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Pov. Irene

–¿¡Pero qué carajos es esto, nos quieren matar acaso!?-chilló Jisoo tirándose en la hierba y pataleando como bebé, todas seguimos su ejemplo mientras que Lisa y Rosé se pararon frente a nosotras con las manos en la cintura negando y dedicándonos una temeraria mirada asesina.

–Les advertimos que dejarían la piel en esto-obvió Lili y me dieron ganas de golpearla directo en el rostro, comenzé a carcajear y soltar aire compulsivamente por la boca perdiendo los nervios, me miraron como si hubiera perdido la cabeza y por un momento también lo creí, solo me pasaban por la mente escenas bastante desastrosas y nada placenteras para las chica que están jodiéndonos la puta tarde.

–¡Creímos que era una maldita forma de hablar, no que realmente nos dejaríamos la piel, la sangre, el cabello y todo lo demás en este puto campo, que nos harían sudar como perros y que nos explotarían hasta no poder soportar ni nuestra alma!-exclamé alterada poniéndome de pie y cerrando fuertemente mis puños, me miraron y sonrieron con sorna terminando de volverme loca, levanté las piedras a nuestro alrededor y dieron vueltas sobre nosotras, ellas aplaudieron y fruncí el ceño por su actitud, mas cuando me di cuenta de lo que había ocurrido cayeron nuevamente donde estaban–Las levanté, ¡lo logré! por fin alguna de nosotras lo logró-celebré abrazándolas y dejando correr lágrimas por mis mejillas, estoy terriblemente cansada y feliz.

–Ya no se nos ocurría que más hacer para que se enojaran-confesó Chaeng mientras se dejaba caer en la hierba y cerraba sus ojos–tienen que canalizar el enfado a un objetivo como lo hizo Irene con nosotras, pero deben aprender a controlarlos para que los puedan usar cuando los necesiten y no cuando las dominen sus emociones-Lili se recostó entre sus piernas mirando al cielo al mismo tiempo que asentía de acuerdo con sus palabras–ahora mismo quisiera acabar con ustedes e ir a prepararme para la cita, tengo que estar perfecta.

–Chae tú ya eres perfecta tal y como estás y eres mía, solo mía-comentó Lisa llegando hasta su altura «besándola» porque realmente parecía que se la quería devorar «soy solo tuya» susurró en el segundo que sus labios se separaron, sé que no está bien, pero la escena me estaba encendiendo, imaginar a Seulgi y a mi en esa situación, las dos solas, en mi cama o en la suya, eso realmente no importa, recorrer su cuerpo con mis manos, sentir su piel caliente contra la mía, escuchar su respiración agitada contra mi oido, amarla hasta que no me queden fuerzas, hasta que me suplique que lo deje, que...

–Joo, cariño ¿te encuentras bien?-inquirió Seul tocando mi muslo y haciéndome gemir inconcientemente al sentir su tacto frío, los ojos de todas se encontraban sobre mi, incluso los de nuestras entrenadoras que habían dejado de hacer lo que en un principio me entretuvo para centrar su atención en lo que hablábamos–estás muy roja ¿acaso te sientes mal? el sobre esfuerzo que te provocaron estas explotadoras te está afectando-tocó mi frente y negué.

–Me encuentro bien, el Sol quemó mi piel pero estoy bien y creo que deberíamos irnos ya, es tarde y debemos ayudarlas a arreglarse para la cita, además podemos seguir entrenando mañana ¿no crees?-indagué intentando desviar la atención del tema, le sonreí para hacerlo más creíble y ella asintió poniéndose de pie y extendiendo su mano en mi dirección, la tomé y me abrazé a ella en lo que las demás tomaban sus cosas–Te amo osito, no lo digo seguido pero lo hago y me gustas muchísimo, creo que desde que estábamos allá arriba me has gustado.

–No puedes saber eso, ni siquiera podemos recordar algo de lo que sucedió antes de volver a nacer aquí en la Tierra-refutó rodeando mi cuello con sus brazos y pegando nuestros pechos, respiré profundamente apartando los pensamientos nada decentes que amenazaban con inundar mi cabeza, me encogí de hombros sujetando su cintura y musité un «solo lo sé, lo siento en mi interior» me dirigí a sus labios pero en último momento cambié la dirección y los dejé en su mejilla, hizo un puchero y reí trazando círculos en su piel por encima de la tela, me agarró de la nuca y plantó un beso en mi boca tan largo e intenso que me dejó sin aliento–Yo también te amo, desde la primera vez que nací-reí sorbiendo mi nariz y volviendo a juntar nuestros labios de forma más lenta que la anterior.

–¿Las separamos o no? se ven muy bonitas, me da penita-habló Jennie seguramente arrugando su pequeña nariz.

–Si las separamos serían capaces de hacernos lo mismo cuando nos estemos besando nosotras, y todo por pura venganza-le contestó Soo y juro que la cara de Nini es de un color más rojo que el del labial de los 60', nunca se han besado, o al menos nunca delante de nosotras, y como las conosco muy bien estoy segura de que no.

–Que bueno que lo saben, ¿estan listas para irnos?-pregunté girándo en mi lugar para encararlas, ellas rodaron los ojos y comenzaron a caminar dejándonos atrás, sujeté la mano de mi novia y corrimos hasta alcanzar su paso. Cuando llegamos al pueblo nos despedimos, Jennie y Seulgi se fueron a la casa de Lisa, y las demás seguimos con Rosé para ayudarla–¿Tienes al menos una idea de lo que te vas a poner?-inquirí una vez que estuvimos en su habitación, la señora Park nos dijo que gritáramos si necesitábamos ayuda, o si la cosa se ponía difícil.

–No-se lanzó a la cama boca arriba con los brazos abiertos–he estado tan nerviosa con el hecho de que por fin saldré con Lisa después de tantos años que no he tenido cabeza para pensar en nada más, las malditas células nerviosas en mi estómago no me han dejado en paz desde anoche-contó abultando sus labios, se refería a las mariposas en el estómago, ¿pero qué podemos esperar de ella? nunca ha sido un «ser humano» normal.

–Bueno Rosie, manos a la obra, date una ducha en lo que Joo y yo preparamos la ropa-sonrió Jennie dirigiéndose a mi armario.

–Quedarás hermosa Chaeng, mucho más de lo que normalmente eres-le dije ayudándola a levantarse y dejándola en la puerta del baño–Lisa quedará perdida nada más te vea, te lo aseguro.

Visitantes (Chaelisa-Jensoo-Seulrene)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora