Visitantes (Chaelisa-Jensoo-Seulrene)

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Pov. Seulgi

–Seulji regresaré por ti más tarde ¿está bien?-me aseguré al mismo tiempo que le entregaba la mochila con sus juguetes–Cualquier cosa le dices a la mamá de Katy que me llame y yo vendré-sonreí peinando su flequillo antes de besar su frente a modo de despedida.

–Claro hermanita, y ¡recuerda el helado que me prometiste al volver a casa!-vociferó cuando salía del jardín «No lo olvidaré» contesté ya dándole la espalda. Caminé hasta la tienda por algunos dulces, jugos, chocolates y hamburguesas para comer todo el día antes de ir al departamento de las chicas.

–¿Dónde está Jen?-interrogué una vez que me abrieron la puerta «Bañándose»–Nini ¿vas a casa de Rosé?-pregunté acomodándome en el sofá en lo que ella salía del baño–Hoy es nuestro día juntas-le recordé robando un pedazo de pizza que supongo fue lo que comieron ayer, al menos aún está buena.

–Buenos días para ti también Seulgi-protestó la pelinegra indignada quedándose de pie a un lado de la entrada con los brazos cruzados, juro que tuve que hacer mi mayor esfuerzo por no reírme de su cara. Aunque no lo quiera y lo niegue su rostro es muy expresivo y es increíble hacerla enojar.

–Claro-le resté importancia mirándola de soslayo, Soo odia que la ignoren, es como si la bajaran de ese pedestal en el que ella misma se tiene, es súper divertido molestarla–¿Vamos?-me arrodillé en el mueble al verla salir con la cartera en mano. Asintió besando a Jisoo antes de salir–Bye Chu-le saqué la lengua antes de cerrar la puerta cuando intentó correr detrás de mí.

Al llegar la señora Park nos recibió con cara de agradecimiento y al ver a nuestra mayor sentada en el sillón con expresión de pocos amigos, para no decir de ninguno, entendimos la razón. Clare aprovechó para salir a comer algo, aunque si me preguntan creo que fue para respirar y salir de la tensión que debe sentir en casa. Por suerte Chaeyoung al vernos sonrió, ella nos dice que somos su debilidad, lo que ahora agradezco.

–¿No crees que has subido un poco de peso hermanita?-inquirió Jimin en un tono burlón acercándose a donde nos encontramos, y por la mirada que le dedicó mi amiga no le resultó nada gracioso–Últimamente estás comiendo como para un batallón-resaltó lo que ya todos sabemos, mas en su caso se podría decir que es un retraso neuronal lo que tiene.

–El gato que tienes por novio es el que ha subido de peso, no me fastidies-atacó Chaeng de regreso con el rostro colorado del enojo y puedo asegurar que si tuviera la energía para levantarse ya habría golpeado muchas veces a su hermano.

–¡Uy! Y ese humor, como sigas así hasta la paciente de Lili se va a hartar-rió despeinándole el cabello, sin embargo se arrepintió de tocarla cuando se lo quitó de arriba con un manotazo–Pobre de mi cuñadita-la escuché murmurar un «Imbécil» que llevaba mucho fuego del infierno comprimido; me compadezco de lo que nos espera en estos meses. Rosie en todos estos años siempre ha sido dulce con nosotras y ahora está más esquiva e "intensa", sinceramente no me imaginé que las hormonas pudieran transformar tanto a una persona.

–En serio creo que te estás pasando un poco-me pareció buena idea comentárselo, el resto de los seres humanos no van a ser tan comprensivos con sus cambios de humor. Además de que podría desatar sus poderes de forma no intencional y meterse en problemas–Jimin es idiota, bocón y solo dice tonterías la mayoría de las veces, pero tú no se la estás dejando fácil tampoco-rememoré sintiendo un poco de lástima, porque a pesar de que peleen seguido sé que se aman y se han apoyado en todo durante toda su vida.

–Seul no quiero enojarme contigo así que por favor no toques ese tema-advirtió permitiéndose caer sobre las piernas de Jennie sin dejar de mirarme–y para que lo sepas tampoco quiero molestarme con mi hermano, sin embargo tengo esta sensación constante de fastidio-se apretó la ropa a la altura del pecho–Hasta a Lis que la amo como a nadie he llegado a odiarla en algunos momentos-confesó con una mezcla de vergüenza y alivio, creo que se estaba sintiendo culpable por eso. Ella no quiere tratarnos mal, pero tampoco puede evitarlo. El anuncio de una llamada entrante me hizo levantarme y alejarme unos metros de mis amigas para contestar.