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Actualidad

Pov. Rosé

Otro día de clases, es realmente un fastidio. Odio a los profesores, nos mandan a todos los concursos y festivales porque somos las más inteligentes sin siquiera preguntarnos si estamos de acuerdo en ir. A veces pienso que necesito un descanso, si no mi cerebro va a arder, ya veo el humo a mi alrededor. Llegué al colegio y me senté en una banca cerca de la entrada para esperar a mis amigas.

–¡Rosie!¿Por qué no nos recogiste hoy?-me dijo Seulgi, una de mis mejores amigas sentándose a mi lado y cruzándose de brazos.

–Hola chicas, es que ayer me quedé en casa de mi abuela-expliqué sin mucha energía, había dormido fatal y sigo sin entender la razón.

–¡¿Lista para tu cumple?!-preguntó Lisa emocionada mientras me sonreía y pasaba su brazo por mi hombro para acercarme a ella.

–No, no le encuentro nada de especial-hablé sin ánimos encogiéndome de hombros.

–Cumples dieciseis en menos de una semana y en el día del amor, no hay nada más especial que eso-comentó Seulgi con un mohín en sus labios, es tan inocente que hasta parece una bebé, una muy dulce bebé.

–Si tú lo dices-no quería hablar más del tema, me incomoda mucho, las celebraciones en familia njnca han sido lo mío y eso que tengo a los mejores padres del mundo, es solo que me siento fuera de lugar en la mayoría de las ocasiones y ciertamente no me gusta sentirme así.

Al poco rato llegaron Jennie, Irene y Jisoo, mis otras mejores amigas. El día transcurrió normal, clases, pruebas, risas y juegos en el recreo, perder la atención en alguna de las clases y conversar mucho con las chicas, como siempre. Llegué a mi casa y me encontré con mi hermano que salía de la cocina.

–Hey Rosie-saludó sentándose en el sofá bebiendo una taza de chocolate, supongo.

–Hola Chimy-así me gusta decirle, Jimin es mi único hermano, mi confidente y consejero en muchas ocasiones, y el único chico al que considero el amor de mi vida.

–Mamá me dejó a cargo por los próximos tres días, ella y papá tienen que hacer un viaje de negocios-frunció sus labios, nuestros padres viajaban mucho por trabajo y aunque nos dedicaban todo el tiempo que tienen cuando están en la ciudad, a veces no es suficiente.

–Ok, cualquier cosa que necesites, estoy en mi habitación-le dije guiñándole un ojo.

–Siempre estás encerrada ahí-habló con obviedad negando con la cabeza. Solo le sonreí y subí las escaleras. Cuando llegué a mi destino tiré la mochila en el escritorio. Me cambié de ropa y me recosté a pensar en cualquier cosa, al poco rato me quedé dormida.

Todo era iluminado por una especie de luz blanca. A donde quiera que caminaba todo era blanco, ¿¡me habré muerto!?

–Rosé-sentí a alguien llamarme. Me di la vuela y me encontré con un hombre que nunca había visto antes.

–¿Quién eres?-le pregunté.

–Me llamo Monk-respondió acercándose un poco más a mi.

–No te conosco, ¿qué quieres de mi?-traté de sonar lo más segura posible, pero en realidad tengo mucho miedo, está demasiado cerca para mi gusto.

–Si me conoces, lo que no me recuerdas.

–....

–Necesito que me escuches y no digas nada-solo asentí y él continuó–nosotros no pertenecemos a este lugar, venimos de otro planeta, tú, yo y muchos otros que logramos escapar. Lo que te pido es que encuentres a estos otros, a cinco chicas principalmente, es escencial que las encuentres, todas están en peligro y solo estando juntas podrán sobrevivir.

Se que me había vuelto loca al hacer esto, pero simplemente salió de mi boca sin darme tiempo de analizar lo que iba a decir–¿Cómo lo hago?

–Parecemos humanos, pero nuestra escencia es diferente... Se me acabó el tiempo. Me tengo que ir, después te tengo que dar un localizador para que los puedas encontrar.

En ese momento desapareció y me sentí muy mareada, todo se volvió oscuro y no sentí nada más.

Me levanté sobresaltada, ¿qué había sido ese sueño? Yo, un extraterrestre, imposible, ¿me estoy volviendo loca o tengo demasiada imaginación?

(...)

–Chicas, ayer soñé algo muy raro, un hombre de unos 40 años se me apareció y me dijo que me conocía y yo a él aunque nunca lo he visto antes, y me dijo que yo soy una alienígena-les conté mientras íbamos de camino al instituto, todo sonaba mucho más extraño en voz alta.

–Vaya, es muy loco-se sorprendió Lisa frunciendo el ceño.

–No, lo más loco es que me dijo que habían más como nosotros-seguí hablando aún sin creérmelo, ¿en qué cabeza cabría algo como eso? solo en la mía, claro.

–Tal vez estamos rodeados de extraterrestres y no lo sabemos-se inquietó Seulgi mirándonos a Lisa y a mi, y a decir verdad me preocupé por ella, parecía como si tuviera miedo, pero después estalló en carcajadas y nosotras la seguimos dándole un pequeño golpe en el brazo por asustarnos. Llegamos a la escuela y nos encontramos con las chicas en uno de los pasillos caminando luego juntas hasta el salón.

–Hoy hay pillamada en mi casa, solo nosotras seis-loó Jisoo gesticulando exageradamente con las manos.

–No puedo esperar más, nos vamos a divertir un montón-dijo Irene abrazando a la anfitriona de la futura fiesta de pillamas.

–¡Siii!, yo llevo algunos juegos-habló Lisa sonriendo ampliamente.

–Conosco tus juegos, y desde ahora te digo que no voy a jugar-advertí mirándola seriamente, las anteriores veces que jugamos sus dichosos juegos las cosas no salieron muy bien que digamos.

–Todas tenemos que jugar y eso no está en discusión-estableció Jennie–Seulgi ¿tu mamá te dejó ir?-inquirió con curiosidad, la mamá de Seul es algo sobreprotectora y no la deja salir mucho.

–Si, milagrosamente me dejó, creo que quiere quedarse a solas con mi padrastro, porque a mi hermana la mandó con nuestra tía-comentó haciendo un puchero, nunca dejará de ser tan tierna.

Sentimos el timbre y entramos al aula, hoy tenemos pocas clases porque es viernes, pero nos dejarán mucha tarea para el fin de semana, a veces no sé que se creen los profesores, tengo mejores cosas que hacer que los estúpidos deberes. Nos dieron salida al medio día y fuimos a nuestras casas para recoger todo lo que necesitaríamos para la noche: ropa, disfraces, juegos y muchas, muchísimas golocinas. Llegamos a casa de Jisoo y nos recibió su abuela, la vieja da miedo, es muy seria y enojona, no le caemos bien porque dice que somos muy escandalosas, algo que obviamente no somos, solo somos adolescentes que se quieren divertir; ella llamó a Jisoo y esta nos llevó a un cuarto donde habían tres camas matrimoniales y además tenía un baño muy grande. Organizamos todo y nos sentamos en una de las camas.

–Esta será una noche muy larga, la mejor de sus vidas-festejó Jisoo, esto es para preocuparse.

Visitantes (Chaelisa-Jensoo-Seulrene)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora