Capítulo II

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— La cabeza ya me duele —Roier se encontraba en la casa de su padre adoptivo, luego de recibir a la beberse fueron a su casa

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— La cabeza ya me duele —Roier se encontraba en la casa de su padre adoptivo, luego de recibir a la beberse fueron a su casa.

— Ay... Mi hijo tontoier le duele la cabeza de tanto pensar —Se burló el mayor poniendo una mano sobre su mejilla y la otra recargando se sobre su brazo.

— No te burles —Dijo entre pequeñas risas provocadas por el comentario del azabache mayor.

Hace unos minutos que se había terminado aquella extraña reunión, Cellbit tomo un mechón del cabello de la nenas para hacerle pruebas, quería asegurarse de que no fuera un robot con la apariencia del brasileño y del mexicano.

Por el momento Roier decidió quedarse con su padre adoptivo platicando de lo recién sucedido, aún que pudo notar que su esposo no quería estar cercas de la bebé pues en cuanto hablo con él sobre lo que harían con la bebé se alejo, quería mantener una distancia con aquella criatura.

Tal vez el tenerla provocaría una discusión entre ambos, aún que tampoco podría dejarla sola, suspiro totalmente frustrado al recordar cómo incluso se había mantenido alejado de él por tener a la criatura.

Vio como una taza de café fue extendida hacia él, miro a quien se la daba viendo a Vegetta quien le sonreía de forma tranquila, tomo la taza entre sus manos para darle un primer sorbo, sonrió ante la delicia de sabor que contenía aquella taza, pudo estar más relajado dejando un poco su preocupación.

— Por cierto, papá ¿Donde está Leonarda? —Pregunto viendo como el mayor apunto hacia la habitación que era notable.

— Aún sigue durmiendo, ¿Y tú donde dejaste a esa niña? —Ahora fue su turno de preguntar sobre la bebé.

— La deje en tu cuarto, está dormida así que no molestará por el momento —Respondió dándole otro sorbo a su bebida.

Una plática de lo sucedido comenzó, con preguntas del por qué la niña tenía un gran parecido al matrimonio, el castaño no recuerda a haberle dado algo a Cucurucho que tuviera una esencia de él.

Así como tampoco el brasileño, sin embargo la idea de que pudieron sacar algo de su esposo mientras estaba secuestrado por la federación no paso desapercibida, Vegetta no sabía de ese suceso así que le explicó lo que había pasado, desde el comportamiento extraño de su esposo y del como terminó desapareciendo.

Pareció que había tocado algo sensible en su progenitor al decir que pelearon en una especie de dugeon, se vio decepcionado de no poder estar ahí para ayudar aún que se reparaba al estar presente en la boda del castaño.

— Buenos días papá... Hermano... —Leo recién se habia levantado y había bajado de su cuarto a la sala donde estaba su papá.

— Hombre Leo, mi niña buenos días —El mayor se levantó de su asiento y se acercó a su niña tomándola entre brazos.

~Baby~•=Guapoduo=•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora