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Pov. Rosé

–¡Chaeyoungie, cariño!-volteé buscando a la dueña de esa voz, un par de ojos brillantes me miraban a algunos metros de distancia mientras corrían en mi dirección. Abrí los brazos recibiendo su delgado cuerpo y apretándolo contra el mío.

–Jihyo, mi amor, no hables tan alto que mis padres podrían escuchar y no me gustaría que nos separaran-uní nuestros labios en un casto beso antes de separarme y acariciar su rostro con delicadeza. Sonreí acomodándole su rojo flequillo, rió para después esconderse en mi pecho; le besé la coronilla llenando mis pulmones de oxígeno–Te amo Jihyo, más que a nada en este mundo.

–Yo también te amo Chaeng, más que a mi vida, no dejaré que nada ni nadie nos alejen-aseguró desde su escondite y un creciente dolor se apoderó de mí pecho extendiéndose por todo mi cuerpo, me asfixio, mis pulmones piden por ese gas vital que nos mantiene con vida y no puedo obtener. Pestañeé repetidas veces tratando de enfocar las cosas a mi alrededor; sentí que la vida me abandonaba y de pronto todo se detuvo, el mundo se detuvo y... desperté.

Abrí los ojos espantada, el corazón me bombeaba sangre a más velocidad de la que mis venas podían transportar. Giré en la cama un par de veces intentando sacar los recuerdos del sueño de mi cabeza. No entiendo por qué esa idea está rondándome, desde que me desmayé en la escuela solo se repiten las mismas imágenes como una maldita película, estoy segura de que Lisa notó que algo me ocurre, pude ver la curiosidad y el dolor en su mirada cuando me preguntó y le contesté que no recordaba nada; odio mentirle, pero tampoco le puedo decir que se trata de un romance con otra chica, le haría aún más daño.

Bufé quedándome sobre mi costado y apoyando el rostro en la palma de mi mano; me extendí acunando la mejilla libre de mi acompañante, pues está acostada boca abajo. Recorrí sus rasgos con el dedo de forma lenta y sonreí con nostalgia, podrán existir millones de razones para tener esas visiones, pero de que mi corazón le pertenece solamente a Lisa estoy segura, hasta la última célula de mi cuerpo está enamorada de ella, de sus ojos avellana, de su pequeña nariz, de sus labios que tanto me encanta besar, de sus manías, de sus preocupaciones y de sus sueños; incluso de su futuro, que no tengo ni la más mínima idea de cuál será.

Dejé un beso largo en su frente provocando que fruncí era el entrecejo y abriera uno de sus ojitos. Mostró sus dientes segundos antes de impulsarse y quedar encima de mí; rodeé su cintura aspirando el aroma de su cabello.

–¿Por qué me mirabas tanto?¿Eh, Rosie?-jugueteó con su nariz contra mi piel provocándome cosquillas.

–Porque te amo, porque eres demasiado perfecta para ser real, porque no sé qué es eso tan extraordinario que he hecho para tenerte en mi vida, porque eres única me elegiste a mi siendo tan ordinaria-murmuré con la vista nublada, garraspeé bajando el nudo en la garganta; la obligué a descansar su cabeza en la curvatura de mi cuello escuchándola pronunciar un «Yo también te amo Chaeng» ahogado y sentir un corto beso en la línea del pulso–Lo sé Lili, te aseguro que lo sé-fue cuestión de minutos antes de que nos quedáramos dormidas en esa posición.

Traté de moverme cuando un fuerte dolor me hizo volver a mis sentidos, mas otro cuerpo me mantuvo en el mismo sitio. Reí apartándole el cabello de nuestros rostros, la besé en repetidas ocasiones despertándola entre bufidos; una, no tan suave, mordida fue a parar a mi cuello, estoy segura de que dejará marca. Cuando logré que se levantara tomamos una ducha y bajamos a desayunar, mi familia ha estado muy contenta de tenerla estos próximos días con nosotros, aunque papá aún se está acostumbrando a la idea de que ya su pequeña princesa creció.

Al llegar a la escuela nos encontramos con las niñas y Joo y Seul nos contaron lo fantástica que había sido su cena la noche de ayer. Todo hubiera seguido así de maravilloso si no fuera porque una poco bienvenida pelirroja se acercó al grupo para molestar.

–Veo que están muy felices esta mañana, pasaron una buena noche al parecer-comentó con una sonrisa torcida, para nada amable a mi parecer.

–Sí, y preferiríamos que no nos amargaras este bello día con tu presencia-espetó Jisoo con una sonrisa más falsa aún–Mantente lejos de nosotras y seguirás viendo lo felices que somos-concluyó esperando a que se retirara pero Jihyo solo rió negando, se acercó a mí y prácticamente me escondí detrás de Lisa.

–Sé que tú piensas diferente-sujetó mi brazo tan solo unos segundos, lo sentí arder y las imágenes de mi visión volvieron a hacer eco en mi cabeza.

Corrí ignorando los llamados de mis amigas hasta llegar al baño, me encerré en uno de los cubículos dejándo mis lágrimas correr, me senté en el suelo abrazándome las rodillas al pecho. No estoy segura de cuánto tiempo pasó antes de calmarme por completo. Salí del cubículo secándome el rostro con el dorso de mi mano. Me apoyé en el lavabo mojándome la cara con bastante agua; suspiré apretando el borde de mármol entre mis dedos contenido las lágrimas que amenazaban con volver a salir.

–¿Qué quieres Jihyo? Preferiría que no te acercaras a mí-musité cuando la vi ingresar en el lugar. Arranqué un puñado de papel y sequé mis manos con rapidez dispuesta a irme lo más pronto posible, no soporto estar en la misma habitación que ella sin sentir náuseas por mi propia causa.

–No niegues lo que sientes Roseanne, sé que viste lo mismo que yo-intentó tocar mi brazo pero lo aparté tensando mi mandíbula antes de que pudiera hacerlo.

–No lo hago y ya déjame en paz-siseé saliendo del baño golpeando su hombro al pasar.

Visitantes (Chaelisa-Jensoo-Seulrene)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora