había quedado, no quiero preocupar más a Cami.

𝗬𝗜𝗡 𝗬𝗔𝗡𝗚 | 𝗠𝗮𝘁𝘁 𝗦𝘁𝘂𝗿𝗻𝗶𝗼𝗹𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora