Zanahorias, me encantas

Especial

AU: Humanos:)

Se acercaba la noche y con ello el momento más esperado por Nick. Justamente hoy sería el día en el que podría expresarse desde el fondo del corazón a su apreciada Zanahorias. Alistó su vestimenta y procedió a darse un baño con agua tibia. Se miró al espejo y una sonrisa apareció sobre su rostro. No podía contener la felicidad.

Con sumo cuidado, se vistió con aquel traje azul que había rentado hace unos días atrás, lo acompañó con unos zapatos negros recién lustrados. Esparció perfume sobre todo su ser, quería estar bañado en ese aroma tan fuerte, aparte de que era el favorito de Judy. Colocó un reloj plateado en su muñeca izquierda y con delicadeza puso una flor en el bolsillo de su saco, aquello le daba el toque que le faltaba.

Se sentó a un lado de una ventana y reflexionó un poco sobre cómo la había conocido. Ella no sabía andar sola por la ciudad y se había perdido de camino a casa. Él le ayudó a ir hasta su destino y desde ese momento se dieron cuenta que se complementaban muy bien. Todos los días él la acompañaba hasta su trabajo y le deseaba suerte, ella le sonreía y de igual manera le deseaba suerte en su trabajo.

Un día de esos compartieron número de teléfono y en la noche Nick le había mandado un mensaje a Judy: "¿Puedo llamarte esta noche?" Claro, esto la había tomado por sorpresa porque apenas se estaba alistando para ir a dormir. Cepilló su largo cabello gris y le contestó un sí por respuesta. Aquella noche había sido de las mejores que habían tenido esas dos solitarias personas. Y, por supuesto, los sentimientos florecieron.

Soltó una risa recordando aquello y le dio aún más risa porque en ese momento sonaba After Last Night, definitivamente esa canción había sido escrita para él y planeaba utilizarla para la sorpresa que le iba a dar a Judy. Esos ritmos suaves, los coros, todo era perfecto. Sin duda, lo que estaría por venir no lo había hecho con cualquier otra persona, por algo debía salir sin ningún conveniente. Se llevó una mano a los ojos, no creía que estaba haciendo esto por una chica.

Se paró de aquel lugar y se dirigió a su auto. Condujo al lugar donde le había dicho a su linda Zanahorias, era en las afueras de la gran Zootopia. Le tomó media hora llegar y cuando lo hizo, soltó un suspiro de alivio, todavía no llegaba Judy. Rápidamente acomodó el mantel blanco, las velas, las flores y verificó que la comida todavía no estuviera fría. Dio una repasada al lugar, estaba rodeado de grandes árboles que soplaban suaves brisas, a lo lejos se apreciaba un campo lleno de girasoles y había un puente de madera que llevaba hasta un gran lago. Gracias a la ayuda de Finnick habían podido dar con este lugar, ya que era muy complicado de encontrar.

Escuchó el sonido de unos tacones caminar por el sendero que daba hacia la mesa. Al girar su cuerpo, miró atónito a Judy. Usaba un vestido lila largo, la tela brillosa rodeaba sus brazos dejando al descubierto sus hombros; de accesorios usaba unos pendientes largos en color plateado y un broche en forma de flor colocado en su cabello. Su largo cabello gris lo llevaba suelto y era mejor porque le gustaba mucho cómo se le veía. El maquillaje que usaba era discreto, pero seguía resaltando su belleza.

Todas las palabras decidieron esfumarse en ese momento. Nick no hallaba la forma en reaccionar ante ella.

De igual manera, Judy no sabía qué decir. Ese hombre que tenía enfrente de ella era la misma definición de la palabra perfección. El azul le resaltaba aquel peculiar cabello en tono anaranjado, el cual le gustaba mucho tocar. Fue inevitable soltar una sonrisa y a su vez un sonrojo. Le gustaba mucho Nick.

Sin lugar a dudas, eran tal para cual.

Después de unos minutos de haberse quedado parados sin decir nada, prosiguieron con lo planeado para aquella noche. Se sentaron en la mesa que Nick había arreglado previamente y comenzó la platica. Risas y choques en los platos de comida era lo que se escuchaba alrededor. Los dos estaban de lo más felices. Al ver esto, Nick decidió que era hora de iniciar su pequeña sorpresa. Se levantó de la mesa y buscó por debajo de su silla una pequeña bocina. La encendió y antes de comenzar la canción, le dedicó unas palabras a Judy.